Entrevista

Leila Guerriero: "Con el tema de los caídos en Malvinas siempre había un coste político que pagar"

La escritora argentina narra en ‘La otra guerra’ (Anagrama) la fascinante, triste y rocambolesca historia del cementerio argentino en las islas Malvinas, que es la historia de los soldados muertos durante la guerra con Inglaterra que quedaron abandonados en el campo de batalla y fueron enterrados por un oficial británico, y solo muchos años después fueron debidamente identificados

La escritora argentina Leila Guerriero.

La escritora argentina Leila Guerriero.

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Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

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-Todo este proyecto para identificar los cadáveres nace de una casualidad, ¿no?, el encuentro entre Geoffrey Cardozo, el oficial inglés que había enterrado a los soldados argentinos, y Julio Aro, excombatiente de las Malvinas. Igual si no se encuentran los soldados seguirían ahí, sin identificar.

-Bueno, sí, uno no puede saberlo, igual por ahí a Cardozo se le ocurre un día ver qué ha pasado, y al ver que no ha pasado nada se pone en contacto con la Cruz Roja… Podían haber pasado muchas cosas, pero sí es cierto que el hecho de que algo tan relevante haya dependido de una jugada del azar, de dos tipos que se encuentran en un pub de Londres y de uno que decide, asombrado por lo que escucha, darle al otro un documento relevante cuando ese documento había estado en manos de la Cruz Roja, de dos gobiernos… Es algo que suma desastre a la historia. No puede ser que la vida de las personas se resuelva por un azar.

-Uno de los personajes fascinantes del libro me parece que es Cardozo. Él dice que al ser de un país de colonias tenía una sensibilidad especial por los cementerios en suelo extranjero, pero no creo que todos hubieran actuado como él actuó. ¿Cómo es Cardozo? ¿Cómo lo describiría?

-Es una persona muy humana, con muchísima capacidad para ponerse en el lugar del otro y comprender acciones que de pronto son difíciles de comprender. No hay que olvidar que es un soldado retirado inglés, y sin embargo los familiares de los caídos siempre han tenido mucha cercanía con él. Él navega bien en esas aguas porque se conecta con el dolor, con la pérdida, son cosas que él puede entender porque las vivió en carne propia. Por otro lado, es un militar y entre sus convicciones está esa, que no se abandona a un caído.

"Cardozo es un militar y entre sus convicciones está esa, que no se abandona a un caído"

-¿Por qué los sucesivos gobiernos argentinos no hicieron nada respecto de esos cadáveres?

-Básicamente porque nadie quería pisar ese tema, ese hormiguero, porque con el tema de los caídos en Malvinas siempre había un coste político que pagar. Obligatoriamente el gobierno de turno se iba a enfrentar con familiares que estaban en contra de la identificación, porque dentro de los familiares había gente que sostenía que los cuerpos eran el último bastión de la patria y tenían que quedarse ahí, y nadie quería pagar el coste político que iba a generar ese debate sobre la soberanía. Las Malvinas es un tema muy sensible por un lado y por otro un tema que nadie quiere recordar: una guerra corta peleada en la dictadura por un gobierno depreciable, algo sobre lo que se ha intentado echar la mayor cantidad de tierra posible.

-Chocó con muchos problemas el proyecto de identificar los cadáveres, y uno de los principales fue el rechazo de las familias a la repatriación. ¿Fue puro nacionalismo?

-Fíjese que justamente esa fue la palabra por la que el Gobierno argentino los dejó allí en primera instancia: no se repatría lo que está en suelo propio. Creo que esa es la idea que subyace. Así que sí, por supuesto que hay una idea nacionalista, pero hay algo más de gente que no tiene ese concepto tan de la patria. La idea de que un hijo o un hermano se murió por nada, en una guerra que se olvidó, que no logró el cometido de recuperar un territorio, es una idea muy dura, pero si le ponés a eso un cariz de heroicidad trascendente, la idea de que esos cuerpos están allí cuidando la soberanía nacional, de alguna manera cobra sentido. Ha sido el consuelo grande o pequeño de decir bueno, eh, murió, pero él es un héroe y lo va a seguir siendo allí, en ese suelo, siendo un bastión de la presencia argentina en las islas.

"Dentro de los familiares había gente que sostenía que los cuerpos eran el último bastión de la patria y tenían que quedarse ahí"

-Me parece una historia llena de pequeñas tramas. Por ejemplo, la que tiene que ver con el uso de la palabra ‘desaparecido’. ¿Podría ahondar en eso, por favor?

-Claro. En la Argentina la palabra ‘desaparecido’ es una palabra con un peso simbólico muy fuerte, que tiene un lazo directo con los 30.000 desaparecidos de la dictadura, en su mayoría militantes de izquierdas. Muchos familiares de los soldados caídos en las Malvinas tienen una ideología totalmente opuesta y no aceptaban que a sus hijos o hermanos los nombraran así, enlazándolos con los desaparecidos de la dictadura. Era un campo semántico minado. El peso simbólico de esa palabra acá es muy fuerte y choca de frente con la ideología de muchos de los familiares.

-¿En qué medida era problemático para el proyecto que algunos de esos héroes de guerra hubieran participado en la represión?

-Sí… Es otro hilo más de conflicto, de trama contradictoria, por decirlo de alguna manera. Los caídos son todos, ¿no?, los soldados rasos, los oficiales, los militares de carrera… Y entre los militares de carrera hay gente que parece que participó activamente en el terrorismo de Estado. Todos son héroes, esa es la reivindicación de los familiares, pero resulta que entre esos héroes hay gente que tuvo una actuación siniestra durante la dictadura. Entones, ¿son todos héroes? Es un tema de ética. También por eso ha sido acallado todo esto, porque la reivindicación total de los héroes implicaba la reivindicación de estas personas, y mucha gente no quería reivindicarlos.

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-Muchas dificultades para llevar a cabo algo que parece obvio: identificar a unos soldados caídos en combate. Que sus familias supieran dónde estaban.

-Hay que pensar en todo ese cúmulo de indiferencia por parte del Estado, de versiones encontradas… Cuando después de todo ese abandono viene el Estado y te dice, vamos a hacer esto, es normal que las familias sospechen. ¿Cuál es el interés político que tienen? Esto lo van a utilizar para algo. Esa era la primera sospecha. Creo que es una historia que refleja mucho las cosas que se mueven en la historia argentina contemporánea.