Obituario

Josep Baselga: líder oncológico caído

El oncólogo catalán falleció ayer a los 61 años. Hizo hallazgos fundamentales contra el cáncer de mama y fundó el Vall d’Hebron Institut d’Oncologia. Tras dirigir el Memorial Sloan Kettering de Nueva York, dimitió por un escándalo de conflictos de interés con la industria.

Josep Baselga en el servicio de oncología de la Vall de Hebron en el 2009.

Josep Baselga en el servicio de oncología de la Vall de Hebron en el 2009. / JOAN CORTADELLAS

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Michele Catanzaro
Michele Catanzaro

Periodista

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El oncólogo catalán Josep Baselga contribuyó a aumentar sustancialmente la supervivencia de pacientes con cáncer de mama. También dio pasos fundamentales para colocar Barcelona en el mapa mundial de la investigación contra el cáncer. 

Sin embargo, tuvo que dejar la dirección de uno de los mayores centros oncológicos del mundo, tras omitir en una serie de artículos unos conflictos de interés con la industria farmacéutica, estimados en millones de dólares.

Baselga ha fallecido hoy a los 61 años, víctima de una enfermedad neurológica rara y fulminante: el síndrome de Creutzfeld-Jacobs, de la familia de la enfermedad de las "vacas locas". 

Nacido en Barcelona en 1959, estudió Medicina en la Universitat Autònoma de Barcelona, donde se doctoró en 1992. Trabajó como oncólogo en el hospital de la Vall d’Hebron y luego en el hospital Memorial Sloan Kettering de Nueva York. 

Terapias moleculares

Su trabajo se centró en las terapias moleculares, que atacan de forma selectiva a las células tumorales. Estuvo implicado en desarrollo de fármacos importantes, sobre todo el trastuzumab, conocido como herceptina, que cambiaron de forma radical el tratamiento del cáncer de mama.

"Era una persona extraordinaria, que fue capaz de cambiar el curso de la evolución de diversos tipos de cáncer", afirma Joan Comella, director del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR). "Hemos perdido a uno de los grandes generales de nuestra de nuestra batalla contra la enfermedad", añade.

Vall d'Hebron Institut d'Oncologia

En 1996 tomó la dirección del servicio de oncología del hospital Vall d’Hebron y en 2006 fundó el Vall d’Hebron Institut d’Oncologia (VHIO), que se ha convertido en un centro de referencia en Europa en la investigación y el tratamiento del cáncer. 

En sus intenciones, el centro nació para juntar investigación y asistencia y "trasladar los avances que se producían en el laboratorio al paciente de la forma más rápida posible", según un comunicado emitido por el VHIO. Ello representó un cambio paradigmático, consistente en tratar los pacientes de forma multidisciplinaria, según ha declarado el actual director del VHIO, Josep Tabernero.

“Él contribuyó realmente a la oncología de Catalunya, con un liderazgo europeo, a través del VHIO”, comenta Jordi Camí, director general del Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona (PRBB).

En 2010, Baselga tomó la dirección adjunta del Centro del Cáncer del Hospital General de Massachusetts, en Boston, y en 2013 la dirección médica del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, en Nueva York. A partir de 2014, también presidió la Asociación Americana de Investigación del Cáncer (AACR), la mayor organización científica del mundo sobre esa enfermedad. Anteriormente había presidido también la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO).

Conflictos de interés

Pero en 2018, una investigación de The New York Times y ProPublica destapó que, en una serie de artículos científicos sobre fármacos oncológicos, Baselga no había declarado que había recibido financiación de industrias farmacéuticas relacionadas con esos fármacos. Baselga admitió el error y dimitió de la dirección del centro.

En 2019, pasó a trabajar en la industria farmacéutica AstraZeneca, como vicepresidente ejecutivo de investigación oncológica.

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Baselga fue "una persona excepcional, apasionada por todo lo que hacía, especialmente por su profesión -la medicina del cáncer- y por su familia", según las palabras de un comunicado emitido por el VHIO. Tabernero destacó ayer su compasión para los enfermos, a los cuales transmitía muchos ánimos.

Fuentes conocedoras del oncólogo destacan su personalidad compleja y su gran ambición, que le granjearon algunas enemistades. "Era una de las personas más brillantes e inteligentes que he tratado", concluye Comella.