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Marta Altarriba: "No podemos relacionarnos solo a través de una pantalla"

Es una de las vecinas que abrió un grupo de barrio a través de la red Nextdoor. Ha ganado el premio Super Heroína con su cadena de amistad en Gràcia Nova.

Marta Altarriba, premiada como Supervecina, en Barcelona.

Marta Altarriba, premiada como Supervecina, en Barcelona. / ELISENDA PONS

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Patricia Castán

Los alquileres cortos, la gentrificación y la especulación han pulverizado en muchos casos a esas familias no de sangre que se se generaban al calor de las comunidades de vecinos. Pero frente al frecuente aislamiento vecinal en las grandes ciudades, han eclosionado las redes sociales de barrio, con Nextdoor a la cabeza. Un lunes de Pascua, Marta Altarriba -productora y periodista- lanzó una llamada en Gràcia Nova y pronto llovieron otros residentes con hambre de relaciones cara a cara. Tanta, que cada jueves se juntan una veintena por el puro gusto de interaccionar. Y la han convertido Supervecina ganadora (modalidad Super Heroína) de la pujante plataforma.

-¿Cómo se le ocurrió acercarse a sus vecinos vía móvil? 

-Me acababa de separar, me cambié de vivienda y sentí la necesidad de abrir caminos y conocer gente del barrio como yo. Me hablaron de Nextdoor pero por mi zona no había ningún grupo donde encajar por edad o intereses, así que puse un mensaje muy simple y en unas horas respondió gente que  quería ampliar su vida social en la comunidad. A los tres días ya nos vimos en un bar cercano.

-¿Qué se encontró?

-Enseguida fuimos unas 20 personas. Ahora el grupo está en 44, pero lo ampliamos poco a poco porque en pocos meses se han creado espontáneamente unas dinámicas donde ahora tal vez no es tan fácil cuajar. En general es gente muy maja y normal, de 32 a 65 años con ganas de desconectar un rato de su rutina y hablar distendidamente.

-¿Entonces habrá vetado temas sensibles, como la política?

-De forma natural no se tocan asuntos polémicos, el ambiente es cordial y nadie acude allí a contar sus dramas, aunque si alguien ha vivido un momento delicado la gente ha respondido colaborando activamente.

-¿Generosidad espontánea?

-Una chica vivió una separación y el grupo la arropó. Una señora tuvo problemas de salud y trasladamos el punto de encuentro a un bar de debajo de su casa para facilitarle ir. A veces alguien consulta algo y en el chat encuentra respuestas. Y hasta nos hemos visto en la terraza de alguno para recibir el verano.

-¿No se les ha colado ningún indeseable? ¿O alguien en busca de ligues?

-Solo tuvimos algún problema con una persona, a la que invitamos a dejar el grupo. Y en cuanto a ligar, no es el propósito. Incluso viene gente en pareja, y muchos están casados. 

-Algunos grupos surgen por problemas del barrio o por intercambio de servicios. Pero ustedes cultivan el simple gusto del cara a cara humano.

-En la era de la comunicación estamos superconectados con gente que está muy lejos pero no somos capaces de relacionarnos con los de la puerta de al lado. Nos hemos creado barreras. ¡No podemos comunicarnos solo por medio de una pantalla! Cada vez somos menos capaces de hacerlo cara a cara.

-Oiga, ¿cómo se organizan para hablar entre tanto participante?

-La gente intenta ir sentándose con unos y con otros, aunque obviamente surjan afinidades concretas y algunos hagan también otros planes por su cuenta. Pero el punto de partida siempre es nuestro encuentro de los jueves, incluso lo adelantamos para ganar algo de tiempo juntos.

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-¿Ha hecho amigos-amigos?

-Sí, hay amigas con las quedo para hablar, pasear, ir a la playa o al cine o a pasear. Y lo fuerte es que hay una sensación compartida en el grupo de ¡qué suerte de habernos conocido! Mis hijos al principio flipaban, pero hace unas semanas hasta vinieron a la entrega de premios.