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Antonella Broglia: "El emprendedor social no tira nunca la toalla"

Embarcada en la misión de detectar talento capaz de transformar realidades con voluntad, empeño y convicción de lograrlo.

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Carme Escales
Carme Escales

Periodista

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Caminando por el barrio madrileño de Lavapiés, pasó frente a una fontanería de las de toda la vida. Dos socios a punto de jubilarse habían colgado el cartel de ‘Se vende’, y al verlo algo palpitó en ella. En esos 35 m2 se vio desarrollando su actividad. Antonella Broglia descubre la emprendeduría social como embajadora de la asociación Ashoka. Y en aquel espacio imaginó una conexión soñada. En sus primeros viajes a Berlín y Nueva York, en barrios como Brooklyn había conectado su sueño con el de artistas que se dejaban ver tras los cristales de sus talleres a pie de calle. Como ahora ella. Puede ver, saludar, charlar con vecinos, viandantes de cultura, edad e inquietudes diversas. Los ojos abiertos al mundo de esta italiana son un canal vital necesario para la sociedad.

Creer que se puede y hacer que se pueda. Ashoka

Somos 500 nominadores en España en busca de esos motores de cambio, personas que actúan individualmente, fundaciones o empresas, a través de su RSC.

¿Cómo dar con el emprendedor social?

El verdadero emprendedor siempre habla de lo que hace, es obstinado, resiliente, y se arremanga, se pone en marcha por lo que cree útil para la sociedad. No mide el éxito con dinero, sus resultados son vidas cambiadas, sea implantando un sistema de vacunas en África o abriendo la mente a la gente para tratar de igual a igual con personas del colectivo LGTB o con dificultades como la dislexia. Toda persona puede ser motor de un pequeño cambio, en el patio de la escuela, en el barrio, en la redacción de un diario. 

‘Todo el mundo un agente de cambio’ es el lema del creador de Ashoka, Bill Drayton.

Visibilizamos la figura que entra en contacto con el sufrimiento y se pone a trabajar, ahí ponemos un foco. Tratamos de promover el tejido emprendedor donde el motor es una persona que no tira la toalla. El emprendedor social nunca tira la toalla.

Su relato de ejemplos de impulso social en Para Todos La 2 (RTVE), o en sus colaboraciones con el programa Rescatadores de Talento

Mi pasión por comunicar –es Embajadora TEDx para Europa y organizó Tedx en Madrid–. La comunicación abre canales y conexiones. Siento pasión por buscar, llegar a cambios sistémicos, a la causa de la injusticia, no poner parches sobre lo que va mal. Lo que tengo entre manos me hace muy feliz y todo me ha llegado por casualidad. 

Nació en Módena (Italia). Su madre cosía y su padre trabajaba en un matadero.

Éramos clase trabajadora. Yo doblé sujetadores en una fábrica para aportar algo más. Si estoy aquí y si hubo un Berlín en mi vida fue porque se me educó desde el instinto, no desde el privilegio. Empecé Derecho, la más blanda de las tres carreras en Módena. Mi cambio llegó al entrar en una pequeña agencia de publicidad. Nacían las teles privadas de Berlusconi y yo planifiqué campañas. Descubrí el talento tras la publicidad y valores universales, en el teatro.

Talento y valores, unas buenas alas.

Llegué a Madrid para el lanzamiento de un coche. La creatividad española era una referencia y me entusiasmó la ciudad. La campaña me llevó por toda Europa y aprendí sus culturas. Pero desde el 11S la industria fue en caída. Las cumbres de Río, Seattle, la antiglobalización fueron reveladoras. Me pregunté si valía la pena vender para dar juego a las grandes multinacionales. 

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Dio un golpe de timón.

De nuevo por casualidad, compartí un viaje con la directora de Ashoka en España. Me especialicé en oratoria y en innovación. Pillé la bici, llevé mis numerosos DVD’s a la biblioteca del barrio y ropa a la parroquia. Ajusté mi vida al espacio que me enamoró, y ahora siento que la vida ha tenido sentido.