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Carta destacada del día: Trágicas consecuencias del abandono de perros

 EL PERIÓDICO publica opiniones, réplicas y sugerencias de interés general, respetuosas hacia las personas e instituciones. No se considerarán las cartas de más de 15 líneas, que podrán ser extractadas. Aun así, resulta imposible publicarlas todas. Tampoco se mantendrá correspondencia o contacto telefónico sobre ellas. Deben constar: nombre y apellidos, DNI, domicilio y teléfono.

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Maria Eulàlia Trias Capella
Barcelona

Mi familia vive en el campo, y allí presencié, el domingo pasado, un incidente terrible. Cinco perros asilvestrados, animales abandonados que forman una manada, fueron a la masía, rodearon a una gata, la atraparon y la destrozaron. Ocurrió en un momento, muy rápido, sin tiempo para reaccionar; cuando salió el perro de la casa, y también mi hermana, corriendo, ya era demasiado tarde. No es la primera vez que pasa algo así; en una masía vecina, hace ya tiempo, dos perros abandonados mataron a seis gatos, y en el 2008, el perro que tenía mi hermana perdió la vida al defender un asalto al gallinero de tres canes. Los perros abandonados pasan hambre y buscan comida, por lo que los payeses están acostumbrados a verlos rondando las casas y, por desgracia, a veces, causando estragos entre gallinas y gatos. Necesitan alimentarse, como todo el mundo, y recurren a la caza que les resulta más fácil.

Los payeses suelen ser resignados y tranquilos, y es habitual oírles decir «¿y qué le vamos a hacer?». Yo, sin embargo, no me resigno y denuncio lo que está pasando. Los individuos que se deshacen de las mascotas no tienen ni idea de las graves consecuencias que causan con su actitud. Los accidentes de tráfico producidos por las maniobras de los conductores para evitar el atropello de un perro abandonado, los ataques que sufren algunos excursionistas, la caza de ganado y al asalto a las masías son cuatro ejemplos. Mucha gente cree que un animal dejado por su dueño se muere o acaba en la perrera, pero no siempre es así. El instinto de supervivencia les lleva a hacer lo que sea. Hay que reflexionar sobre las repercusiones del abandono, aparte de la inmoralidad del hecho en sí.