Una playa española con poca gente, el sueño del verano del covid-19

Coger el coche y largarse unos días a una playa española con poca gente. Dormir en un hotel o un hostal, los mismos días o tal vez unos pocos menos de los pensados inicialmente, o abrir la segunda residencia, la propia o una prestada. Esos son los planes de los españoles para este verano según un estudio. Los chiringuitos no se nombran pero se da por hecho que entran en ese imaginario con el que se sueña en el inicio de la desescalada del confinamiento provocado por la crisis del covid-19.

Una encuesta sobre las intenciones de los españoles para este verano apunta a que se mantiene una alta predisposición a viajar a hacerlo por España y a la costa. Hasta ahí nada que no hubiera podido salir otro año. Eso sí, los viajes de grupo han desaparecido de los planes y un 32,8% asume que tendrá que recortar sus vacaciones.

Pero el estudio pregunta por esos criterios a la hora de elegir el plan de vacaciones y es aquí donde el covid-19 deja su huella con más fuerza, pues a lo que más importancia se le da (4,1) es que esté poco masificado, seguido a muy poca distancia de la seguridad, que incluye las condiciones sanitarias (4). Cómo será el efecto de la pandemia para que estén por delante del precio (3,5).

Estas son algunas de las conclusiones del informe que la consultora dna ha realizado tras una encuesta a 1.208 personas y con la idea de ofrecer información “a proveedores, canal de intermediación y destinos” para que puedan adaptar sus estrategias.

Ganas de viajar

Para todos ellos, la mejor noticia es que el 81,7% está dispuesto a viajar este verano (y un 60,3% tiene muchas ganas de hacerlo), siempre partiendo de la premisa de que se levanta el estado de alarma y que se puede viajar tanto por España como al extranjero. El punto de partida de la encuesta es una pandemia que sigue su curso pero está latente y eso hace que el 6,2% haya decidido quedarse en casa por miedo.

Los que viajen tiene pensado abrumadoramente organizarse ellos mismos el viaje por Internet (84,5%) y mayoritariamente, casi siete de cada diez, con la pareja o familia directa. El 31,2% lo haría con amigos o familia lejana y un llamativo 0% lo quiere hacer en grupo. La consultora advierte que estos viajes sólo se recuperarán “por una mejora de las condiciones de seguridad sanitaria, así como una comunicación y marketing muy orientados a paliar los efectos psicológicos que nos está dejando la pandemia”. O con la aparición de una vacuna, claro.

Viajes en coche (61,5%) y avión (30,5%) con clara preferencia por el turismo nacional (77,5%). Pero el estudio detecta también un repunte de los destinos internacionales, que son los que elegirían el 20,1% de los encuestados, frente al 10,4% que ofrecía la encuesta del INE de 2019.

Andalucía, líder

Andalucía barre en el ‘ranking’ de destinos preferidos pues la eligen el 33,1% de los encuestados. No se preguntan las razones pero la amplitud de las playas o sus precios generalmente comedidos pueden estar detrás. De hecho, el 57,3% de los encuestados dicen buscar el sol y el mar. En el pelotón perseguidor hay tres destacados casi empatados que son Baleares 9,7%, la Comunitat Valenciana 9,2% y Catalunya 8,6%. El 23,7% se decantaría por la naturaleza.

Los hoteles encabezan la preferencia para las pernoctaciones, elegidos por un 31,9% frente al 20,9% de los apartamentos turísticos. Eso sí, un 18,8% echará mano de la segunda vivienda y un 8,6% la pedirá  a los familiares. Toca volver a mirar el bolsillo.

Por eso un, tres de cada díez asumen que tocará acortar las vacaciones, frente a un 5,9% que ha decidido que ya está bien de sufrir y las alargará. El resto las dejará igual aunque de esos un 8,6% las fraccionará. Por lo que pueda venir.