La Generalitat niega que la grieta de Urgell se deba a las obras de la L8 pero admite que "ha evolucionado"

La fisura detectada en un edificio de la calle Urgell de Barcelona, contigua a las obras de la L8 de Ferrocarriles de la Generalitat (FGC), no es estructural ni compromete la seguridad del inmueble, según la primera inspección de los técnicos del Departament de Territori de la Generalitat. La grieta del edificio -ha informado este jueves la consellería- es anterior a las obras de la L8, aunque "la fisura ha evolucionado" recientemente.

Pese a ello, con los datos que se disponen actualmente, el departamento ha admitido que no se puede confirmar ni descartar si la evolución de la grieta es consecuencia de los trabajos en la L8. Como medida de seguridad, el departamento ha anunciado que, además de los instrumentos medidores previstos, instalará aparatos dedicados exclusivamente a monitorear la evolución de la fisura.

La conselleria ha recordado que, antes de las obras del metro, se llevan a cabo inspecciones previas en los edificios que pueden verse afectados, controles que avanzarán en los inmuebles antiguos y de características similares al inmueble afectado. Asimismo, el proyecto optará por excavar el terreno con medios manuales para minimizar posibles impactos de los trabajos que ya se están llevando a cabo.

Campaña de inspecciones

Durante el mes de marzo, técnicos del Departament de Territori llevan a cabo una campaña para inspeccionar todos los edificios en los alrededores del futuro túnel y las futuras estaciones del tramo de la L8 de FGC que se prolongará hasta la estación de Gràcia. En concreto, el departamento ha comenzado con 1.066 inspecciones en viviendas, locales comerciales y aparcamientos en los alrededores de las futuras estaciones de Francesc Macià y Hospital Clínic y de la salida de emergencia prevista en el cruce entre las calles de Comte d'Urgell y Consell de Cent.

Entre este año y el próximo, las inspecciones previstas son 13.000. En el caso de los edificios, se evalúan elementos comunes, fachadas y escaleras, así como el interior de cada una de las viviendas. El plazo previsto de las obras de ejecución del futuro túnel es de 58 meses, ya adjudicados por 300 millones y que han empezado en enero. Habrá que sumar luego más trabajos, como los de poner vías y catenarias, por importe total estimado de unos 104 millones.

El conjunto del proyecto, incluido en el Plan Director de Infraestructuras 2001-2010, requerirá de una inversión de 412 millones. La previsión es que el alargamiento esté listo entre 2029 y 2030.