Punto negro de movilidad vecinal

El ayuntamiento para las obras de las polémicas escaleras de Diagonal con Castillejos

La nueva Diagonal de Girona a Glòries se estrenará en marzo con los vecinos agotados por las obras

La nueva Diagonal da los primeros pasos hacia la esperada resurrección comercial

Una pareja mira el lugar en el que estban previstas las escaleras.

Una pareja mira el lugar en el que estban previstas las escaleras. / JORDI OTIX

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Ayuntamiento de Barcelona ha terminado por dar la razón a los vecinos de la confluencia de la Diagonal con la calle de Castillejos y ha interrumpido las obras, aunque ya encararan la recta final, de las escaleras con las que se iba a salvar el desnivel que existe al cruzar esa avenida. La Diagonal, entre el paseo de Sant Joan y Glòries, está siendo objeto de una profunda reforma con motivo de la prolongación de la red del tranvía hasta la calle de Girona, pero el rediseño del espacio ha venido en todo momento condicionado por el túnel del subsuelo, de los trenes de Rodalies. El paseo central de la Diagonal entre Glòries y Aragó descansa literalmente en el techo de ese túnel subterráneo, de modo que las cotas en superficie no podían ser alteradas. El caso de las escaleras es una consecuencia directa de ese condicionante y, a todas luces, un punto negro del proyecto.

Pancartas en los balcones en contra de las escaleras.

Pancartas en los balcones en contra de las escaleras. / JORDI OTIX

Ya había, antes de la reurbanización, escalones en el lado mar del cruce con Castillejos. Desde el punto de vista de los vecinos, lo inaceptable es que, con la inversión realizada, no se haya apostado por una solución menos incómoda, como una rampa, y, además, que por culpa de la presencia de las vías del tranvía, el tramo de escaleras previsto sea ahora más corto y, por lo tanto, más empinado. Los vecinos consideran que esta es una solución inaceptable para las personas con problemas de movilidad, y más, como dicen una de las afectadas, visto que en conjunto de la ciudad en esta materia se ha avanzado notablemente en los últimos años, tanto en la red del metro, como en las rampas para cruzar las calles junto a los semáforos. La persistencia de estas escaleras, visto así, es toda una anomalía.

El remedio, avisan fuentes municipales, no es fácil, algo que en lo que los propios vecinos dicen estar de acuerdo. El objetivo, dicen esas mismas fuentes, es encontrar “una urbanización final más satisfactoria, que mejore la seguridad y los itinerarios de los viandantes”.