En la Casa Elizalde

La Sindicatura de Greuges pesca quejas vecinales en el Eixample

David Bondia traslada siete horas su despacho a la Casa Elizalde dentro del programa Sindicatura Itinerante

El Síndic de Greuges denuncia que el ayuntamiento dificulta el empadronamiento de los sin hogar

David Bondia, en febrero de 2023, durante la presentación de un informe ante la corporación municipal.

David Bondia, en febrero de 2023, durante la presentación de un informe ante la corporación municipal. / RICARD CUGAT

Carles Cols

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Durante siete horas ha estado este miércoles David Bondia, Síndic de Greuges de Barcelona, en la primera planta de la Casa Elizalde para atender las quejas de los vecinos del Eixample. A esto lo llaman la sindicatura itinerante. El próximo 13 de febrero, este despacho móvil, por ejemplo, estará en los barrios de Bèsos y Maresme. Por respeto a la verdad, sin embargo, hay que reseñar aquí que no había colas. Quejas, sí, no menores, además, pero ha sido, podría decirse, una jornada cualitativamente importante, aunque cuantitativamente plácida. No debería ser considerado esto un fracaso. Hay uno de aquellos brevísimos cuentos de Max Aub perfecto para situaciones como esta: “Esa hormiga odiaba aquel león. Tardó 10.000 años, pero se lo comió todo, poco a poco, sin que él se diera cuenta”.

Han atendido Bondia y su equipo en su paso por la Casa Elizalde a varios vecinos, para lo imaginable por una parte, pisos turísticos molestos y disconformidades con la ubicación y el estado de algunas piezas del mobiliario urbano, pero también para lo menos común, como un posible narcopiso en pleno corazón del distrito, cerca del Hospital Clínic. Esta sindicatura, no obstante, no es una primera instancia. No está concebida como la primera puerta a la que se llama. Quien a ella acude es porque entiende que el ayuntamiento no ha sabido dar respuesta a un problema cuando se le ha comunicado por los canales habituales, un abanico de posibilidades que incluye, si así se desea, el teléfono 010.

Alcalde de noche

Una de las tareas de este organismo independiente, o sea, ajeno a las voluntades del equipo de gobierno municipal, es precisamente ser un reactivo ante la inacción, explica Bondia. A veces lo hace a través de informes que son noticia, pero a menudo actúa sin hacer ruido, con gran paciencia, como la hormiga del león. Tal vez las hemerotecas ni siquiera sean el lugar donde ir a constatarlo, pero debates como el alcalde de noche que ahora ha puesto sobre la mesa Jaume Collboni ya lo recomendó la Sindicatura de Greuges hace un par de años, convencida de que Barcelona carece de un suficiente tejido de ocio que satisfaga las necesidades de quienes quieren vivir la noche sin que ello perturbe la paz de quienes quieren descansar.

A veces, acepta Bondia con deportividad, sucede precisamente esto, que de mantener un contacto directo con los vecinos nacen propuestas que, llegado el caso, el alcalde, el concejal responsable de un área municipal o incluso un partido con representación en el consistorio la hace suya y la Sindicatura de Greuges queda en un segundo plano, cuando directamente en la invisibilidad. Dice Bondia que tampoco está nada mal ser aquello que en la navegación de alta mar se conoce como el bulbo de proa, es decir, aquella protuberancia que medio sumergida rompe en primera instancia las olas de los grandes buques. Reduce la resistencia al avance de la nave, en esta caso, la correcta política municipal.