El reto de la contaminación

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Un niño participa en la protesta con la reivindicación principal estampada en la mejilla.

Un niño participa en la protesta con la reivindicación principal estampada en la mejilla. / JORDI COTRINA

Carles Cols

Carles Cols

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En nombre de los 12.000 vecinos que viven en Aragó, la plataforma Eixample Respira ha retomado su estrategia de cortar periódicamente el tráfico en esa calle para reclamar que deje de ser, según sus propias palabras, “una autopista urbana”. El cruce elegido esta vez para llamar la atención sobre el problema que padecen a diario es, por dos razones de peso, la intersección con Viladomat: justo ahí hay una escuela, Els Llorers, y justo ahí tenía que urbanizarse uno de los ‘ecochaflanes’ que el nuevo equipo de gobierno que preside Jaume Collboni ha descartado.

La contaminación atmosférica en esa parte de la ciudad lleva varios meses por mínimamente por debajo de los límites que establece la Unión Europea (UE), pero también está desproporcionadamente por encima de lo que aconseja la Organización Mundial de la Salud. La UE tiene previsto próximamente revisar a la baja sus criterios y aproximarlos a los de las autoridades sanitarias mundiales. Cuando eso suceda, una esquina como la de Aragó con Viladomat será de repente un punto negro de la salud, con el agravante de que gran parte de las víctimas son en ese lugar menores de edad.

La calle de Aragó, entre Borrell y Viladomat, durnte la manifestación.

La calle de Aragó, entre Borrell y Viladomat, durnte la manifestación. / JORDI COTRINA

Los índices de NO2 que registra la estación de medición de la Esquerra de l’Eixample (situada a solo dos manzanas del lugar de la protesta) son elevados y ocasionalmente superan el límite legal de los 40 microgramos por metro cúbico, pero los expertos en la materia invitan a no desdeñar el otro contaminante que controlan los medidores de esa instalación las partículas en suspensión. Este es un contaminante especialmente dañino a corta distancia, o sea, es el que inhalan en las aceras los niños cuando salen de la escuela si el tráfico está a muy poco metros. Cuanto mayor es la distancia, menos daño causa. Y luego está el otro perjuicio, el acústico.

Corte de tráfico en Aragó, el pasado octubre, en demanda de una calle con menos tráfico.

Dos niños, con un cartel reivindicativo. / JORDI COTRINA

Esta última es la razón por la que Eixample Respira considera un error que de forma unilateral el Ayuntamiento de Barcelona haya cancelado el proyecto del ‘ecochaflán’ de Viladomat, porque, por una parte, avanzaba hacia la pacificación de Aragó y, por otra, porque era el fruto acordado tras un proceso participativo.

La protesta ha subrayado Eixample Respira que forma parte de una campaña mundial bautizada con el nombre de Streets for Kids, algo que era habitual no hace tantas décadas, es decir, que las calles fuera espacios amigables para jugar. Por eso el corte de tráfico ha sido programado a las cuatro y media de la tarde, la hora de salida de clase de la escuela. Era la imagen buscada, la de los niños jugando en mitad de la calzada, y no una cualquiera, sino la de Aragó.