Crecimiento chino

Expertos en geopolítica advierten del "desacoplamiento tecnológico" entre China y Occidente

La pugna tecnológica amenaza con dejar de lado a Europa y a sus empresas de los avances en China o EEUU

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Una juguetería, en Pekín.

Una juguetería, en Pekín. / AP/ Tatan Syuflana

Eduardo López Alonso

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La globalización está dando alas a la economía china frente al resto del mundo. Hace ya bastantes años que era previsible, pero es ahora cuando se percibe el crecimiento de barreras tecnológicas que pueden abrir brechas no previstas. Expertos en geopolítica reunidos en Esade esta semana han advertido del riesgo que supone para las empresas el "desacoplamiento tecnológico" entre China y Occidente. La pérdida de capacidad tecnológica de Europa, especialmente en el campo de los microchips pero también en productos de gran consumo, está aparejada al crecimiento de lo que se ha venido a llamar nacionalismo tecnológico, que supondrá fronteras técnicas complejas entre países, tanto desde un punto de vista de patentes como de intercambio de información.

El potencial desacoplamiento tecnológico entre China y Occidente supone un enorme desafío para la toma de decisiones de inversión de empresas y gobiernos de países desarrollados. Esta ha sido una de las conclusiones de la sesión 'La tecnología y la innovación, claves para la deflación y la productividad', tercera dentro del ciclo 'El regreso de la geopolítica a la agenda del Consejo de Administración', organizado por el Centro de Gobierno Corporativo de Esade y EsadeGeo.

Uno de los indicadores de las dificultades europeas para seguir el ritmo tecnológico es el registro de patentes, pero sobre todo el auge de la economía china en su apuesta tecnológica y apoyo a la revolución del coche eléctrico.

Para Emma Fernández, consejera independiente y miembro del Consejo Asesor del Centro de Gobierno Corporativo de Esade, "Europa ha perdido el liderazgo que un día tuvo con el despliegue de las redes de telefonía móvil", y esta circunstancia, sumada a la pérdida de productividad, "obliga a sus países y empresas a invertir más en tecnología". Una tarea cada vez más compleja debido a que "es muy probable que a largo plazo tengamos dos ecosistemas tecnológicos divergentes". De hecho, explica esta experta, "estamos asistiendo a un incremento en el ‘tecno-nacionalismo’, que está produciendo ‘guerra fría 2.0’ entre China y Estados Unidos y que va a tener un gran impacto en Europa".

El 2024, un año crucial

Raquel Jorge, investigadora del Real Instituto Elcano,coincidió también en esta apreciación, aunque ha advertido que " la cuestión no es qué bloque lidera qué tecnología sino cuál de los dos tiene el monopolio de esa tecnología. Es decir, quién tiene la capacidad de materializarla en producto y comercializarla". Los expertos auguran que este 2024 será un año crucial para la industria mundial de los microchips, por ejemplo. Las aplicaciones de inteligencia artificial han disparado una euforia en torno a las firmas tecnológicas en bolsa y agudizado la batalla geoestratégica en el marco de las ayudas pública de la ley estadounidense del chip ('the Chips act') de 2022 que anunció inversiones por unos 220.000 millones de dólares en nuevas plantas de fabricación de microchips en EEUU. Este 2024 está llamado a ser el año de 'ruptura' entre China y EEUU en la producción de chips de consumo, pero la batalla que se anuncia en cinco años será todavía más cruenta.

"En cuanto a las capacidades tecnológicas de la Unión Europea —añade— podemos hablar de tecnologías en las que es competitiva, como la inteligencia artificial y la ciberseguridad; otras, en las que está a la vanguardia, como servidores de datos o nuevas baterías, y otras en las que apenas dispone de capacidades mínimas para las que precisa de la colaboración pública-privada". "Aun así, tenemos numerosas oportunidades en el ámbito del blockchain, los espacios para datos, la virtualización y la ciberseguridad de las infraestructuras críticas y el sector público", concluye la experta en tecnología e internacionalización del Real Instituto Elcano.

Computación cuántica y su necesidad energética

"No todas las tecnologías son iguales",opina Carlos López Blanco, presidente de la Fundación ESYS y miembro del Consejo Asesor de Telefónica de España, quien insiste en que "el terreno donde se está jugando la hegemonía mundial tecnológica no es en la inteligencia artificial, sino en la computación cuántica, en la que Estados Unidos invierte 3.300 millones de dólares al año". "Ahora Europa —añade el también profesor de Esade Law School— no puede aspirar a liderar, pero sí a ser relevante en el caso de la regulación y en el de la digitalización de su economía". Este concepto, que según López no debe confundirse con el de ‘economía digital’, puede hacer que las empresas demanden tecnología cada vez más compleja, que pueda haber mercado para esa tecnología, y que se genere dentro de Europa.

María Sicilia, consejera independiente y directora de Inversiones de Enagás, ha querido apuntar que, para la mayoría de las tecnologías, especialmente para la cuántica, “se necesita mucha energía y gran parte del problema para ser competitivo en ella va a ser su precio”. “Por ejemplo —ha explicado— Europa paga siete veces más que Estados Unidos por el gas y tres veces más que China por la electricidad, aunque sin embargo España está en un punto privilegiado en ese aspecto”. “Aquí hemos ha sido capaces de navegar la crisis y salir en una posición más ventajosa que Alemania, a ver si también lo somos de atraer esas tecnología e industria, apoyados en las energías limpias”. “Pero la transición verde no va a ser fácil ni va a hacer disminuir las tensiones geopolíticas”, ha concluido haciendo referencia, entre otros, de la reducción en la importación de energías fósiles o la necesidad de minerales como el litio y tierras raras, en manos, ambos, de los mismos jugadores.