Niño Becerra, sobre la fuga de talento en España: "Reducida competitividad y rentas bajas"

"Puede que España sea un gran país para jubilarse. Pero, ¿lo es también para trabajar?", es la pregunta que la periodista especializada en información económica Inma Benedito ha lanzado en uno de sus últimos artículos, en el que comparte una reflexión sobre la fuga de talento en España, más tarde citada por el catedrático Santiago Niño Becerra.

Según datos recogidos en el citado artículo, más de 400.000 personas con estudios superiores emigraron de España en 2022 para trabajar en puestos de alta cualificación. La autora achaca este éxodo a la estructura del PIB en nuestro país, cuyo modelo productivo ha derivado en trabajo de baja cualificación –y, por ende, que requiera poca inversión–. Consecuentemente, la baja productividad resultante supone una "reducida competitividad y rentas bajas".

Los economistas mencionados no niegan que, paralelamente, llegue talento externo a España, pero –por lo general– este entra a trabajar en empresas externas.

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Balanza descompensada

El artículo, publicado en el portal 'Business Insider', también utiliza la analogía de una balanza en cuyos extremos se sitúan la calidad de vida y las condiciones del mercado laboral. "El clima y la calidad de vida tienen su peso, pero otras economías avanzadas nos superan en salarios y estabilidad laboral, y en ese nivel competitivo salimos perdiendo", asegura el investigador Florentino Felgueroso en declaraciones para el citado medio.

Sea como sea, habrá que nivelar esta balanza con tal de atraer a trabajadores jóvenes, ya que la jubilación de la mitad de trabajadores actuales en los próximos diez años y el envejecimiento demográfico obligarán a ello.

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Previsión pesimista

Lejos de compartir una visión esperanzadora, Falgueroso apuesta por un panorama que "solo puede empeorar". ¿Los motivos? La baja natalidad y la inminente jubilación de la generación del 'baby boom'. El artículo cita un estudio de Cepyme que muestra una pérdida de 38.000 jóvenes cada año desde 2003.

Otros desequilibrios como la falta de vacantes, combinada con la tasa de paro más alta de la Unión Europea (UE), hacen de España un país en desventaja respecto a otros como Alemania a la hora de atraer talento joven.