El fondo de capital riesgo de la Generalitat echa a andar con 55 millones de euros para financiar empresas de tecnología puntera

Algo más de dos años después de dar luz verde al proyecto, la Generalitat ya tiene listo su fondo de inversión en ‘startups’ científico-tecnológicas. El Govern ha oficializado este lunes la puesta en marcha del Fons d’Inversió en Tecnologia Avançada (FITA), una herramienta con la que pretende elevar el volumen de proyectos nacidos en la universidad o en centros de investigación que acaban llegando al mercado en forma de empresa (es decir, la transferencia tecnológica) e incentivar, en general, el número de compañías que se dedican al desarrollo de tecnología puntera y disruptivas (lo que en inglés se conoce como ‘deep tech’).

El fondo está dotado con 55 millones de euros, de los cuales 30 millones vienen directamente del erario público (15 millones de la conselleria de Economia i Hisenda, y otros 15 millones del departament de Recerca i Universitats). El Fondo Europeo de Inversiones (FEI) pone otros 15 millones y el resto procederá de inversores profesionales representados por la gestora barcelonesa GROW Venture Partners, el socio privado al que se ha adjudicado la gestión del vehículo.

Solo el 15% de 'startups' catalanas desarrollan tecnología puntera

Tal como está diseñado este fondo, la prioridad serán los proyectos que estén en fase de prueba de concepto o las empresas en fase muy inicial. Solo un 5% del dinero total se reserva para iniciativas en fase más avanzada que aún se estén desarrollando dentro del universo académico y siempre que se comprometan a crear la empresa en pocos meses. Las tecnologías que se priorizarán son la inteligencia artificial, la robótica, la cuántica, la fotónica, los semiconductores o la supercomputación, entre otros. Y la idea es no formar parte del capital de estas compañías más de 7 años o 10, como mucho.

La meta, según lo que han ido planteando las diferentes partes implicadas en la iniciativa este lunes en el acto de puesta en marcha del fondo, es que se creen más y mejores compañías, que esto atraiga más capital hacia las ‘spin offs’ (empresas nacidas a partir de descubrimientos y desarrollos llevados a cabo en el ámbito académico o en centros de investigación) y lograr retener muchos más profesionales en Catalunya en un momento en que la demanda es altísima y la competición entre países, aún más.

Reindustrializar patentando

"La política económica de este Govern tiene como eje central la reindustrialización del país, y si Catalunya se industrializó hace 200 años, fue gracias al talento", ha contextualizado el president de la Generalitat, Pere Aragonès. Según ha planteado el mandatario catalán, en esta comunidad crecen indicadores como el número de tesis doctorales, los artículos publicados en revistas científicas, las ayudas concedidas en ámbito europeo... pero hay "mucho ámbito de mejora" en el porcentaje de proyectos que se acaban transformando en un negocio. "Este proyecto se lleva a cabo para que se produzca este salto hacia adelante en la transferencia de conocimiento", ha explicado.

Mismo análisis ha hecho, desde su lado, el director de inversiones del FEI, Alessandro Tappi. "El nivel del emprendimiento en Catalunya es muy alto –ha reconocido este responsable–. Pero el nivel de patentes sobre nuevas ideas es muy bajo, en comparación con los estándares que puedas esperar de un país o región comparable a Suiza, Finlandia o Dinamarca en su posición de liderazgo en innovación". "La idea es trabajar en este segmento de mercado para ayudar a las 'spin offs'y a los investigadores académicos a construir sus empresas", ha subrayado.

Más gráfico aún ha sido el socio de Grow Venture Partners, Francisco Badía, al asegurar que el objetivo es ayudar a que los Intel, Google y Hewlett-Packard del futuro nazcan en Catalunya. "Lo que nos mueve, y estamos haciendo aquí, es forjar a nuevos emprendedores", ha resumido quien también se ha mostrado convencido de que este es el camino adecuado para transformar el tejido productivo haciendo que la economía del conocimiento gane peso, lograr aupar la actividad de universidades y centros de investigación, y obtener un impacto económico en forma de puestos de trabajo y riqueza que, además, dé retorno a los inversores privados. Esto, ha concluido, se traducirá en un efecto llamada que puede ser clave para que Catalunya obtenga la fama de ecosistema de tecnología e innovación internacional que ya tienen Silicon Valley o Israel.