3.200 millones de presupuesto

El plan del Govern para reindustrializar Catalunya, en 5 claves

Torrent certifica un acuerdo con patronal y sindicatos para crear 70.000 empleos y movilizar 3.200 millones hasta 2025

En el corazón de la acería del grupo Celsa en Castellbisbal.

En el corazón de la acería del grupo Celsa en Castellbisbal. / FERRAN NADEU

Gabriel Ubieto

Gabriel Ubieto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Objetivo reindustrializar Catalunya. Esta es la máxima con la que el ‘conseller’ de Empresa i Treball, Roger Torrent, ha diseñado y consensuado con patronales y sindicatos la nueva estrategia industrial para los próximos tres años. Un plan de choque para revertir la progresiva decadencia en la que desde hace décadas lleva instalado el sector secundario catalán y que estará dotado de un presupuesto récord de hasta 3.200 millones de euros. Fondos para atraer inversiones extranjeras, ayudas para transitar hacia energías verdes, menos cargas burocráticas, más y mejor suelo industrial disponible y mayor conectividad entre polígonos son solo algunas de las medidas que incluye el nuevo Pacte Nacional per a la Industria (PNI).

Estas son las claves de la estrategia 2022-2025 presentada este viernes en la Zona Franca de Barcelona.

Inversión récord 

La Generalitat de Catalunya movilizará un presupuesto récord para este nuevo pacto industrial. Están reservados un total de 2.817 millones de euros de recursos propios de la administración catalana, a los que pretende sumar unos 400 millones más de fondos europeos y abre la puerta a fiar otros 450 millones en concepto de créditos baratos a las empresas. Prácticamente dobla los 1.800 millones de euros que invirtió la Generalitat en el anterior Pacte Nacional per a la Industria, del que se criticó que se limitó a incluir en el mismo gastos corrientes del día a día de los departamentos y no inversiones extraordinarias y transformadoras.

El éxito o fracaso del actual Pacte está condicionado a, entre otros, la buena salud de la coalición de Govern y su supervivencia hasta el final de la legislatura. Pues cada año las partidas reservadas para política industrial dependerán de la aprobación o no de unos nuevos presupuestos. Si estos no prosperan, las partidas quedarán congeladas.

Más empleo y de mayor calidad

La industria es un sector que en Catalunya –al igual que en la mayoría de economías europeas- lleva varios años en repliegue. En las dos últimas décadas se han producido 82 deslocalizaciones, que han provocado la pérdida de 15.219 empleos, según datos de la Generalitat. Y la marcha de empresas, lejos de ser un recuerdo del pasado, es una amenaza a futuro que los firmantes del pacto reconocen y mueven ficha para evitar. De ahí esa inversión récord desde el sector público, tanto para tratar de evitar la fuga de empresas, como para atraer y acompañar a nuevas inversiones que se instalen en territorio catalán.

Es por ello que uno de los principales objetivos del Pacte Nacional es aumentar el peso de la industria en el PIB y en la ocupación. Actualmente hay 442.000 catalanes empleados en la industria, según los últimos datos del Idescat, y Torrent aspira a llegar a los 510.000 para el final de la legislatura. También a feminizar un sector históricamente masculinizado y conseguir que un tercio de esos ocupados sean mujeres. 

Más energía verde y más eficiente

Si bien no es una de las partidas que mayor inversión concentra, sí que es una de las más disruptivas respecto a la anterior estrategia industrial. La Generalitat y los agentes sociales tienen claro –especialmente en el actual contexto- que la energía será una de las claves de la competitividad de la industria del futuro. Para ello le dedicarán 403 millones de euros en tres años, con el objetivo de aumentar la energía renovable. Actualmente esta representa el 34% de la energía consumida en Catalunya y aspiran que llegue al 40% en 2025.

Para ello apuestan por la proliferación de comunidades energéticas, es decir, agrupaciones de empresas o de empresas y residencias de particulares con placas solares u otros elementos de autogeneración de energía. Así como la apertura de biorrefinerías, donde los residuos urbanos y especialmente los de la industria cárnica puedan ser reutilizados y reconvertidos en energía útil.

Más energía verde y hacer más con menos son las dos recetas del Pacte. Y es que el grueso de la inversión irá destinado a rehabilitar 65.000 viviendas en tres años, con el objetivo de reducir un mínimo del 30% su consumo energético. 

Digitalización e industria 4.0

La ‘conselleria’ de Empresa aspira a atraer proyectos industriales del extranjero que se complementen y multipliquen con el tejido productivo ya existente y le ayuden a dar un salto de calidad en las nuevas tecnologías. Como ejemplo, desde el departamento que dirige Torrent ponen la reciente inversión de la empresa surcoreana Iljin, que fabricará microchips en Mont-roig del Camp (Tarragona) y llegó tras una ronda de contactos promovida desde la Generalitat. El Pacte reserva una partida de 103 millones de euros para ir a buscar nuevos proyectos de este tipo y darles facilidades para que se instalen en Catalunya.

También se creará una ventanilla única para sensibilizar, acompañar y asesorar la industria en su transformación digital y se habilitará, entre otros, una línea de ayudas para proyectos de inversión de alto riesgo en R+D+I.

Un pacto fruto del consenso

Si bien el ‘conseller’ Torrent aspiraba a cerrar en cuatro meses su estrategia industrial, las conversaciones han acabado alargándose más de nueve pero han concluido con un consenso transversal. Tanto entre el Govern y los agentes sociales –cuyas relaciones reconocen que no pasan por su mejor momento, como entre los grupos políticos con representación del Parlament. Son firmantes del Pacte Nacional las dos patronales –Foment del Treball y Pimec- y los dos sindicatos –CCOO y UGT- más representativos de Catalunya, así como todo el arco parlamentario a excepción de Vox

Suscríbete para seguir leyendo