La Generalitat inyecta 45 millones de euros a la industria para crear 1.400 nuevos empleos

La Generalitat de Catalunya repartirá un total de 45,7 millones de euros a 205 empresas del sector industrial, que se comprometen a crear con ellos unos 1.400 nuevos puestos de trabajo. "Es la mayor línea de ayudas industriales que nunca haya hecho la Generalitat de Catalunya", según ha anunciado este lunes el conseller de Empresa i Treball, Roger Torrent, en rueda de prensa.

La administración catalana inyecta así vitaminas en un tejido industrial que en la última década no ha vivido sus mejores momentos y que en los dos últimos años ha sufrido el encarecimiento de precios de la energía y la carestía de ciertos suministros, como los semiconductores. Las transferencias publicitadas por Torrent van destinadas a consolidar y hacer crecer esos 205 proyectos industriales, estratégicos en sus respectivas cadenas de producción y que entre todos mantienen unos 19.295 empleos, según cálculos propios de la Generalitat.

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45,7 millones de euros para ayudar a empresas a abrir nuevas fábricas o comprar maquinaria, entre otros. Dicha inyección se abonará íntegramente antes de finalizar el mes de noviembre y son ayudas a fondo perdido, que costearán hasta un 20% de la inversión presentada por las empresas solicitantes. Es decir, si una compañía se compromete a invertir dos millones de euros, la conselleria de Empresa le dará hasta 400.000 euros.

Aquí la Generalitat ha aprovechado la excepcionalidad que permite la UE debido a la guerra en Ucrania, ya que ordinariamente las ayudas a la inversión a las corporaciones no permiten costear más de un 10% de la misma.

Los importes de las ayudas serán de un mínimo de 250.000 euros y un máximo de tres millones de euros y el 70% de empresas receptoras serán pymes. Y el principal compromiso que adquieren las compañías es mantener durante los tres próximos años sus volúmenes actuales de plantillas, bajo pena de tener que devolver las ayudas, además de ejecutar los proyectos presentados, que en la mayoría de casos implicarán nuevas contrataciones.

Esa cifra de 1.424 nuevos empleos que se crearán en la industria tras las ayudas públicas la saca la Generalitat de los proyectos presentados por las compañías participantes. En el mismo, cada una debe indicar específicamente cuántos puestos de trabajo generará tras recibir el dinero público e invertir de propio.

Los criterios de la Generalitat para conceder estas 205 ayudas, y descartar otras 50 que postularon pero no prosperaron, han sido tres: que la inversión mantuviera y creara nuevos empleos, que la empresa fuera estratégica a nivel territorial y trabajara con proveedores locales y que la inversión estuviera enfocada a digitalizar y/o mejorar la sostenibilidad de los procesos. "Las empresas industriales ganarán músculo, reforzamos así el tejido industrial catalán para aprovechar las nuevas oportunidades de negocio", ha declarado Torrent.

Por ejemplo, Copiral, una firma ubicada en Agramunt y especializada en producir pienso a través de reciclar alimentos desechados por la industria agroalimentaria, utilizará la ayuda para complementar una inversión de tres millones de euros con los que abrirá una nueva fábrica y creará 20 nuevos empleos. O Industrias Preciber, que doblará su superficie industrial en Reus y ampliará su plantilla.

Objetivo: repetir las ayudas en 2024

Esta convocatoria de ayudas, la mayor de la historia de la Generalitat para promover la actividad industrial, según ha destacado el conseller, se empezó a fraguar a finales de diciembre del 2022. El mes siguiente se publicaron las bases y este noviembre se abonarán todos los importes. Este programa de ayudas no tiene garantía de continuidad en una próxima edición el año que viene, si bien desde la conselleria de Empresa manifiestan su voluntad de que así sea. Dependerá, en gran parte, de si hay o no nuevos presupuestos de la Generalitat el próximo año.

Torrent alimenta con esta inyección de 45,7 millones de euros uno de sus grandes objetivos de la legislatura: reindustrializar Catalunya. Su objetivo es que este sector aumente su peso dentro del conjunto de la economía, hasta alcanzar el 25% en 2030. Una vieja aspiración de anteriores Governs y que, hasta la fecha, se les ha resistido. De momento y pese a la crisis energética y de carestía de semiconductores, Catalunya ha logrado mantenerse por encima del 20% del valor añadido bruto durante los últimos años.