Tecnología

La UPC crea un programa para estrechar su relación con la empresa y convertirse casi en su área de i+D

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El Campus Besòs de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC)

El Campus Besòs de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) / Blanca Blay / Acn

Paula Clemente

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La Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) pondrá este viernes formalmente en marcha un nuevo programa para multiplicar y mejorar sus proyectos de transferencia tecnológica. Se trata de una especie de nuevo departamento con equipo propio que se dedicará íntegramente a hacer de enlace entre la universidad y la empresa, con la idea de responder de forma más ágil y acertada a las necesidades que tenga la compañía: desde la búsqueda de perfiles especializados en nuevas tecnologías hasta la investigación capaz de resolverles un obstáculo técnico o científico. Como si fuera, casi, un departamento externo de i+D+I.

El plan es haber establecido de aquí a tres o cinco años acuerdos con entre 20 y 30 empresas, que habrán firmado un convenio de colaboración de mínimo tres años que les costará en torno a 100.000 euros anuales. A cambio, la universidad les asigna un gestor de proyectos como lo tendrían en una compañía con la que se asociaran, que será su enlace para todo lo que necesite dentro de la institución.

“Vemos que somos una institución muy grande, que tenemos contactos con la empresa de muchas maneras, a través de cátedras, proyectos de investigación, prácticas para alumnos… todo esto está muy bien, pero llegamos a la conclusión de que si lo hiciésemos de forma más ordenada, ganaríamos todos”, justifica el rector de la UPC, Daniel Crespo. Según su relato, esta es la primera universidad en España que instaura un programa así, aunque la inspiración viene directamente del Instituto Politécnico de Lisboa.

De entrada, la iniciativa –que pende del Centro de Innovación y Tecnología (CIT) de la UPC– nace en Catalunya con dos personas volcadas al 100% (el coordinador de Connèxia UPC, Jordi Martín, y un gestor de proyectos) y dos empresas que ya han empezado a llevar su relación con la Universidad a través de este sistema: Fractus, que lleva un año en ello y que ha servido a la Politècnica como prueba para perfeccionar su propuesta, y Schneider Electric, que se ha incorporado al programa hace cuatro meses. Según han confesado este jueves, ya hay otras dos multinacionales interesadas en ello.

Estabilizar los ingresos por i+D

“Esto no es una flor que haya brotado hace cinco días, es un proyecto que llevamos trabajando dentro de la universidad desde hace más de dos años”, ha justificado el delegado del rector adjunto al Vicerectorado de Transferencia, Innovación y Emprendimiento, Josep Lluís Larriba Pey. “Tenemos mucho conocimiento tecnológico, pero también mucho conocimiento de mercado”, ha agregado el director del CIT, Antonio Álvarez. De hecho, los profesionales que trabajarán en Connèxia –un número que irá en aumento a medida que crezca el volumen de compañías interesadas–, vienen más del mundo empresarial, que del académico, todo con la idea de que hablen el mismo idioma que el cliente que contratará este servicio.

Para la UPC, además de una forma de estrechar su vínculo con el mundo empresarial, es también una estrategia para estabilizar e incrementar lo que ingresa a través de la transferencia tecnológica. El año pasado, por ejemplo, esta institución ingresó 118 millones de euros a través de proyectos de colaboración (de los cuales 20 millones vinieron directamente de proyectos de i+D+I relacionados con el mundo de la empresa). En 2023, llevan acumulados 70 millones hasta septiembre y ya tienen otros 20 comprometidos.

“Connèxia es uno de los factores que nos puede ayudar a consolidar la captación de recursos indirectamente”, ha añadido el rector. Al final, estabilizar la relación con la empresa y que no tenga que firmar un acuerdo por cada proyecto concreto de colaboración, ayudaría a que estos ingresos no fluctuaran tanto en función de cuando se consigan, y cuando se agoten los contratos.