Encuesta KPMG

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La inflación y nuevas subidas de tipos son las mayores preocupaciones de los directivos inmobiliarios

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Sara Ledo

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Tres años después del inicio de la pandemia, el teletrabajo no se ha generalizado, pero sí se mantiene en muchas empresas. Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de este año, 1,5 millones de personas (7,3% de la población ocupada) teletrabaja al menos la mitad de los días. Pero sus jefes esperan que dejen de hacerlo pronto: casi todos los directivos de las grandes empresas españolas (89%) estarían dispuestos a recompensar "a través de retribuciones, incrementos salariales o promociones" a los empleados que quieran volver a la oficina.

Así se desprende del informe KPMG CEO Outlook 2023, en el que han participado 1.325 consejeros delegados de todo el mundo pertenecientes a empresas con una facturación superior a 500 millones de dólares, de los cuales 50 son españoles. En 2021, en esa misma encuesta, uno de cada tres directivos decía que contrataría a profesionales que trabajen principalemente en remoto y que la mayoría de sus empleados teletrabajaría al menos dos días a la semana, pero ahora la tendencia es la contraria y apuestan por volver a la oficina. Tres de cada cuatro directivos (78%, 14 puntos por encima de la media global) cree que en los próximos tres años (en 2026 como muy tarde) se recuperará el modelo completamente presencial.

Además, nueve de cada 10 encuestado afirma que incrementarán sus plantillas en los próximos tres años y la mitad, lo hará en al menos un 6%. El motivo no es otro que el optimismo sobre sus resultados. Y es que pese a los nubarrones en forma de inflación, si España presume de que su actividad económica resiste mejor que la de sus vecinos, sus empresarios hacen lo propio con su negocio. El 86% de los líderes españoles apuesta por el crecimiento de sus organizaciones en los próximos tres años, nueve puntos por encima del nivel registrado a escala global (77%). En ambos casos, confían en la buena evolución de la economía durante ese periodo, tanto a nivel nacional como global.

La incertidumbre política desaparece

La encuesta, realizada el pasado 15 de septiembre, no recoge la sensibilidad de los directivos de las grandes empresas tras el estallido de la guerra entre Gaza e Israel, pero sí tras el resultado de las elecciones del pasado 23 de julio y el debate sobre la amnistía. Pese a todo la incertidumbre política --ahora incluida en el concepto 'riesgos geopolíticos y la incertidumbre política'-- desaparece del mapa de riesgos español, donde pierden relevancia junto a los riesgos medioambientales y reputacionales.

El principal foco de incertidumbre ahora para los empresario nacionales es la inflación y el encarecimiento de los tipos de interés, según los directivos españoles, frente a los riesgos regulatorios, que si el año pasado encabezaban este listado, en esta edición ocupan el quinto lugar. A nivel global, los riesgos geopolíticos y la incertidumbre política lideran las preocupaciones, junto con los riesgos operativos y las tecnologías emergentes, que también son vistas como amenazas en el caso de España.

La inflación como prioridad

La inflación, las políticas monetarias más restrictivas, así como un contexto geopolítico complicado serán la prioridad estratégica principal de los empresarios españoles en los próximos tres años. Un 76% apunta a que el encarecimiento del coste de vida afectará negativamente al crecimiento de su compañía, mientras que cuatro de cada cinco líderes empresariales españoles (80%) consideran que el incremento de los tipos de interés y el endurecimiento de la política monetaria podrían prolongar una potencial recesión. Ambos porcentajes son similares a los registrados globalmente (77% en ambos casos).

Los dirigentes en este país se muestran convencidos de que la integridad es un factor fundamental para generar confianza y el 72% (71% a escala global) se muestra dispuesto a desinvertir en una división del negocio rentable si daña la reputación de la firma. Un 44% de los directivos afirma que es probable que lleven a cabo adquisiciones que tengan un impacto significativo en el conjunto de la organización en los próximos tres años, porcentaje ocho puntos inferior al global. Otro 44% tiene previsto realizar operaciones con un impacto moderado. La disponibilidad de financiación y la estabilidad en los mercados son los requisitos que establecen los directivos españoles para priorizar el crecimiento inorgánico frente al orgánico.

Mal preparados para ciberataques

Siete de cada diez dirigentes, tanto en España como a nivel global, se marcan como prioridad la inversión en inteligencia artificial. En España un 82% espera comenzar a rentabilizar esta inversión antes de cinco años, tres puntos por encima global de este informe. De hecho, la rentabilidad es el principal beneficio que identifican los CEO en esta tecnología, tanto en España como en el conjunto de mercados analizados (un 24% de los encuestados la marcan en España, dos puntos más que la media global de este informe).

En lo que respecta a la seguridad, tres de cada cuatro CEO españoles (74%, ocho puntos por debajo de la media global) señalan que, aunque la IA puede contribuir a dar respuesta a los ciberriesgos, también proporciona nuevas vías para llevar a cabo ciberataques, un aspecto al que hay que prestar especial atención, ya que uno de cada tres encuestados en España considera que su organización no está suficientemente preparada frente a un ciberataque (36%, nueve puntos por encima de la media global).