Anuario de Pimec

La plantilla media de las pymes catalanas lleva 20 años estancada en menos de 4 empleados

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Gabriel Ubieto

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Si un asalariado catalán mira en su oficina, fábrica o centro de trabajo a su derecha o a su izquierda lo más seguro es que no vea a más tres personas a su alrededor. Y es que la plantilla media de las pequeñas y medianas empresas catalanas lleva estancada durante más de 20 años en una cifra entorno a los 3,8 trabajadores. Y, dado su elevado peso dentro del tejido empresarial (siete de cada 10 asalariados catalanes trabaja en una pyme), ese estancamiento empuja la plantilla media en Catalunya a los 5,5 empleados por compañía.

Así lo cifra el anuario de la patronal Pimec, presentado este lunes y que confirma esa ambición de crecimiento frustrado entre las pymes. Y es que es un consenso extendido entre los actores económicos que a mayor tamaño de empresa, mayor viabilidad de la sociedad y mejores sueldos (por lo general). No obstante, en Catalunya la inmensa mayoría de las pymes no es solo que no logren dar el estirón y pasar a ser grandes corporaciones, sino que siguen igual de pequeñas -de media- que a principios de siglo.

"Nuestras pymes son mucho más pequeñas que las de nuestro entorno" y "si no tomamos decisiones para que crezcan, no lo harán", ha lamentado el presidente de Pimec, Antoni Cañete, durante la presentación del informe. Una fiscalidad más beneficiosa en comparación a las grandes, menos trabas para acceder a la contratación pública y poner coto a los tiempos de pago entre proveedores han sido las recetas que ha puesto encima de la mesa, compartida esta con el 'conseller' de Empresa i Treball, Roger Torrent. Este les ha manifestado su voluntad de simplificación administrativa" para ofrecerles "unos tempos más rápidos y unas respuestas más claras", sin concretar.

Coto al tiempo de pago de facturas

Desde Pimec han querido enfatizar especialmente la más reciente iniciativa legislativa de la UE sobre esta última cuestión. Y es que Bruselas pretende obligar a los estados a que tomen las medidas necesarias para garantizar que entre proveedores los pagos no superan los 30 días. Por ejemplo, si una empresa que fabrica lápices le compra madera a otra, no pueda pagarle dicha madera en un plazo de más de 30 días.

Actualmente la legislación española tasa en 30 días máximo para el sector público los tiempos de pagos y 60 paga el sector privado. Unos plazos que, según los datos presentados por Pimec, no se cumplen. En 2021 el pago a proveedores se situó en Catalunya en 68 días de media, una semana y un día por encima de lo legalmente tasado.

El principal obstáculo para el correcto cumplimiento de esta normativa es que la legislación española no incorpora un régimen sancionador para penalizar a aquellas empresas que se demoren en exceso. Es decir, pueden tardar más y ello no les supone un coste adicional, lo que, en la práctica, les permite financiarse en parte a coste cero.

Esa demora Pimec señala que se concentra, principalmente, en las grandes corporaciones y en detrimento de las pequeñas. Según sus datos, recopilados a través de los registros de la CNMC, las grandes sociedades (más de 250 empleados) cobran sus facturas actualmente a 61 días, pero tardan en pagar a sus proveedores unos 200 días.

Lo que tiene unos costes y lastra las cuentas de las más pequeñas. Según los cálculos presentados este lunes por la patronal, de cumplirse en Catalunya ese pago a proveedores a 30 días que propone la UE, ello se traduciría en una importante inyección de recursos para las pymes. Pimec estima que ajustar los tempos dispararía los ingresos de las pimes un 16%.

Desde el gabienet de estudios de la patronal han realizado este ejercicio asumiendo las caracteríticas de una pyme media. Es decir, con una facturación de 1,7 millones de euros anuales, un tiempo de cobro actual de 68 días por factura y un tipo de interés estimado del 6% anual (además de la inflación). En dicho caso, el beneficio de la sociedad pasaría de los actuales 74.600 euros anuales a 86.398 (+15,8%), que podría quedárselos el empresario o reinvertirlos en mejorar tecnología y/o subir sueldos a sus empleados.