Una semana de vistas

¿Cómo va el juicio de Celsa? Las claves del 'cara o cruz' que decidirá el futuro de la siderúrgica

Viaje al corazón de acero de Celsa | MULTIMEDIA

En qué manos dejamos a Celsa | EDITORIAL

En el corazón de la acería del grupo Celsa en Castellbisbal.

En el corazón de la acería del grupo Celsa en Castellbisbal. / FERRAN NADEU

Gabriel Ubieto

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El futuro de Celsa, la empresa familiar más grande de Catalunya, pende de un mazazo. Un “visto para sentencia” que se producirá este próximo martes y decidirá si el grupo siderúrgico más importante de toda España, que emplea a 10.000 personas y factura más e 6.000 millones de euros, sigue estando controlado por la familia Rubiralta o pasa a manos de un grupo de fondos acreedores. Estos ya no se fían que de la segunda generación de Rubiralta les devuelva el los más de 2.200 millones de euros de crédito y exigen ejecutar una especie de opción de compra a cambio de gran parte de lo prestado. Según han reiterado por activa y por pasiva tanto los representantes de los fondos como sus peritos, lo único que quieren cambiar en Celsa son los titulares de las sillas de su consejo de administración.

Durante las cinco jornadas de vistas orales que han tenido lugar esta semana se han evidenciado la disparidad de respuestas a la pregunta de: ¿Cuánto vale Celsa? Esa es la clave del proceso judicial que está teniendo lugar en el juzgado de lo mercantil número 2 de Barcelona. Pues si el valor determinado es inferior a la deuda contraída, los fondos acreedores se quedarán con el control de Celsa. Y estre grupo industrial ha ido ganando peso y consolidando su negocio -que exige altas inversiones para competir e ir renovando su tecnología- a golpe de deuda, entre otros.

¿Cuánto vale Celsa?

¿Cuánto vale Celsa?

Los Rubiralta hicieron desfilar a una batería de asesores que situaron el valor actual de la compañía entorno a los 6.200 millones de euros, según cálculos de la consultora Lazard. La contraparte, de la mano de Lexaudit y Grant Thornton, rebajaron dicho valor a entre 2.400 y 2.775 millones de euros. "No podría cubrir el total de su deuda", dijo Carlos Asensio, socio de esta segunda consultora.

Los Rubiralta contraatacaron y centraron su defensa en desprestigiar la elaboración de dichas tasaciones, intentando presentar a los fondos como desconocedores del día a día de la compañía y su diagnóstico como poco riguroso. El informe de la consultora BDO denunció "errores" en dichas valoraciones que rebajan el valor del grupo siderúrgico en más de 2.000 millones de euros. El juez deberá escoger cual de las dos versiones le parece más convincente.

El acero verde, clave de futuro

El acero verde, clave de futuro

La actual dirección de Celsa fio parte de la solvencia y rentabilidad futura de la compañía en el ‘acero verde’. Este es un tipo de acero fabricado sin apenas emisiones de carbón y CO2, cuando históricamente la generación de este material ha implicado grandes emisiones. La actual dirección defendió que están muy bien posicionados respecto a sus competidores para crecer por esta vía y diferenciarse.

"Consideramos que hay una prima, una mejora por operativa (en el caso de Celsa), por acero verde y otros factores, pero ya la tiene inmersa en la valoración que hemos hecho. No creemos que vaya más allá de nuestro escenario optimista", afirmó el socio de Grant Thornton, contratado por los acreedores.

La evolución a futuro del sector del acero y la capacidad de Celsa de aumentar sus márgenes de beneficios, con los que responder a futuro de la deuda, fue otro campo a debate. La consultora PWC, contratada por Celsa, avaló la previsión de la compañía de que su 'ebitda' o beneficio bruto de explotación crecerá un 3,4 % cada año, de media, entre 2022 y 2030. Si bien el 'ebitda' de Celsa previsto para 2023 sea inferior al de 2022.

Por el contrario, Deloitte –contratada por los acreedores- destacó que el negocio del acero está fuertemente influenciado por los ciclos económicos y que para los próximos ejercicios prevé caídas alrededor del 15% en la facturación, más concretamente en los años 2024 y 2025.

¿Qué pasará si ganan unos u otros?

¿Qué pasará si ganan unos u otros?

Disparidad en la valoración y en las consecuencias que tendrá que el juez elija entra una u otra versión. “Desastroso” fue un calificativo que se pronunció en reiteradas ocasiones durante las vistas y estuvo en boca de ambos bandos. Un “desastre” consideró que sería que los acreedores se quedarán con la propiedad del grupo industrial, consideró el vicepresidente de Celsa, Francesc Mesegué. "Trabajar con los fondos da miedo. […] El negocio de estos señores es vender y querrán seguir vendiendo", añadió.

Con ese mismo epíteto calificó el asesor financiero de los fondos acreedores, la firma Houlihan Lokey, la gestión durante los últimos años de los Rubiralta."En 2017 los bancos ya estaban hartos", afirmó su socio, Manuel Martínez-Fidalgo

Dentro de los fondos, el banco Kutxabank –el único acreedor que se ha desmarcado de la demanda- consideró que el plan de reestructuración "no tiene ni pies ni cabeza" y que los plazos de devolución de la deuda, una vez se hicieran cargo de la dirección, conduciría a Celsa a la insolvencia. "Estamos seguros que en el quinto año no se va a poder proceder al pago", afirmó.

¿Qué dicen los trabajadores de Celsa?

¿Qué dicen los trabajadores de Celsa?

Las explicaciones de los fondos no convencieron a los representantes de esos 10.000 empleados que mantiene Celsa en Catalunya, Euskadi y Cantabria. "Desde UGT y CCOO queremos mostrar nuestra preocupación ante las palabras de los fondos acreedores que durante varios testimonios durante las vistas por la presentación de su plan de reestructuración, explican que no prevén cierres de plantas ni deslocalizaciones, pero en cambio no explican ni han explicado en ningún momento cómo van a hacerlo ni cuál va a ser el plan industrial de la compañía si toman el control accionarial de la compañía", afirmaron en un comunicado.

La familia Rubiralta no solo ha conseguido convencer a sus plantillas, sino también a las administraciones y patronales. El Govern de la Generalitat de Catalunya motró su apoyo a la actual dirección en un comunicado previo al inicio del juicio, en el que destacó "su implicación en su defensa frente a cualquier amenaza que quiera imponer criterios extractores del valor industrial". En otro comunicado Foment del Treball definió a Celsa como una "compañía estratégica para el tejido industrial, catalán, español y europeo". "Damos apoyo a Celsa porque contribuye al crecimiento de la industria del territorio ya su reindustrialización y trabaja por la transformación industrial aplicando innovación y digitalización en sus procesos", añadió.

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