El SIL 2023 se rinde a la fiebre de la inteligencia artificial

Si un visitante del Salón Internacional de la Logística (SIL) se despista estos días por el pabellón 8 de la Fira de Barcelona puede pensar que se ha metido en un congreso de informática y no en uno de los certámenes más importantes de la logística. Anuncios de 'software' por todos lados, robots dando vueltas por el evento y la palabra “inteligente” casi omnipresente en toda lona a la vista. 

El “sector que hace que las cosas pasen”, como reza el logo de la edición número 25 del SIL que se celebra esta semana en Barcelona, se ha rendido a la fiebre de la inteligencia artificial. Y es que la apuesta por las nuevas tecnologías está reforzando el protagonismo de aquellas compañías dedicadas a las ‘meta logística’: empresas que gestionan datos virtuales de empresas que gestionan productos analógicos.

Tal como definió la directora general del Consorci de la Zona Franca de Barcelona, Blanca Sorigué, en la previa del SIL, el certamen ha pasado de estar lleno de estantes de empresas promocionando productos físicos a sencillas paradas donde lo que se vende son servicios para gestionar productos. Y los datos son una de las mercancías más comerciadas esta semana en la plaza de Espanya de Barcelona. 

Las firmas quieren saber en todo momento dónde está su producto, cómo ha salido, a qué velocidad va, cuándo llegará a tal o cual punto y cuándo podrá comunicarle al cliente que ya lo tiene disponible en su inventario. Todo ello sin revelar más información de la cuenta al siguiente eslabón de la cadena logística, con el fin de que cada actor conserve su fórmula de la ‘coca-cola’. Y ahí el papel de la inteligencia artificial cada vez será más preponderante. "Las compañías van a ir dirigidas por los datos", ha sintetizado la presidenta de la comisión de nuevas tecnologías de Feteia, Cristina Martín. 

La invasión de los robots

El algoritmo se vende en abstracto, pero también se puede ver estos días en la Fira. Máquinas embaladoras a cuatro ruedas que cubren un palet de mercancías con film a una velocidad que marearía a cualquier bípedo sin plumas. Carros que recorren la feria sin chocar con nadie y pidiendo que alguien les coloque un paquete en sus compartimentos. O robots pensados para acercarse a un trabajador y guiarlo mediante su pantalla en plena cadena de montaje, pero que estos días llevan de un lado a otro una bandeja con tarjetas de visita y chucherías. Son algunas de las 144 innovaciones que presentarán las empresas asistentes durante el salón. 

Aunque no solo de algoritmos viven estos días los ‘stands’ del SIL. Perviven los anuncios de empresas de ferris que los televidentes conocen por ofertar pasajes a las Islas Baleares pero que en el SIL ofrecen las tripas de sus barcos para transportar mercancía. También las compañías de camiones y sus fletes, con especial protagonismo en esta edición de las firmas turcas. E incluso la Generalitat de Catalunya ha aprovechado para montar un simulador de vuelos con el que promocionar el aeropuerto de Lleida-Alguaire para vuelos de mercancías. 

La logística de última milla también tiene su espacio estos días en la Fira y varios stands lucen servicios de reparto con bicicletas. Y es que la sostenibilidad presente en todas las ponencias busca fórmulas para aterrizar en el asfalto mezclando su vocación verde con la rentabilidad. 

La edición número 25 del SIL prevé congregar a unos 20.000 visitantes durante sus tres días de duración (7, 8 y 9 de julio) y sus organizadores prevén un impacto económico para la ciudad de Barcelona de unos 40 millones de euros.