En plena reestructuración

Wallbox facturó 147 millones de euros en 2022, más del doble respecto de 2021

La empresa vendió 230.000 cargadores el año pasado, suficientes para facturar 147 millones de euros, más del doble respecto de los 72 millones de 2021.

Para 2023, la compañía se centrará en reestructurar el negocio para afrontar la expansión de las infraestructuras de carga en 2024.

El CEO de Wallbox, Enric Asunción

El CEO de Wallbox, Enric Asunción

Álex Soler

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Wallbox cerró 2022 con unos ingresos récord de 147 millones de euros, lo que supone más que doblar la cifra del año anterior, cuando facturó 72 millones de euros. La firma, que desarrolla, produce y comercializa cargadores para vehículos eléctricos, ha presentado su balance económico para cerrar definitivamente un año clave en su desarrollo con las inauguraciones de su segunda planta de Barcelona y su nueva fábrica en Arlington, Texas, y las adquisiciones de Ares Electronics y Coil. Paralelamente, este fabricante de cargadores para el coche eléctrico prevé despedir a 92 trabajadores, en torno a 50 menos de lo que planteaba inicialmente, en el marco de un plan de ajuste de costes que favorezca la expansión internacional. La compañía se ha comprometido a indemnizar a los empleados afectados con una cantidad equivalente a un despido improcedente (33 días por año trabajado), incrementada con un pago adicional de 2.000 euros.

Pese a incrementar su facturación el año pasado, a raíz de las 230.000 unidades vendidas en todo el mundo, su beneficio operativo fue negativo, unas pérdidas de 86,3 millones de euros, desde los 35,3 millones positivos de 2021. El margen bruto se quedó en el 40,5%.

En el cuarto trimestre su facturación fue de 37,3 millones de euros, un 44% más respecto del mismo período de 2021. Desde la compañía señalan que su porcentaje de crecimiento es mayor al del mercado del vehículo eléctrico y que están satisfechos con su rendimiento en el mercado norteamericano, que consideran vital, con una mejora de su facturación del 425% en los últimos trimestres de 2022. Asimismo, explican que a finales del año pasado firmó varias cartas de intenciones no vinculantes que suman más de 30 millones de dólares en ventas del Hypernova, su cargador rápido de 400 kW de potencia.

Contexto complicado

Con todo, Wallbox también ha lamentado el “complejo” contexto global actual por las tensiones geopolíticas y los contratiempos económicos, como la inflación o el encarecimiento de las materias primas. En ese sentido, la compañía anunció el despido de cerca del 15% de su plantilla el pasado enero, unas 145 personas, aunque finalmente se acordó una reducción del plan hasta los 92 despidos. Enric Asunción, consejero delegado de la compañía, admite que “los resultados estuvieron ligeramente por debajo del rango esperado”, pero recuerda que “el crecimiento constante del negocio por encima del mercado es un testimonio de la solidez de nuestra cartera de producto y nuestras operaciones”.

Expectativas para 2023

Asunción espera que este año se mantengan las dificultades. “La industria ha vuelto a revisar a la baja los pronósticos de venta de vehículos eléctricos”, ha recordado, aunque ha asegurado que “somos optimistas en relación al futuro del mercado y con nuestra posición competitiva”. El directivo ha explicado que dedicarán este año a “optimizar el negocio, conservar caja y ser rentables” para afrontar un 2024 en el que “empezará la expansión masiva de infraestructura de carga”.

En ese sentido, para el año completo esperan una facturación de entre 240 y 290 millones de euros, lo que significaría mejorar entre el 60% y el 100%, con un margen bruto cercano al 38%. Para el primer semestre, los ingresos se situarán entre los 35 y los 40 millones, entre un 25% y un 45% más respecto al mismo período de 2022, con un margen bruto plano.