Macroeconomía

El FMI insta a contener el gasto público para frenar la inflación en Europa

La institución propone vincular las reglas fiscales al nivel de riesgo

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 El Fondo Monetario Internacional (FMI) sigue apelando a las viejas recetas económicas. La institución aseguró este lunes que una de las lecciones aprendidas a raíz de la pandemia es que aunque a veces pueda resultar conveniente llevar a su máxima potencia la actividad económica, su sobrecalentamiento crea un serio riesgo de inflación. El organismo con sede en Washington reitera que es necesario contener el gasto público para frenar la inflación en Europa.

El FMI recomendó en concreto este lunes a la UE que emprenda una reforma económicamente sólida y políticamente aceptable de su marco fiscal, para impedir una acumulación "indeseable" de deuda pública. "Las reglas existentes han tenido cierto éxito, especialmente al aumentar la conciencia pública de que los déficit fiscales deben estar por debajo del 3% del PIB, pero no han impedido una acumulación indeseable de deuda pública y riesgos de sostenibilidad fiscal en algunos miembros", dijo el organismo.

La institución económica, con sede en Washington, consideró en su informe que, tal y como se vio en la crisis de la deuda soberana europea, esos riesgos han amenazado la estabilidad de la unión monetaria en el pasado y siguen creando vulnerabilidades, a pesar de los esfuerzos para fortalecer la supervisión central.

El FMI propone vincular las reglas fiscales al nivel de riesgo. En su opinión, aunque el límite del 60% del PIB al endeudamiento y del 3% al déficit se mantienen como valores de referencia, "la velocidad y la ambición de los ajustes estarían ligados al grado de riesgos fiscales". El FMI no explica que ambos porcentajes no son el resultado de sesudos estudios macroeconómicos, sino que son más bien umbrales acordados sin respaldo econométrico consensuado. El nivel de endeudamiento de las economías puede depender de la solidez de sus estructuras económico sociales. Para ello suele ponerse como ejemplo Japón que ha cronificado niveles de deuda durante decenios.

Según el FMI, los países con mayor riesgo fiscal deberían avanzar hacia un equilibrio positivo en los próximos 3 a 5 años, mientras que aquellos con menores riesgos y una deuda por debajo del 60% pueden gozar de mayor flexibilidad. El FMI también ve necesario fortalecer las instituciones nacionales fiscales, con marcos a medio plazo y topes de gasto plurianuales y un mayor rol de los consejos fiscales independientes a la hora de avalar proyecciones macroeconómicas o de evaluar los riesgos financieros.

Estabilización ante todo

El tercer eje de su propuesta es una capacidad fiscal "bien diseñada" para conseguir dos objetivos clave: mejorar la estabilización macroeconómica y permitir la provisión de bienes públicos comunes a nivel comunitario, como en materia de cambio climático o seguridad energética. El FMI estima que sus recomendaciones deben verse como "un paquete de elementos interconectados para promover una reforma efectiva" y admite que requiere un esfuerzo mutuo entre las normas de la UE y la implementación nacional. A su juicio, "la extraordinaria incertidumbre económica y los retos fiscales que se avecinan" hacen que la deseada reforma no pueda esperar.

El organismo apunta que la extensión a 2023 de la cláusula general de escape, que facilita acometer gasto público sin exponerse a penalizaciones, brinda una ventana de oportunidad para hacer lo que solicita. "Más retrasos obligarían a los países a volver a las antiguas reglas con todos sus problemas. La oportunidad no debe desperdiciarse", concluye el FMI, que considera urgente llevar a cabo las modificaciones señaladas.

En su intervención en el simposio de política económica de la Reserva Federal en Jackson Hole (Wyoming, EEUU), la directora adjunta del FMI, Gita Gopinath, ya indicó la semana pasada que esta es una de las lecciones aprendidas de los últimos años, en que la covid-19 y la guerra en Ucrania han sido un "test de estrés" para las políticas monetarias de los distintos países y que "el trabajo de los bancos centrales devendría mucho más complejo".