Energía

El mercado eléctrico se rompe a la espera de que Bruselas decida si desvincula su precio del gas

El precio de la luz multiplica por diez el precio de la última década, hasta alcanzar los 544,98 euros este martes

Archivo - Una factura del consumo de luz, a 10 de septiembre de 2021, en Madrid (España).

Archivo - Una factura del consumo de luz, a 10 de septiembre de 2021, en Madrid (España). / Eduardo Parra - Europa Press - Archivo

Sara Ledo

Sara Ledo

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El mercado eléctrico se ha roto. El precio de la electricidad en el mercado mayorista asciende este martes hasta los 544,98 euros por megavatios-hora, cien euros más que los 442,54 euros por megavatio-hora de este lunes, más del doble de los 200 euros de media del mes de febrero y diez veces más que el precio medio de la última década. Este aumento se produce al son de los enloquecidos precios de cotización del gas natural por la guerra de Ucrania y a la espera de que Bruselas decida lanzar o no un salvavidas. La Comisión Europea anunciará este martes su nueva 'toolbox' de medidas ante la crisis de precios de la energía y, entre ellas, valora desacoplar el precio de la cotización del gas natural del mercado eléctrico de forma temporal para evitar que la escalada alcista de la materia prima repercuta directamente en la factura de la luz de los consumidores.

El disparate es todavía mayor al analizar el precio por horas del día. Entre las 7 y las 8 de la tarde, escalará hasta los 700 euros por megavatio-hora, mientras que durante diez horas será superior a los 600 euros. Unos precios nunca vistos en un mercado que tose al ritmo de la guerra de Ucrania y que no tiene precedentes. La media de precios desde el 2014, cuando se acoplaron todos los mercados europeos, hasta finales de 2019, antes del inicio de la pandemia que desplomó los precios por la baja demanda, es de 48,21 euros por megavatio-hora, según los datos del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE). Antes de eso, entre 1998 y 2014, fue de 39,23 euros por megavatio-hora. En 2020, de 33,95 euros, y en 2021, el año con el precio más caro de la historia, escaló hasta una media de 111,93 euros por megavatio-hora. 

El mercado eléctrico europeo se rige por un sistema de fijación de precios marginalista. Esto significa que la última tecnología en casar oferta y demanda es la que marca el precio para el resto. Y la última tecnología, en el caso del 'mix' español de electricidad, suelen ser los ciclos combinados --que queman gas natural-- y la energía hidráulica --que fija su precio en función del coste de oportunidad: ven a qué precio se están ofertando las centrales de gas y ofrecen un precio ligeramente inferior--.

Esto hace que en el resto de países europeos el precio de la electricidad en el mercado mayorista tenga este martes unos niveles muy similares. En el caso del Reino Unido será de 460,96 euros por megavatio-hora, en Francia de 540,66 euros por megavatio-hora y en Alemania de 487,57 euros por megavatio-hora. Por eso, el Gobierno español lleva meses pidiendo a Bruselas que desacople el precio del gas del precio del mercado eléctrico. Y aunque la medida en un principio no parecía del gusto de la Comisión Europea, ahora parece inevitable con unos precios que no dejan de crecer.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado a través de Twitter que será este martes cuando se anuncien las medidas que seguirán la misma línea que las recomendaciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) de diversificar el suministro de gas a Europa, acelerar la implantación de renovables y mejorar la eficiencia energética. Falta saber si se incluirá ahí el desacople del gas del mercado eléctrico y cómo se ejecutaría esa salida; bien sacando a los ciclos combinados de la casación, para evitar, así, el contagio sobre el resto de tecnologías o a través de un precio tope, a partir del cual no se pueda escalar. En cualquiera de los casos, se compensaría después a los ciclos combinados por el impacto del coste de gas natural que sufran.

Pero además, en el caso español, el problema es mayor que en otros países porque la tarifa doméstica de Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), a la que pueden acogerse los consumidores más vulnerables para recibir el bono social eléctrico, está indexada a los precios de la electricidad en el mercado mayorista y, por tanto, reciben cualquier fluctuación que se produzca en el mercado de forma instantánea.

Esta tarifa regulada siempre ha sido la más beneficiosa para los consumidores por ser la más transparente y porque sirve de referencia para las comercializadoras para establecer los precios de los contratos del mercado libre. Pero con los actuales precios desbocados ha dejado de ser rentable para los consumidores, que el año pasado pagaron un 20% más que la media de usuarios del mercado libre y que este mes tendrán unos precios impronunciables, si no hay un remedio antes de que se emitan las facturas. Pues, la rebaja de impuestos (IVA reducido del 10%, impuesto especial a la electricidad del 0,5% y suspensión del 7% a la producción eléctrica) que se extenderá hasta junio no será suficiente y este año la rebaja de cargos es inferior a la del año pasado (del 96% de entonces al 30% actual).

El Gobierno realizó el pasado octubre, el mismo día que el mercado mayorista superaba la barrera psicológica de los 200 euros, una consulta pública para una posible modificación de la tarifa regulada, de la que nada se ha vuelto a saber. Si bien es verdad, en los países en los que no hay una indexación entre el PVPC y la factura, el mercado eléctrico sigue siendo la referencia a la hora de establecer los precios para los consumidores, por lo que en un periodo normal, sin los factores exógenos extraordinarios de una guerra, cualquier tarifa libre es más cara que la regulada, pero menos volátil.