Análisis financiero
Crédito y Caución alerta de riesgo de más impagos en el sector de la alimentación
El alza de costes y la competencia amenazan con incrementar la morosidad
Eduardo López Alonso
Periodista.
Trabajo en El Periódico de Catalunya desde 1992, la mayor parte de ese tiempo en la sección de Economía. Ahora, en la sección Panorama que agrupa a Economía, Política e Internacional. Antes estuve en el diario ABC (Economía), Televisión Española (Economía), Grupo Recoletos (gratuitos locales) y en el ámbito de las televisiones locales (realizador). Licenciado en periodismo, diplomado en publicidad, máster de Información de Económica por la UAB y el Col·legi de Periodistas de Catalunya, cursé el doctorado de Económicas en la Universitat de Barcelona, pendiente de tesis doctoral ('Gestión de medios de comunicación en tiempos de crisis'). Autor del libro 'Las prejubilaciones del menosprecio'.
El aumento de los costes y la elevada competencia del sector de la alimentación en España amenaza con incrementar la morosidad en el sector. Es una de las conclusiones de un informe realizado por Crédito y Caución, que considera que el deterioro de los márgenes comerciales y el fin gradual de los estímulos fiscales podría provocar un aumento de los impagos y las insolvencias a lo largo de los próximos meses.
En concreto, Crédito y Caución prevé que el aumento de la presión de los costes que soporta el sector, el deterioro de los márgenes comerciales y el fin gradual de los estímulos fiscales podría dar lugar a un aumento de los impagos y las insolvencias, especialmente entre las empresas más pequeñas que han aumentado su endeudamiento durante la pandemia.
La aseguradora de crédito prevé que el valor añadido del sector crezca en torno al 2% en este ejercicio. Aunque la demanda de la restauración se ha incrementado desde el primer semestre de 2021, estos expertos consideran que se trata de una "recuperación inestable" debido a la propagación en curso de las variantes más recientes. Los productores y transformadores de los principales subsectores se enfrentan a precios elevados de las materias primas, los fertilizantes y la energía. El segmento de bebidas se ha recuperado parcialmente de la importante caída de ventas de 2020, aunque todavía no ha alcanzado los niveles anteriores a la pandemia. El segmento de las frutas y hortalizas, compuesto principalmente por pequeñas empresas, el aumento de las exportaciones compensa en parte el problema de los altos precios de sus insumos. En el segmento cárnico, las barreras a la importación impuestas recientemente desde China ha provocado un fuerte descenso de los precios del porcino lo que, en combinación con el aumento de los costes de la energía y los piensos, ha provocado un deterioro de los márgenes de los productores.
La situación no es exclusivamente española. A nivel global, la cadena de valor del sector alimentación presenta riesgos muy similares a los que afronta en España. En muchos mercados del mundo, los márgenes con los que trabajan las empresas productoras y transformadoras de alimentos son estructuralmente bajos y están bajo presión. Pero en España el sector de la distribución es muy diferente que en otros países, con gran peso de las enseñas locales y un entorno de gran competencia. El poder de negociación de los grandes minoristas y el canal descuento es muy elevado, pero las centrales de compra española también ofrecen precios muy competitivos para las cadenas independientes o locales. En cualquier caso, el tensionado de los precios se ve agudizado por la volatilidad de los precios de las materias primas, los efectos de la pandemia o la imprevisibilidad climatológica "pueden provocar potencialmente un deterioro inmediato de la rentabilidad de las empresas".
El cambio de hábitos de consumo es otro elemento que puede causar problemas a algunos productores. El cliente final exige cada vez mayor transparencia por parte de los fabricantes de alimentos y bebidas sobre sus ingredientes, procesos de producción y cadenas de suministro y quien no cumpla esas exigencias puede tener dificultades, tanto proveedores como distribuidores.
Los expertos de Crédito y Caución recuerdan que pese a estas dificultades la demanda de alimentos y bebidas es inelástica, debido al carácter esencial de su consumo. La polarización de rentas puede abonar el mercado a determinadas empresas capaces de ofrecer sus productos a segmentos de clientes específicos.
En este contexto, el sector alimentario presenta en el arranque de 2022 un alto riesgo de impago especialmente en Emiratos Árabes Unidos y moderado en Alemania, Bélgica, Dinamarca, Eslovaquia, España, Estados Unidos, Francia, México, Nueva Zelanda, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, República Checa, Rusia, Singapur o Suecia. El riesgo es bajo en Australia, Austria, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Hungría, India, Indonesia, Irlanda, Italia, Japón, Polonia, Suiza, Tailandia Taiwán y Turquía.
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