Díaz reconoce que "técnicamente" no se puede derogar la reforma laboral y asegura que no tocarán el despido

Yolanda Díaz reconoció este miércoles que hablar de "derogación de la reforma laboral" es un "fetiche político". Que, en realidad, "técnicamente" no se puede hacer. Una vuelta de rosca más al lío político (y semántico) que lleva casi dos semanas tensando al Gobierno de coalición. Lo que sí pretende hacer el Ejecutivo, dijo, es "suprimir" algunos aspectos, "cambiar" el marco de relaciones laborales. Es decir, el real decreto ley que aprobó Mariano Rajoy en 2012 cubre muchos ámbitos. Algunos se van a derogar, reformar o modernizar -según quién lo diga- y otros no. La vicepresidenta segunda afirmó que están centrados en la temporalidad y avisó que uno de los asuntos que no se van a tocar es la indemnización por despido improcedente. Justo el punto que los socios del Gobierno están exigiendo.

"No vamos a tocar el despido". De esta forma tan clara, la ministra de Trabajo zanjó en una entrevista en LaSexta la posibilidad de recuperar la compensación de 45 días por año trabajado en casos de despido improcedente. Con la norma del PP se rebajó a 33 días por año cotizado en la empresa. "Estamos en una reforma que es conocido lo que vamos a hacer", sentenció.

La vicepresidenta se escudó en que el acuerdo de coalición [Aquí en PDF] no contempla este compromiso. Si bien sí menciona la promesa de "recuperar los derechos laborales arrebatados por la reforma laboral de 2012", el texto que firmaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en 2019 no hace mención explícita a incrementar estas indemnizaciones. Sí detallan la promesa de "revisar las causas del despido para hacer más precisa la definición de las causas".

La aritmética parlamentaria

La contundencia de Díaz choca con las exigencias de los socios del Gobierno de coalición. ERC, EH Bildu y Más País han exigido en público y en privado a la vicepresidenta segunda recuperar la indemnización anterior a la reforma del PP. "No entiendo que quede fuera de las carpetas del Gobierno", lamentó Íñigo Errejón a primera hora del miércoles adelantándose a la confirmación de Díaz. En una entrevista en Onda Cero señaló que rebajar los días de indemnización no fue "una buena idea" porque abarataba el despido. Así, el descontento de las tres formaciones -suman 20 escaños- podría poner en un aprieto al Gobierno.

Antes de que termine el año, el Ejecutivo debe tener listo un acuerdo en la mesa de diálogo social que se traduzca en un real decreto ley que deberá ser aprobado antes del 31 de diciembre para cumplir con los compromisos con la Comisión Europea. Aunque las medidas estén vigentes desde su publicación en el BOE, el Gobierno deberá cosechar después el 'sí' del Congreso. Para ello necesitará el apoyo de los 13 diputados de los republicanos catalanes, los cinco de los abertzales y los dos de Errejón.

Disculpas

Sus socios parlamentarios también demandaron "claridad" al Ejecutivo tras unas semanas llenas de dimes y diretes. "Yo creo que la imagen que ha dado el Gobierno no es buena. A mí no me gusta esto", reconoció Díaz. La líder del sector morado del Gobierno acostumbra a mantener un perfil más alejado de las polémicas, aunque en esta ha sido la protagonista. "He pedido disculpas y lo hago hoy. No es manera de hacer las cosas. Sobre todo en una mesa que tiene muchísimas complejidades y que necesita silencio. Cualquier debate fuera que genere ruido altera los contenidos", recalcó.