MOROSIDAD PYMES

¿Qué consecuencias tiene en las pymes la morosidad?

Las pymes y autónomos son la parte del tejido empresarial que más están sufriendo la morosidad, una situación que se ha agravado con la crisis pero, ¿qué consecuencias tiene en la vida de este tipo de negocios?

Las pymes y autónomos son la parte del tejido empresarial que más están sufriendo la morosidad, una situación que se ha agravado con la crisis pero, ¿qué consecuencias tiene en la vida de este tipo de negocios?

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Lidia Álvarez Vellido

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Vivimos en un país de pymes. Según las cifras del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo a fecha de enero había 2,9 millones de pequeñas y medianas empresas en España y estas son las que más están sufriendo las consecuencias de la morosidad, una situación que se está agravando con la crisis del coronavirus y que está haciendo que este tipo de empresas también tarden en pagar. 

Sin ir más lejos, el Índice Sintético de Morosidad Empresarial (ISME) se situaba en el primer trimestre de 2020 en 95,6 puntos, lo que supone un incremento de 0,8 puntos respecto al cuarto trimestre del año anterior. 

En este sentido, según el Último Boletín elaborado por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), el periodo medio de pago de las empresas españolas sobrepasó los 87 días siendo 30 días después de la fecha en que el deudor haya recibido la factura el tiempo establecido por Ley para realizar estos pagos. 

Esta cifra ha sido la más alta desde el año 2011 y se ha visto incrementado, tanto en comparación con el último trimestre de 2019 como en términos interanuales en 4 días y en 2,1 días; respectivamente. 

Por el lado contrario, según el documento de CEPYME el porcentaje de crédito comercial en mora desciende 2,2 puntos porcentuales alcanzando el 68,3%, el mejor dato de los últimos cinco años. 

En cuanto a los sectores, el de construcción y promoción es la actividad que más tarda en pagar, siendo el periodo medio de pago de 101 días. A este le siguen el textil, con 92,9 días; el de plásticos, con 87,6 días; y el de siderometalurgia, con 81,5 días; todos ellos con un aumento de los días que tardan en pagar respecto al trimestre anterior. 

Por su parte, el sector de papel y artes gráficas fue el que más redujo esta demora, pasando de los 83,3 días a los 74,8; seguido de la agroalimentación, que reduce 4,8 días; y la actividad de distribución agroalimentaria, que lo reduce en 3,6 días. 

Dependiendo del tamaño de la empresa también existen variaciones en cuanto a los impagos y en este aspecto las pequeñas empresas han pasado a ser las que más tardan en pagar, algo que también ha tenido lugar en los autónomos; siendo estos actores los que mejor pagaban hasta ahora. 

En esta línea, las microempresas son los mejores pagadores pero la cosa cambia cuando hablamos de pequeñas empresas, entidades que tardan 89,9 días; seguidas de las medianas, con 87 días y de las grandes (más de 250 empleados) con 85,5 días. 

Todo esto tiene un coste y unas consecuencias. Según el informe realizado por CEPYME, el coste financiero de la deuda comercial ha crecido un 3,2% intertrimestral, hasta alcanzar los 2,7 millones de euros; una cifra que se ve incrementada si hablamos de la deuda comercial, que alcanza los 358.217 millones de euros, de los cuales 263.099 corresponden a deuda con retraso de pago.

El aumento de los pagos por parte de las pymes podría deberse a la morosidad que este tipo de empresas está sufriendo, algo que se ha visto agravado con la crisis sanitaria y así se desprende del Estudio de Riesgo de Crédito que impulsan Crédito y Caución e Iberinform, que determina que dos de cada tres empresas españolas sufren los impactos negativos de la morosidad.

¿Qué consecuencias está teniendo?

Según afirman desde Iberinform en la publicación de los datos de este estudio, “el incumplimiento de los pagos acordados genera importantes tensiones de liquidez en una situación como la actual y es especialmente desestabilizadora en la operativa de las empresas de menor tamaño”

  • Consecuencias significativas: Para el 67% de los encuestados por Crédito y Caución, esta morosidad ha tenido unas consecuencias significativas, tanto en la primavera como en el otoño de este año.
  • Pérdida de ingresos: Más del 44% ha tenido como consecuencia una pérdida de ingresos, algo que se ha agravado durante el otoño. Esto es debido a que cuando una empresa no paga a su proveedor o tarda en hacerlo, la previsión de liquidez se ve resentida.
  • Costes financieros: El 39% la falta de pagos le está suponiendo costes financieros durante el otoño de 2020.
  • Limitación del crecimiento: Entre un 18% y un 20% de las empresas encuestadas ha visto limitado su crecimiento como consecuencia de esta morosidad. Esto es debido a que la pérdida de ingresos puede limitar otras acciones de crecimiento como es la inversión en nuevos productos, materiales o herramientas; o la contratación de nuevo talento. 
  • Limitación de nuevas inversiones: En relación con lo anterior, el 15% de los encuestados asegura que ha perdido posibilidades de nuevas inversiones debido a la falta de pago. 
  • Pone en riesgo la continuidad: Por último, entre un 10% y un 12% cree que esta morosidad pone en riesgo la continuidad de la empresa; ya que esas facturas pueden ser el único recurso financiero con el que obtener el crédito necesario para continuar para muchas empresas.