¿Cuáles son los costes de formalización de la hipoteca de una vivienda de segunda mano?

La compra de una vivienda es sin duda un paso importante y en la mayoría de los casos es una decisión que viene de la mano pedir financiación para dicha compra, independientemente de si es una vivienda nueva o de segunda mano. 

Pero hay que saber que la compra de una vivienda de segunda mano no es igual a la de vivienda nueva ni en el precio de compra ni en lo que a gastos asociados se refiere. 

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¿Qué costes tiene la formalización de la hipoteca?

Cuando la compra de la vivienda requiere de financiación, será preciso hablar de gastos asociados al préstamo hipotecario. La formalización de una hipoteca para una vivienda de segunda mano no tiene menores costes que para una vivienda nueva. Son gastos que surgen a la hora de formalizar el préstamo hipotecario, al escriturarlo e inscribirlo. 

Tras la aprobación y entrada en vigor de la Ley Hipotecaria de junio de 2019 son muchos menos los gastos que el hipotecado tiene que asumir. Para que el banco apruebe la operación y de viabilidad a la concesión de la hipoteca, el hipotecado tendrá que hacer frente únicamente a dos gastos: la tasación de la vivienda (el importe de este gasto variará en función del tipo de inmueble, de su tamaño y puede situarse entre los 250 euros y los 500 euros. Es importante destacar aquí que no es necesario aceptar la tasación del banco, sino que el hipotecado puede llevar una tasación certificada) y la copia de la escritura (su precio dependerá del volumen de páginas de la escritura, pero no suele superar los 50 euros o 60 euros). 

El resto de los gastos los asume el banco por ley y serán los gastos de notaría, de Registro, de gestoría, su propia copia de la escritura de la hipoteca y el Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (IAJD). 

¿Qué otros gastos tiene la compra de vivienda de segunda mano?

Además de los gastos asociados al préstamo hipotecario, la compra de vivienda de segunda mano lleva consigo aparejados unos gastos asociados a la compraventa en sí. Por un lado, está el gasto de la notaría, cuyos honorarios son iguales, ya que están regulados por el Estado. También hay que tener en cuenta que habrá que registrar la vivienda a nombre del nuevo propietario, por lo que hay que acudir a inscribir las escrituras de la compraventa al Registro de la Propiedad. El coste de esta operación varía en función del precio del inmueble, pero suele situarse entre los 350 euros y los 700 euros. 

Otro punto importante son los impuestos que hay que pagar a la hora de la compraventa. Cuando se trata de una vivienda de segunda mano, no hay que pagar IVA (que sería del 10% del precio del inmueble), sino que hay que hacer frente al Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP) cuyo importe dependerá tanto del precio escriturado como de la comunidad autónoma donde se encuentre la vivienda, aunque suele aplicarse un tipo que se sitúa entre el 5-6% y el 10%. Eso sí, para viviendas compradas por familias numerosas, personas con discapacidad o jóvenes, conviene consultar el ITP ya que suele contar con tipos reducidos. 

Por supuesto, cabe decir que todos estos gastos pueden ser negociados y apalabrados entre las partes y que se designen por contrato quién se hace cargo de cada gasto.