PUESTO CLAVE

España vuelve a fracasar en su intento de presidir el Eurogrupo

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Silvia Martinez

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Por segunda vez, España ha vuelto a fracasar en su intento de presidir el Eurogrupo, el influyente foro informal de ministros de economía y finanzas de la Eurozona. Pese a lo "razonablemente optimista" que se declaraba el pasado lunes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y aunque Nadia Calviño partía como "gran favorita" para sustituir al socialista portugués Màrio Centeno, que dejará el puesto el 12 de julio tras dos años y medio como presidente, la vicepresidencia económica no ha logrado los votos necesarios y ha sido derrotada en la ronda final por el conservador irlándes del PPE, Paschal Donohoe.

No lo consiguió Luis de Guindos hace cinco años, apeado de la carrera por el socialdemócrata holandés Jeroen Dijsselbloem en julio de 2015. Y tampoco lo ha conseguido cinco años después Calviño, superada en esta ocasión por el candidato de otro país pequeño que ha sabido jugar mucho mejor sus opciones y atraer a un mayor número de aliados, especialmente entre los socios de menor tamaño, como Eslovaquia, Eslovenia o Letonia, en la esfera del PPE y recelosos de la posición española a favor mayor integración en la Eurozona. 

El apoyo público expresado por las otras tres grandes potencias del Eurogrupo (Alemania, Italia y Francia), con el apoyo personal de Angela Merkel incluido, ni ha impresionado ni bastado para aupar a la vicepresidenta económica, que también contaba con el apoyo de Portugal. Calviño necesitaba 10 de los 19 votos del Eurogrupo, en un proceso en el que cada Estado miembro independiente de su tamaño y peso económico, cuenta con un único voto, y finalmente se ha quedado a las puertas, a un voto de diferencia, según Sánchez. La derrota no solo supone un revés para España, también los socialdemócratas europeos pierden uno de los altos cargos que ocupaban hasta ahora en la escena europea que irá a parar a manos del PPE.

“Saben lo importante que es el Eurogrupo y estoy seguro de que lo dejo en buenas manos”, ha dicho el presidente saliente, Màrio Centeno, antes de la elección sobre los tres “excelentes” candidatos que han competido por el cargo: el liberal luxemburgués Pierre Gramegna, la socialista española Nadia Calviño y el conservador irlandés Paschal Donohoe. El primero, tal y como apuntaban todas las quinielas, se ha retirado de la contienda tras una primera votación electrónica y "secreta" que no ha sido "concluyente" y a la que han seguido muchas llamadas de teléfono, según fuentes europeas.

Duelo final Calviño-Donohoe

Calviño y Donohoe, que ha llegado al sprint final con el potente respaldo del Partido Popular Europeo, han sido los dos candidatos que han pasado al duelo final que ha terminado decantándose del lado irlandés, a quien una mayoría de colegas del norte ven como una figura de consenso y compromiso pese a la posición de Irlanda en materia de fiscalidad o la tasa digital europea. "Estoy convencido de que voy a ser capaz de construir consensos. Soy optimista", ha asegurado tras una reunión en la que ha obtenido, según ha dicho aunque sin desvelar el resultado, el apoyo de muchos países de distinto tamaño e ideología.

Tanto Gramegna como Calviño le han felicitado con rapidez a través de las redes sociales. "Felicitaciones de todo corazón. Le deseo mucho éxito", le ha dedicado calurosamente el liberal luxemburgués. "Enhorabuena por su elección. Esperamos trabajar juntos para garantizar una recuperación sólida que no deje a nadie atrás", le ha dedicado Calviño. El nuevo presidente asumirá las riendas de la Eurozona el 13 de julio y su mandato se prolongará durante dos años y medio hasta diciembre de 2022. Entre las tareas más inmediatas que tendrá por delante están hacer frente a la recesión económica sin precedentes que atravesará este año la Eurozona, velar por la puesta en marcha la triple red de seguridad de 560.000 millones acordada por la UE para hacer frente a la crisis del covid19, la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento e impulsar la integración de la Eurozona.