lucha contra el coronavirus

El BCE desinfla las primas de riesgo y da margen a los Gobiernos para gastar

Christine Lagarde, en el Parlament Europeo.

Christine Lagarde, en el Parlament Europeo. / periodico

Pablo Allendesalazar / Agustí Sala

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Objetivo cumplido, al menos por ahora. La decisión del Banco Central Europeo (BCE) de aprobar de urgencia en la madrugada del miércoles la compra de 750.000 millones de euros adicionales de deuda pública y privada ha logrado desinflar este jueves las primas de riesgo de los países más afectados por el coronavirus. La autoridad monetaria, así, ha enmendado el error inicial de su presidenta, Christine Lagarde, en su reacción a la crisis sanitaria y ha conseguido suavizar el temor de los inversores al efecto de los programas de gasto anunciados por los Gobiernos en las cuentas públicas, dando margen a los países del euro para combatir el impacto económico de la pandemia con políticas fiscales extraordinarias.

Las primas de riesgo de la deuda soberana recogen el diferencial del interés del bono a 10 años de un país respecto al alemán de referencia en las compraventas entre inversores privados y suponen un indicador del riesgo de impago a ojos del mercado. La española subió el miércoles hasta los 148 puntos básicos, mientras que la italiana alcanzó los 268 puntos básicos, tras las dudas generadas por el BCE en los últimos días sobre su capacidad y compromiso de actuar y después de la aprobación de planes de choque por los distintos Ejecutivos nacionales. La sorpresiva intervención del organismo han permitido este jueves rebajarlas notablemente a los 105 y 203 puntos básicos, respectivamente, pero todavía lejos de los 67 y 163 puntos básicos en que estaban al inicio del año.

Prueba de la importancia del paso dado por el BCE es que ha obtenido el aplauso unánime de presidentes como los de España, Pedro Sánchez; Francia, Emmanuel Macron; e Italia, Giuseppe Conte; así como de mandatarios europeos como el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; el presidente del Parlamento comunitario, David Sassoli; o el comisario Paolo Gentiloni. "Confieso que ayer fue un día tremendamente tenso en los mercados de deuda pública y estábamos todos pendientes de si el BCE iba a tomar una decisión contundente. Así ha sido y yo creo que responde claramente a la necesidad del momento", ha admitido la vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño.

Subasta positiva

El Tesoro, de hecho, ha colocado 5.040 millones de euros de deuda con un incremento de los intereses previsible en el contexto actual, pero inferior al que hubiera resultado de no actuar el banco central, y con una buena demanda del doble de lo ofrecido. Aunque el BCE no compra directamente en las subastas de deuda de los Estados, sí lo hace con la que está en circulación entre inversores privados y ello se traslada a las emisiones primarias. Ahora que los países van a tener que emitir más deuda para financiar sus medidas contra la pandemia, resulta crucial que el banco central haya garantizado que va a haber demanda para esos títulos gracias a sus programas de adquisiciones (1,1 billones de euros en el año en total). 

Los analistas han aplaudido también de forma ampliamente mayoritaria la decisión del BCE, pero matizan que no es suficiente. "Bienvenidos los paquetes de medidas nacionales, que empiezan a ser contundentes. Bienvenido el BCE, que ha corregido rápido su error inicial, cuando en la crisis financiera anterior tardó años en reaccionar. Pero hará falta un gran bazuca fiscal europeo que permita que los países no soporten toda la carga, esperemos que esto no sea señal de que no se va a aprobar. Y también es precisa una mayor coordinación internacional en el G-20, porque si unos países salimos antes y otros después, la economía seguirá afectada", advierte Santiago Carbó, director de estudios financieros de Funcas.

Por su parte, Guillem López Casasnovas, catedrático de economía de la Universitat Pompeu Fabra y exconsejero del Banco de España, destaca que se ha optado por una solución ortodoxa para combatir crisis financieras, pero alerta de que cabe la duda de si servirá para paliar los efectos extraordinarios de una emergencia sanitaria. "Hay muchas incertidumbres sobre las consecuencias que puede tener esta pandemia. No sabemos, nadie sabe, si las soluciones convencionales servirán", precisa. Además, subraya que inundar el mercado de liquidez, como se ha hecho, tiene efectos inmediatos pero puede producir problemas a la larga, en referencia a las posibles burbujas en el valor de ciertos activos.

Efectividad limitada

El decano del Col.legi d'Economistes de Catalunya, Antón Gasol, afirma, por otro lado, que la medida del BCE va en la buena dirección, pero, a su juicio, debería ser directa. En definitiva, que en vez de que el banco central compre deuda, los recursos previstos fueran directamente a entidades públicas, por ejemplo, al Instituto de Crédito Oficial (ICO) para impulsar la actividad o al Banco Europeo de Inversiones (BEI) con el compromiso de devolverlo. De esta forma, defiende, se evitaría que, a la larga, las primas de riesgo vuelvan a ensancharse. Además, sostiene que los 750.000 millones no serán suficientes, como en su opinión demuestra que Estados Unidos haya puesto dos billones sobre la mesa. El principio que debería primar, asegura, es el de "hacer todo y más"  y que fuera la eurozona la que liderara la situación mutualizando el esfuerzo. Si no es así, mantiene, habrá que redoblar los recursos más adelante y en peores condiciones.

Las bolsas reaccionaron de positiva, pero mucho más volátil. La medida del BCE va destinada a garantizar que las empresas y los Estados puedan financiarse, mientras que es papel de la política fiscal amortiguar el golpe en la demanda y, por tanto, los beneficios empresariales. Bank of America ha previsto este jueves una recesión de la eurozona este año del 1,7% y del 1,9% en España. "Los mercados ya están fijando precios en un escenario de crecimiento muy negativo, los inversores continúan liquidando las tenencias mientras persisten los temores de una recesión global prolongada", ha explicado Esty Dwek, de Natixis, antes de añadir que "las medidas actuales ayudarán a evitar el peor de los escenarios, aunque la recuperación en forma de U será lenta".