Presupuestos

El Gobierno prevé ahora menos crecimiento, más paro y más déficit para el 2020

rosas52250025 montero y calvino consejo de ministros200211175643

rosas52250025 montero y calvino consejo de ministros200211175643 / periodico

Rosa María Sánchez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Consejo de Ministros aprobó este martes el marco en el que se deberán desenvolver los Presupuestos de este año y de los tres siguientes. En sus previsiones, el Ejecutivo proyecta ahora para el 2020 menos crecimiento (1,6%), más paro (13,6% de la población activa) y, vinculado a todo ello, un mayor nivel de déficit público (1,8% del PIB).

Además, el Consejo de Ministros aprobó una subida del 3,8% del techo de gasto presupuestario para el 2020 (hasta los 127.609 millones de euros) y anunció que reactivará en las próxmas semanas los proyectos de ley que decayeron en febrero pasado para crear la ‘tasa Google’ y el impuesto sobre transacciones financieras y para poner en marcha nuevas medidas contra el fraude fiscal. Esto será antes, incluso, de remitir el proyecto de ley de Presupuestos al Congreso de los Diputados, que el Gobierno no hará antes de concitar el apoyo imprescindible de los independentistas de ERC para la votación. El objetivo del Gobierno, sigue siendo el de tener los nuevos Presupuestos aprobados “antes de acabar el verano”, sin precisar en qué momento entre junio y septiembre podría suceder eso.

.

La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, comparecieron en rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros para dar cuenta de las nuevas previsiones contenidas en el cuadro macroeconómico hasta el 2023 y de la nueva senda de objetivos de déficit y deuda pública hasta el final de la Legislatura. 

Una legislatura por delante

El nuevo cuadro macroeconómico rebaja del 1,8% al 1,6% la previsión oficial de crecimiento de la economía para este año, como consecuencia del “entorno exterior más incierto” y por la propia madurez del ciclo económico, según Calviño. Según este cuadro, el crecimiento tocará suelo en el 2021 (con una tasa del 1,5%) para recuperar el 1,6% en el 2022 y el 1,7% en el último año de la legislatura. 

El empleo crecerá a tasas anuales en el entorno del 1,4% (frente al 2,3% del 2019) y la tasa de paro se situará a finales del 2020 en el 13,6%, más de un punto por encima de la última previsión del Gobierno. Al final de la legislatura la tasa de paro aun alcanzará al 12,3% de la población activa, según las nuevas previsiones.

El nuevo objetivo de déficit para el conjunto de las administraciones del 1,8% del PIB para este año, concede un mayor margen de gasto de 16.510 millones de euros (si se compara con aun senda vigente heredada de Mariano Rajoy, que preveía un objetivo del 0,5% para el 2020), de los que tan solo 2.500 millones llegarán a las autonomías. La mayor parte del nuevo margen se lo lleva la administración central (6.350 millones adicionales) y la Seguridad Social (7.620 millones).

La senda de objetivos de déficit prevé llegar al final de la legislatura con un desfase del 0,9%, en el 2023.

En cuanto a la deuda, se prevé para el 2020 una tasa del 94,6% del PIB y para el 2023, del 89,8%.

Programa de coalición

La nueva senda, según recalcaron Montero y Calviño, es “realista y creible” y garantiza que España siga reduciendo su déficit y su deuda y cumplir con las exigencias europeas ”a un ritmo que no dañe ni el crecimiento ni la creación de empleo”.  “Son objetivos realistas, que no venden humo”, recalcó Montero, al contrario de los heredados del Gobierno del PP que, a día de hoy —dijo la ministra— “carecen del principio de realidad”.

Con la nueva senda de objetivos, con el techo de gasto aprobado es martes  y con las subidas de impuestos que --según Montero--, no tendrán carácter retroactivo, Hacienda prevé poder “imprimir” en los nuevos Presupuestos las “señas de identidad” del actual Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos. Estas pasan, según Montero, por la reducción de desigualdades, la transición ecológica, la lucha contra la pobreza, el reto digital y la "revitalización" del Estado de Bienestar.

La magnitud del ajuste

Como aún no se sabe cuál fue el déficit público con el que se cerró el 2019, no se puede averiguar la magnitud del ajuste que será preciso para cumplir el objetivo del 1,8% previsto para este año. Si, como prevé el Banco de España, el déficit en el 2019 fue del 2,5% del PIB, será preciso un ajuste de 7 décimas (unos 8.890 millones); si, como apunta la Airef, el 2019 cerró con un déficit del 2,2% el ajuste necesario bajaría a 4 décimas (5.080 millones). De un modo u otro, una parte del ajuste puede llegar de la mayor recaudación por el crecimiento económico; el resto debería llegar de la contención del gasto (la regla de gasto se ha previsto en el 2,9%) y de las subidas fiscales previstas por el Gobierno de coalición.

Falta por conocer cuál será la opinión de las autoridades europeas respecto de las previsiones presupuestarias españolas. Ahora que España ya ha salido del brazo correctivo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (por haber situado su déficit por debajo del 3% del PIB), a la Comisión Europea no le toca pronunciarse sobre los objetivos nominales de déficit previstos en a senda, sino sobre la capacidad de ajustar los ingresos y gastos de forma estable que aportarán las medidas que se incorporen en los Presupuestos. Esto es lo que se llama reducción del déficit estructural y es ahí donde España deberá esforzarse en convencer a Bruselas, que exige un ajuste estructural del 0,65% del PIB (unos 8.200 millones).

Oficialmente, la nueva senda no ha sido pactada con la Comisión Europea, aunque la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, está en permanente contacto con las autoridades europeas desde hace semanas, cuando se constituyó el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. Desde Bruselas se insiste en que España debe remitir a la Comisión Europea su nuevo proyecto presupuestario para el 2020 antes de emitir una opinión sobre sus objetivos y medidas desde el punto de vista de la estabilidad presupuestaria.