Así es la inversión en inmobiliario para todos los públicos

Inversión inmobiliaria

Inversión inmobiliaria / economia

Juan Antonio Balcázar (Housers)

Juan Antonio Balcázar (Housers)

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*Juan Antonio Balcázar es CEO de Housers

El sector inmobiliario ha sido en las últimas décadas una de las principales referencias para el ahorro y la inversión de los españoles y, revisando las cifras, no cabe duda de que sigue siendo una alternativa interesante. Cuando hablamos de invertir en el sector inmobiliario, siempre nos viene a la cabeza la compra de un inmueble, bien sea un piso, un local, un garaje… La rentabilidad media de la vivienda en España (comprar un piso y ponerlo en alquiler) se situó en el primer trimestre del año 2019 en el 10,7%, según datos del Banco de España, debido al fortalecimiento que está experimentando la demanda de alquileres en los últimos años. Estamos hablando de unas tasas de rentabilidad que superan con mucho a las de activos tradicionales como la deuda pública o los fondos de inversión, que acumulan una rentabilidad media del 2,23% a diez años, según datos de Inverco. 

No obstante, hay que reconocer que se trata de una opción para perfiles con un poder adquisitivo medio-alto, inaccesible para la mayoría de los jóvenes con una capacidad de ahorro que, en líneas generales, suele ser limitada. Pero para este tipo de inversores noveles, existe un abanico de opciones adaptado, incluso para los que se inicien desde cero en el mundo de la inversión y que desconocen por completo cómo funcionan los diferentes productos.

Es el caso del crowdfunding o crowdlending inmobiliario, que permite invertir desde cantidades prácticamente simbólicas (apenas 50 euros), eliminando la gran mayoría de barreras de entrada asociadas a la inversión inmobiliaria tradicional y aprovechando la constante innovación tecnológica que, sin duda, anima a la participación directa del usuario en el mercado inmobiliario.

La forma de invertir es sencilla: un promotor propone un proyecto a una plataforma que, tras realizar un minucioso estudio para comprobar que se trata de una buena oportunidad inmobiliaria, por su potencial rentabilidad, pone a disposición de los inversores particulares para que presten, con sus aportaciones, la inversión necesaria al promotor que lo desarrollará. Además de recibir el retorno de esa inversión, en algunos casos desde el primer mes, esta fórmula permite la democratización de la inversión en activos inmobiliarios, reservada tradicionalmente a otro tipo de bolsillos. 

Alguien puede pensar que, al invertir cantidades pequeñas, el rendimiento no será muy suculento, pero la reinversión de los rendimientos que obtengamos será un factor que nos permitirá rentabilizar al máximo nuestras inversiones. Ese efecto multiplicador, llevado a la práctica, nos permite concluir que reinvertir los beneficios de una inversión, aunque sea pequeña, de forma continuada en el tiempo maximiza nuestros beneficios. Cuantas más veces se aplique, más se acelerará este proceso de acumulación de beneficios en el largo plazo.

Pero ojo, como siempre que hablamos de inversión, debemos tener muy claro que, cuanto mayor sea la rentabilidad esperada, mayor exposición al riesgo tendremos y que, con este tipo de fórmulas, existe la posibilidad de no obtener la rentabilidad esperada o, incluso, de no obtener rentabilidad alguna y perder toda la inversión efectuada. De ahí que recibir un buen asesoramiento, recopilar la máxima información posible y elegir cuidadosamente los proyectos serán los factores clave para alcanzar el éxito en nuestra inversión, preservando el capital incrementándolo con beneficios periódicos.

La financiación participativa nos abre una puerta rápida y sencilla al mundo de la inversión en inmobiliario y es una excelente opción para que nuestro dinero rinda mucho más que debajo del colchón o en una cuenta, cada vez, más corriente, sin olvidarnos siempre de valorar todos los riesgos que conlleva.