AVANCE EN EL SECTOR BANCARIO

¿Por qué el bloqueo político amenaza el liderazgo de España en fintech?

España podría ser líder en el campo de la tecnología y la banca, pero el bloqueo político le ha impedido sacar adelante el sandbox. Un banco de pruebas que permite que los proyectos basados en nueva tecnología sin regular funcionen con la supervisión de un regulador, para poder regular esa novedad.

España podría ser líder en el campo de la tecnología y la banca, pero el bloqueo político le ha impedido sacar adelante el sandbox

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Marta Gracia

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España tiene la oportunidad de liderar en el ámbito de innovación de la banca y de los productos financieros. ¿Cómo? a través del Sandbox o banco de pruebas. Un proyecto aprobado por el Consejo de Ministros socialista el pasado 22 de febrero, pero que ya fue propuesto por el anterior Gobierno popular. Sin embargo, falta el último paso: su aprobación en el Congreso de los Diputados, pero el bloqueo político ha impedido que salga adelante.

El sector de fintech e insurtech urge al nuevo Gobierno que apruebe el sandbox cuanto antes, porque, tal y como señala Rodrigo García, presidente de Aefi, “la innovación no espera”. De hecho, García lamenta que muchos proyectos innovadores con tecnología que no está regulada han tenido que emigrar del país para ponerlo en marcha en otro sitio. “Los creadores de estos proyectos quieren hacerlo en su país y ponerlo en marcha aquí”, apunta el presidente de Aefi.

Pero ¿qué es un sandbox? El sandbox es un espacio de pruebas controlado y no desregulado que identificará una serie de proyectos que mejoren la prestación de servicios financieros, con unos protocolos de supervisión que conocerán todas las partes. Es decir, si una fintech o una insurtech quiere poner en marcha un proyecto tecnológico e innovador que no está regulado entrará en este sandbox para que un supervisor le asesore y pueda regularse.

Estos proyectos no tienen porque estar presentados por empresas pequeñas o de nueva creación, si no que grandes bancos o aseguradoras pueden presentar un nuevo modelo de negocio. Una vez aprobado el sandbox en el Congreso, el Tesoro publicará en el BOE la licitación y habrá un mes para presentar los proyectos. Un equipo de supervisores elegirá aquellos que formarán parte, los expertos esperan que sean entre 20 y 30 proyectos, y pasarán seis meses en el sandbox.

Estos proyectos estarán asesorados por el supervisor que al finalizar estos 6 meses podrá regular para esa nueva tecnología o darle otra prórroga de 6 meses. “Muchas veces no será crear una nueva regulación, sino matizar alguna ya existente”, comenta Jaime Boffil, socio del despacho Hoga Lovells. Además, señala que una vez regulado en España, esa tecnología podrá usarse en el resto de la Unión Europea, ya que “no se va a regular en España sin tener en cuenta las regulaciones europeas”.

Así, tanto el presidente de la Aefi como Boffil coinciden en que es muy raro que la regulación no sea favorable para el proyecto ya que van acompañados por un supervisor. En Reino Unido, que ya está instalado desde 2016, el porcentaje de proyectos que no salen adelante por la regulación era muy bajo en los primeros años. Ahora ese porcentaje es inexistente.

Durante el periodo que el proyecto, tanto de inversión, como de seguro o bancario, esté en el sandbox puede seguir con el negocio y con sus clientes, que si se quedan con los proyectos, suelen tener descuentos. Aefi espera que se generen 5.000 empleos y 1.000 millones de euros en los dos años siguientes a la aprobación. Por ello, insisten en la necesidad de aprobar el sandbox, además para que la innovación no se vaya a otro país. Se espera que se presenten entre 20 y 30 proyectos. Se harán dos convocatorias al año, porque al principio se planteó una, pero un año entero para un proyecto de innovación tecnológica es mucho tiempo.

El sandbox español, como líder europeo y referente latinoamericano

El socio de Hogan Lovells resalta que “el Sandbox español es muy ambicioso ya que incluye la modalidad de exención, que permite un periodo de pruebas para proyectos que necesiten alcanzar los requisitos para obtener licencias, y una modalidad de no sujeción, para que actividades no expresamente reguladas hasta la fecha (por ejemplo, ICOs, neobanks, intermediación de cryptocurrencies) empiecen a probar sus productos en un espacio de pruebas seguro o controlado”.

Además, el Sandbox se convertirá en garante de seguridad jurídica para todos aquellos interesados en el desarrollo de modelos de negocio de fusión entre lo financiero o asegurador y lo tecnológico y se asegurará la permanente revisión y actualización de la regulación que afecta al ecosistema fintech, consiguiendo que la lejanía entre la innovación y la regulación sea cada vez menor.

Rodrigo García insiste en que España podría haber tenido antes, porque, según añade, el objetivo principal debe ser evitar que las empresas se vayan. No obstante, Jaime Boffil relaja el mensaje y asegura que aunque España llegue tarde “estamos a tiempo”. En la Europa continental, hay bancos de pruebas en Dinamarca, Holanda y Polonia, pero estos son más restrictivos de lo que sería el español, según ha explicado el socio del despacho de abogados Hogan Lovells Jaime Bofill.

Por su parte, Reino Unido, que sigue un modelo no sancionador, es el pionero en este tipo de espacios de pruebas y desde 2016 ha conseguido que los proyectos presentados consigan una financiación media de seis millones de libras, aunque en alguna ronda de financiación se ha llegado a los 36 millones. Sin embargo, con el Brexit va a tener problemas, ya que no podrán interactuar con los sandbox europeos, ni los proyectos de otros países pueden ir al británico. No obstante, Reino Unido, fijándose en el sandbox español, va a poner en marcha un sandbox global para la Commonwealth.

Los dos expertos explican que el sandbox ha conseguido el acuerdo de todos el sector, incluso de las grandes asociaciones como de Unespa. “En el sector de seguros colaboran con las insurtech porque se tienen que digitalizar”, puntualiza García. También ha conseguido el apoyo de los cuatro partidos políticos más grandes (PSOE, PP, Podemos y Ciudadanos) se han leído el proyecto de sandbox español y están de acuerdo y lo apoyan.