Desaceleración

China registra el crecimiento económico más bajo en 28 años

El PIB del gigante asiático se incrementó al 6,6%, según lo previsto por el Gobierno de Pekín

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Adrián Foncillas

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China sigue anclada en la desaceleración económica. Su PIB creció el pasado año el 6,6%, el ritmo más lento en casi tres décadas, lo que fortalecerá a Donald Trump en las negociaciones sobre la guerra comercial que libran las dos mayores economías del mundo. También es histórico el 6,4% del último trimestre: es la cifra más baja desde el 2009, en los días más crudos de la crisis financiera. Sella, además, la tendencia bajista anual (6,8%, 6,7% y 6,5% en los anteriores).

Pekín aludió a un conjunto de vaporosas razones internas y externas. "Vemos que hay cambios en la estabilidad y preocupación por esos cambios. El entorno internacional es complejo y serio. La economía está sufriendo presiones", justificó el director de la Oficina Nacional de Estadísticas de China, Ning Jizhe. Sólo al final aludió al elefante en la habitación: "El conflicto China-Estados Unidos nos está afectando, pero el impacto es manejable", terminó.

Pekín y Washington se han concedido unos meses para resolver las disputas antes de reemprender la escalada arancelaria. El viceprimer ministro, Liu He, llegará a Estados Unidos a finales de mes para la enésima ronda de negociaciones mientras Wang Qishan, el vicepresidente, acudirá al Foro de Davos. El presidente, Xi Jinping, se enfrenta a un delicado reto: sellar el final de una guerra que está mordiendo la economía nacional sin que parezca que el líder chino más poderoso en décadas ha capitulado. Trump aclaró recientemente que las negociaciones van en la buena dirección pero desmintió que esté considerando el levantamiento de los millonarios aranceles a las exportaciones chinas.

La producción, en mínimos históricos

Los últimos datos de producción industrial, inversión y consumo interno han alcanzado en los últimos meses mínimos históricos. Los coches vendidos en 2018, un indicador fiable de la confianza del consumidor, cayeron el 6% hasta los 22 millones de unidades. Otros sectores que tradicionalmente habían empujado la economía como las infraestructuras, la vivienda o las exportaciones registraron crecimientos muy tibios.

La urgencia por embridar problemas estructurales lastra los esfuerzos de estimular la economía. La mayor preocupación es el elefantiásico endeudamiento de empresas y gobiernos locales, que algunos expertos señalan como un peligro de descarrilamiento inminente. La situación descarta la aprobación de aquellos paquetes de inversiones públicas millonarias en infraestructuras con los que Pekín vadeó la crisis financiera que hundió al resto del mundo. China no sólo carece del músculo financiero de entonces sino que teme otra ola de endeudamiento masivo.

Existe la certeza de que la economía china ha perdido el esplendor pasado y el mundo tiene razones para preocuparse porque Pekín ha contribuido a la tercera parte del crecimiento global en la última década. Pero desde China recuerdan que todo forma parte del plan. El crecimiento anual, de hecho, supera en una décima al objetivo de "alrededor del 6,5%" expuesto en marzo. China renunció años atrás a las epatantes expansiones de dos cifras que arrasaron el medio ambiente y dispararon las desigualdades sociales a cambio de un crecimiento más moderado, racional y científico.

Desaceleración global

El PIB aún aumenta a un ritmo que envidia cualquier gobierno occidental y es hoy 3,5 veces mayor que hace sólo diez años. Ning dibujó un horizonte moderadamente optimista pese al entorno internacional más hostil. "Hay desafíos pero también oportunidades. Tenemos que fijarnos en la perspectiva: la economía global se desacelera, pero China continúa aportando el grueso del crecimiento mundial. Nuestra economía es sólida y tiene recursos para superar las dificultades", ha señalado esta mañana.

Los expertos vaticinan que este año la economía china crecerá el 6,3% y que Pekín fijará en la próxima Asamblea Nacional Popular un objetivo moderado alrededor del 6%.  La clave reside en la guerra comercial. Si China sella la paz, la economía se estabilizará en verano. De lo contrario, los efectos serán mucho más intensos que el pasado año, cuando las prisas de los exportadores por producir y sacarse de encima las mercancías antes de la entrada en vigor de los aranceles maquilló las cifras.