"Fuera puedo tener un trabajo que me permita vivir"

Helena González tiene 23 años, es de Pontevedra, cursa la carrera de turismo en la Universidad de Vigo y le gustaría encontrar un trabajo para quedarse en su tierra. Pero a estas alturas de su vida ya tiene claro que cuando termine de estudiar su futuro laboral no estará en España. "Fuera hay muchísimas oportunidades que allí no tengo", cuenta.

Helena lleva casi medio año en la localidad finlandesa de Kuopio, una pequeña ciudad de 90.000 habitantes a 400 kilómetros al noreste de Helsinki, a través del programa Erasmus de la Unión Europea. En un principio solo tenía previsto pasar allí un cuatrimestre, pero cuando llegó y se dio cuenta de las facilidades que le ofrecían tanto  la propia Universidad como el Estado finlandés para establecerse y arrancar, decidió quedarse más tiempo.

"En Finlandia, la universidad es pública y gratuita, pero todos los estudiantes la compaginan con un trabajo. A los 18 años pueden independizarse, y, cuando terminan, tienen empleo casi asegurado con el salario mínimo que corresponda a su titulación y a su sector”. En el suyo, según explica por teléfono desde Kuopio, el sueldo ronda los 2.200 euros mensuales.

A Helena le encanta el arte, y de hecho lo que le hubiera gustado es dedicarse a algo relacionado con las disciplinas artísticas: dibujo, música,  teatro... "Pero ya sabía que con eso no iba a salir adelante", narra. No lo explicita, pero deja entrever que su adolescencia y las decisiones que ha tenido que tomar desde entonces han estado condicionadas por el escaso margen que la crisis económica ha dejado al futuro de millones de jóvenes españoles, convertidos en emigrantes en potencia sin saberlo y antes incluso de acabar sus estudios.

Rama de ciencias

Ella escogió la rama de Ciencias del Bachillerato. Cuando terminó, la nota de la selectividad la dejó al borde del corte para optar a Magisterio, y en la universidad sólo le dieron plaza en Pedagogía, la quinta opción que había señalado. Así que decidió hacer una Formación Profesional en Agencias de Viajes y Gestión de Eventos. Al terminar, se matriculó en Turismo.

"Me gustaría darle una oportunidad a Galicia, volver y trabajar allí. Pero ahora, con un buen nivel de inglés, he visto que fuera puedo tener un trabajo que me permita vivir. Y allí no lo tengo", subraya. Galicia es la octava comunidad autónoma con los salarios más bajos de España, y la tasa de paro para el tramo de edad de Helena ronda el 31% según la última oleada de la Encuesta de Población Activa.

Ella está encantada con su universidad, que le ofrece profesores especializados en administración de empresas turísticas, una formación orientada a la actividad laboral para la que se está preparando y unas perspectivas vitales que en España son inalcanzables para la mayoría de los jóvenes de su edad. No quiere quedarse el Finlandia, pero sabe que hay mucho mundo para buscarse la vida. De momento, este verano le han ofrecido prácticas remuneradas en Berlín.