queja empresarial

La morosidad baja, pero no aumenta el crédito a las empresas

Los indicadores de impagos tienden a reducirse de manera continuada desde el 2012, pero los bancos no facilitan el acceso a los préstamos en la misma proporción

El gobernador del Banco de España, Luis María Linde.

El gobernador del Banco de España, Luis María Linde. / bcm

Eduardo López Alonso / Barcelona

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Los indicadores de morosidad en España mejoran objetivamente en los últimos meses pero el crédito a las empresas no aumenta en la misma proporción. El Indicador Sintético de Morosidad Empresarial (ISME) publicado este viernes por Cepyme se situó en 92,5 puntos en el tercer trimestre del 2017, 0,4 puntos menos que en el trimestre anterior, prolongando así la tendencia de mejora de los niveles de morosidad empresarial observada desde mediados de 2016. Esa tendencia de la morosidad, en un entorno de crecimiento del PIB, no está aparejada a un aumento del flujo de crédito al sistema. Los bancos absorben los recursos más de lo deseado y achacan a las empresas la mayoría de sus riesgos crediticios

Entre diciembre del 2016 y diciembre del 2017 el crédito a las empresas en España se redujo en un 2,2%, pasando de 604.822 millones de euros en el 2016 a 591.615 millones de euros en el 2017, según un  análisis realizado por la consultora AIS Group a partir de datos del INE y del Banco de España. Esa tendencia decreciente que contrasta con la buena marcha de la economía y con el crecimiento del PIB en torno al 3%. En ese periodo, la cartera de crédito de los bancos a las empresas siguió reduciéndose, si bien en tasas inferiores a las de años anteriores.  Sí creció el 8%, en cambio, el crédito de las entidades financieras de crédito (EFC) a las empresas. En cualquier caso, siguen siendo los bancos los que explican el comportamiento de la cartera de crédito a empresas, pues en estas instituciones se concentra algo más del 95% de este crédito.

Por su parte, la tasa de morosidad de las operaciones con empresas ha disminuido notablemente en los últimos años respecto a los niveles máximos alcanzados en la crisis, si bien sigue muy por encima de los niveles previos a la crisis,  cuando era prácticamente inexistente -inferior al 1%. En el último año ha pasado del 13% (diciembre 2016) al 10,2% registrado en diciembre de 2017. En el caso de la morosidad conjunta (empresas y particulares), la tasa de morosidad bajó hasta el 7,79%. 

Por sectores de actividad, el crédito a empresas agropecuarias es el que más crece en el último año, seguido del destinado a la industria. Sin embargo, la construcción y el sector servicios siguen cayendo, aunque en este último segmento a un ritmo más lento que años anteriores. Un año más, el crédito a la construcción es el que experimenta una mayor caída, el 13,2% entre diciembre del 2016 y diciembre del 2017.

Comportamiento del crédito

El comportamiento del crédito no se corresponde con la marcha de la economía, ya que tradicionalmente el crédito presenta siempre tasas de variación más elevadas que las de la economía en general. Así, en fases expansivas de la economía el crédito crece a tasas muy superiores, y cuando la economía se contrae, las tasas de contracción del crédito también son mayores. Sin embargo, a pesar de que la economía ha comenzado a mostrar un crecimiento desde el 2014, el crédito aún sigue mostrando tasas de contracción de su cartera. Y eso pese a los bajos tipos de interés.  

Periodo medio de pago

Según los datos recogidos en el Boletín de Morosidad y Financiación Empresarial de Cepyme, los niveles de morosidad empresarial mejoraron en el tercer trimestre del 2017, manteniendo una tendencia similar a la del trimestre anterior. El periodo medio de pago se situó en 80,5 días, frente a los 80,9 del trimestre anterior, registrando así uno de los niveles más bajos de la serie histórica, según la patronal de las pymes.

Deuda comercial

Por su parte, la deuda comercial en retraso se mantuvo en torno al 69,2% del total de crédito comercial, dos décimas menos que en el trimestre anterior. El stock de deuda comercial del tejido empresarial siguió incrementándose en el tercer trimestre del pasado año hasta situarse por encima de los 300.000 millones de euros, en máximos desde 2013.

Sin embargo, este aumento de la deuda comercial no tuvo incidencia alguna sobre el coste financiero de la morosidad, dados los menores periodos medios de pago y porcentajes de la deuda comercial en mora, así como por el mantenimiento de los tipos de interés. De esta forma, este coste financiero se redujo el 2% con respecto al trimestre anterior, situándose en 944 millones de euros, lo que equivale aproximadamente al 0,1% del PIB español.

Microempresas

Por tamaño de empresa, las medianas redujeron en dos días el plazo medio de pago durante el tercer trimestre del 2017, hasta los 84,1 días. En el caso de las microempresas y las pequeñas empresas, el plazo medio de pago se mantuvo en niveles similares a los del trimestre anterior, 75,2 y 80,9 días, respectivamente.

Las microempresas son las que más se han ajustado desde el 2013 al nuevo marco regulatorio que establece en 60 días los plazos de pago para las operaciones comerciales entre empresas. Precisamente, estas empresas mantuvieron los plazos de pago más reducidos. Por sectores, la distribución alimenticia se mantuvo como la rama de actividad con mejor comportamiento en cuanto al cobro de facturas (69,2 días), mientras que los sectores del textil y de la construcción y promoción registraron los peores comportamientos en este ámbito con periodos medios de cobro de 95,9 y 94,9, respectivamente; más de 30 días por encima del periodo legal.

En cuanto a las comunidades autónomas, Castilla y León y Catalunya fueron las que albergaron a las empresas con mejor comportamiento de pago, con periodos medios de 69,3 y 72,9 días; mientras que Extremadura y Murcia presentaron los mayores problemas de morosidad empresarial, con demoras de 90,8 y 90,5 días, respectivamente.

Administraciones públicas

Cepyme también analiza la morosidad en el ámbito de las administraciones públicas y a la luz de los datos del boletín correspondiente al tercer trimestre de 2017, la evolución fue "desfavorable". En concreto, las corporaciones locales siguieron acumulando los mayores retrasos en sus pagos, con periodos medios de pago a proveedores de 94,3 días que triplican el máximo legal permitido (30 días). La Administración Central mantuvo un plazo medio de pago de 75,6 días; los organismos y entes públicos pagaron a sus proveedores en un plazo medio de 69,5 días (nueve más que en el trimestre anterior) y las comunidades autónomas presentaron el mejor comportamiento de pago, con 56,3 días.