REESTRUCTURACIÓN FINANCIERA

La tecnología y los bajos tipos empujan a la banca a cerrar oficinas

El consejero delegado del BBVA, Carlos Torres, en una presentación de resultados.

El consejero delegado del BBVA, Carlos Torres, en una presentación de resultados.

P. ALLENDESALAZAR / MADRID

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La banca española ha hecho un ajuste brutal y sin precedentes de oficinas y plantilla desde que comenzó la crisis. Pero ha sido insuficiente. Un factor coyuntural, los bajos tipos de interés con que el Banco Central Europeo (BCE) está tratando de reactivar la economía, y otro estructural, la irrupción de entidades financieras tecnológicas sin redes físicas, empujan al sector hacia un nuevo proceso de reducción de trabajadores y sucursales que se desarrollará en los próximos años.

El pistoletazo de salida de esta nueva tendencia en el sector lo ha dado el Santander. El banco presidido por Ana Botín anunció la semana pasada a los sindicatos que tiene previsto cerrar entre 400 y 450 oficinas en España, en torno al 13% de su red en el país, con el consiguiente ajuste de plantilla en unas 1.000 personas, que también afectará a los servicios centrales. El mercado espera desde entonces que otras entidades sigan sus pasos. El grupo resultante de la fusión entre la malagueña Unicaja y la castellana Ceiss, de hecho, podría comunicarlo en breve.

El consejero delegado del BBVA, Carlos Torres Vela, también ha realizado un diagnóstico de cómo ve el sector y el banco a largo plazo. La entidad estima que en el futuro podría operar con algo más de una cuarta parte del total de las oficinas que tiene actualmente en España. Este excedente de 2.800 de sus oficinas en España, el 74% de las 3.800 que tiene actualmente, se produciría por la introducción de las nuevas tecnologías en la banca. Unos cierres, eso sí, que solo se producirían en un "largo plazo indeterminado, dentro de muchos años". 

PLANES DE FUTURO

El banco ha negado tener planes o intenciones de realizar un cierre masivo de sucursales a corto o medio plazo. Su estrategia, ha añadido, sigue siendo ajustar su número de oficinas de forma flexible a las necesidades de los clientes. De hecho, el segundo banco español era uno de los que tenía una red más pequeña en España en relación a su tamaño, si bien la compra de Catalunya Banc ha elevado su red de forma notable y habrá que ver cómo lo gestiona. 

"Tenemos 3.800 oficinas en España. ¿Tiene sentido? No. ¿Podemos reducirlo? Sí", ha asegurado su consejero delegado en una entrevista concedida a Bloomberg en el marco de una cumbre sobre banca digital que se celebra estos días en Copenhagen. Según la agencia estadounidense, el número dos del banco presidido por Francisco González ha añadido que el grupo irá reduciendo su red comercial de forma continua en los próximos años.

"Las fintech startups (compañías tecnológicas de servicios financieros de nueva creación) se están llevando una relación que nosotros poseíamos, que era una estrecha relación asociada con las sucursales. Se la están comiendo, producto a producto, ofreciendo un valor superior a un coste menor. Necesitamos redefinir la relación con nuestro clientes", ha argumentado.

OTROS 14.500 EMPLEOS

Los bancos, cajas, cooperativas y establecimientos de crédito que operan en España han reducido su red en unas 15.000 oficinas y un 32% desde el máximo alcanzado en el 2008, hasta las actuales 31.155. El recorte de plantillas ha sido del 30% y más de 83.000 empleos, hasta los 194.688. “Estos ajustes siguen siendo un proceso vivo y, aunque no sea ya tan intenso como en los años anteriores, en el horizonte 2019 las oficinas podrían situarse en el entorno de las 28.000 y los empleados en 180.000”, advertía recientemente la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas). Es decir, más de 3.100 sucursales y 14.500 empleos de reducción adicional.

Pese a la amenaza tecnológica, el catalizador más inmediato son los bajos tipos. Los grandes bancos españoles, salvo CaixaBank, vieron empeorar el año pasado su ratio de eficiencia, que mide el peso de sus gastos sobre sus ingresos. "Sigue sobrando de todo. Si no lo recortas mediante las sinergias que producen las fusiones, que de momento están paradas y hay entidades a las que no interesan, tienes que hacerlo mediante un ajuste interno", alega un directivo.

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