La reestructuración del sector financiero

El FROB adjudica el Banco de Valencia a CaixaBank por un euro

Oficina central de Banco de Valencia.

Oficina central de Banco de Valencia.

OLGA GRAU/MAX JIMÉNEZ BOTÍAS
BARCELONA

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CaixaBank ha protagonizado la primera operación de salvamento tras el rescate europeo de la banca española el pasado junio y bajo tutela de Bruselas. El consejo del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), de acuerdo con los planes del Ministerio de Economía, acordó ayer adjudicar Banco de Valencia, exfilial de Bancaja intervenida en el 2011, a la entidad financiera controlada por La Caixa por el precio simbólico de un euro. Casi en paralelo, el consejo de administración de CaixaBank se reunió en sesión extraordinaria para dar el visto bueno a la compra. Una operación por la que también se interesaron el BBVA y Bankinter y que se ha saldado a un ritmo de vértigo.

Apenas han pasado 10 días desde que el Ministerio de Economía anunció que retomaba las subastas de Banco de Valencia y de CatalunyaCaixa. La operación queda sujeta a condiciones. Primero, el FROB tiene que recibir los 37.000 millones de euros procedentes del rescate europeo, lo que se producirá en la primera semana de diciembre. Los accionistas de Banco de Valencia tendrán que asumir las pérdidas generadas hasta la fecha, según se desprende del contrato de adjudicación.

Después, el FROB inyectará 4.500 millones de euros a Banco de Valencia mediante una ampliación de capital. Una vez realizada la ampliación de capital de 4.500 millones, el FROB traspasará la entidad por un euro a CaixaBank. La compraventa se ejecutará con posterioridad a la trasmisión de activos al banco malo, denominado Sareb.

BLINDAJE CONTRA PÉRDIDAS/ El Estado ha aprobado también lo que se denomina una Esquema de Protección de Activos (EPA). Es decir, además de inyectar los 4.500 millones de euros, facilitará unas ayudas que cubrirán un 72,5% de las pérdidas que experimenten la cartera de pymes y autónomos y de riesgos contingentes (avales) durante un plazo de diez años. La concesión de la EPA, que también se llevó a cabo en la adjudicación de la CAM al Banco Sabadell, era una opción que el Gobierno había descartado volver a utilizar. Este instrumento blinda a La Caixa de tener que asumir riesgos o pérdidas derivadas del Banco de Valencia durante 10 años.

Todo este proceso se prolongará, según fuentes conocedoras de la operación, hasta el mes de marzo, que es cuando CaixaBank podrá cerrar la transacción una vez se hayan llevado a cabo todas las condiciones previas, a las que se suman la obtención de las correspondientes autorizaciones y aprobaciones de los órganos de la competencia y de Bruselas. CaixaBank destinará 233 millones de euros a costes de reestructuración y espera obtener unas sinergias de 85 millones a partir del 2014.

La adquisición de Banco de Valencia situará a CaixaBank en un volumen de activos de 365.000 millones de euros, antes del traspaso de inmuebles y terrenos a la Sareb. Esto mantiene a Caixabank como primera entidad financiera española, por delante del Santander en España (incluyendo a Banesto) y del BBVA (con Unnim). Lo más destacado de la operación es la cuota de mercado que otorga a CaixaBank en la zona del Levante. Concretamente, CaixaBank pasará del 5,1% de cuota de mercado en Castellón al 9,8%. En Valencia, pasará del 7,7% al 15,1%, mientras que en Alicante subirá del 6,3% al 9,6% y, en Murcia, del 6,3% al 10,1%. Los activos totales de Banco de Valencia suman 20.744 millones. Así, CaixaBank gana terreno precisamente en un mercado en el que el Sabadell se ha logrado consolidar también gracias a la CAM.

CARRERA DE COMPRAS/ Esta es la segunda adquisición que protagoniza CaixaBank en los últimos meses, después de que el pasado marzo anunciara la compra de Banca Cívica por 977 millones, una operación por la que no requirió ayudas públicas y que convirtió al banco de La Caixa en la primera entidad financiera de España por activos, depósitos y créditos. Anteriormente, CaixaBank realizó dos absorciones en Catalunya: Caixa Girona y Bankpime. En los últimos meses, la entidad presidida por Isidro Fainé y dirigida por Juan María Nin ha explorado oportunidades en el mercado que no fructificaron como la fusión con Bankia (antes de la nacionalización) y con el Banco Popular.