CUMBRE DECISIVA EN BRUSELAS

La banca española debe captar 26.000 millones

Los líderes de la zona euro perfilaban esta madrugada un acuerdo contra la crisis

Merkel saludando ayer a Berlusconi en el inicio de la Cumbre

Merkel saludando ayer a Berlusconi en el inicio de la Cumbre

ELISEO OLIVERAS
BRUSELAS

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Los líderes de la zona euro ultimaban pasadas las tres de la madrugada, en una cumbre extraordinaria en Bruselas, un plan global para resolver la crisis de la deuda pública de la zona euro a través del reforzamiento del fondo de rescate para que disponga de una capacidad de actuación superior al billón de euros, la reducción del 50% de la deuda griega en manos de la banca y la recapitalización de los grandes bancos europeos para absorber las pérdidas de ese quebranto por la quita de la deuda helena. El plan se ha amoldado a las exigencias impuestas por la cancillera alemana, Angela Merkel, que llegó a la reunión con un mandato preciso del Bundestag para preservar la independencia del Banco Central Europeo (BCE) y evitar que Alemania deba aportar más al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

El plan para recapitalizar a los grandes bancos europeos antes del 30 de junio del 2012 y exigirles un mínimo de recursos propios (capital social y reservas) del 9% fue aprobado en una primera cumbre por los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE). La medida exigirá a las cinco grandes entidades españolas (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Popular) una recapitalización de 26.161 millones, la segunda más elevada después de Grecia (30.000 millones), según la Autoridad Bancaria Europea (EBA).

La cifra final española será probablemente inferior en unos 9.000 millones al contablizarse los bonos convertibles en acciones con vencimiento antes de finales de octubre del 2012, que la propia EBA indicó que está dispuesta a aceptar como capital. Esto beneficiará al Santander y en menor medida al Popular, según fuentes financieras.

La EBA ha utilizado para sus cálculos no solo la deuda pública en manos de la banca española, sino también los préstamos de las entidades a las administraciones públicas por el riesgo de morosidad. Esos dos conceptos generan una obligación de recapitalización de 6.290 millones del total español. El Gobierno atribuyó la elevada cifra al hecho de que dos de los cuatro mayores bancos de la eurozona son españoles.

SIN DIVIDENDOS Y PRIMAS / Los bancos que no alcancen ese ratio mínimo de capital tendrán restringido el reparto de dividendos entre los accionistas y la distribución de bonificaciones entre los directivos hasta que no se recapitalicen.

El plan implicará a nivel global de la UE una recapitalización de 106.447 millones, según las estimaciones de la EBA. La cifra es la mitad de la que había considerado necesaria inicialmente el Fondo Monetario Internacional (FMI) este verano. Esta decisión fue adoptada por los líderes de los Veintisiete y no sólo la eurozona, porque afecta a toda la UE.

El acuerdo para valorar la deuda pública en la cartera de la banca «a precios de mercado» supuso un importante victoria del Gobierno español, que también reclamó que se aceptaran los bonos convertibles como capital. El compromiso ha evitado que la imagen de la deuda pública española se viera dañada por los planes iniciales de la EBA, que pretendía aplicarle una depreciación artificial de como mínimo el 5%, cuando el valor del mercado equivale a una depreciación inferior al 3% de su valor nominal. Los planes de la EBA hubieran puesto en duda la solvencia del Estado español, habrían hundido la cotización de la deuda y habrían encarecido los tipos de interés exigidos en las emisiones.

Los líderes de la eurozona negociaban de madrugada con la banca internacional para que asumiera un quebranto del 50% de la deuda griega en su poder. Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, intentaban obtener que la quita aceptada por la banca fuera «algo superior» al 50% del total, pero el sector argumentaban que se les quería imponer un sacrificio excesivo.

NEGOCIACIÓN DIRECTA / Después de medianoche, Merkel y Sarkozy, junto a la directora del FMI, Christine Lagarde, comenzaron a intervenir directamente en las negociaciones que hasta entonces se estaban desarrollando en paralelo a la cumbre entre los delegados de la eurozona con la cúpula de la banca mundial para vencer la resistencia del sector financiero.

La UE y el FMI coinciden en que el actual nivel de deuda pública helena es insostenible y que sin esa reducción sustancial el país nunca conseguirá salir del agujero, ni sanear sus cuentas públicas por más planes de ajustes que aplique.

Los líderes de la zona euro también perfilaban los detalles del reforzamiento del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera para que tenga suficiente capacidad de intervención para hacer frente a cualquier situación y acabar con el acaso a la deuda pública de España e Italia. Las medidas implican aumentar la capacidad de intervención del fondo de los 440.000 millones a más de un billón de euros.