Empujones y tangana: Vinicius mantiene su perfil provocador en el España-Brasil

Vinícius Junior se convirtió en el protagonista antes del España-Brasil con una rueda de prensa -grabada por las cámaras de Netflix, que realizan un documental sobre su figura-, en la que enlazó frases de condena al racismo regadas con unas lágrimas comentadísimas. Sobre el césped del Santiago Bernabéu, en cambio, pasó bastante desapercibido. Discreto partido el suyo en el amistoso, eclipsado por Lamine Yamal en el bando español y Endrick en el brasileño.

Ahora bien, la noche en que los focos se depositaron en su figura como nunca y en que se esperaba de él un comportamiento ejemplar, Vinicius volvió a las andadas y dio muestras de su carácter provocador, apegado de forma irremediable hacia la greña y carente de autocontrol.

En la primera parte se enganchó con Laporte, al que fue en su búsqueda con ánimo de pelea. En la segunda, se encaró con el banquillo del equipo español en el tramo final.

El rifirrafe con el exdefensa del Manchester City fue provocado por el brasileño, que le dio un fuerte empujón por la espalda a la espera del centro de un córner. El central francés se giró y se encaró con Vinícius, que a estas alturas ofrecía su gesticulante recital habitual de víctima que no se encoge.

Paquetá apareció en ayuda de Vinicius y empujó a Laporte. Entre todos lograron pacificar la situación. Posteriormente, Laporte bromeó en Twitter sobre la provocación diciendo que "quizás quería bailar", en referencia a la frase del brasileño en la previa diciendo que solo quería jugar al fútbol.

Tangana frente a los banquillos

El segundo episodio fue más tumultuoso y fue incitado de nuevo por el delantero del Madrid. Después de que Paquetá marcara el 3-3, Vinícius hizo un gesto dirigido al banquillo de la selección española, que provocó la reacción de algunos integrantes. Dos de quienes se encararon con el brasileño fueron Álvaro Morata y el seleccionador Luis de la Fuente. Incluso su amigo Joselu le recriminó el gesto.

Todo ello provocó una tangana en la banda entre los integrantes de ambos banquillos al final de partido. Incluso tuvo que intervenir la seguridad del Bernabéu para que la pelea no fuera a mayores.

Un comportamiento que da alas a quienes sospechan que los impresentables insultos racistas que recibe Vinicius se deben más a su actitud provocadora que al color de su piel.