Por una réplica, el artículo de Sergi Mas

Estos son los hechos. 

Una obra de teatro, adaptada de un original inglés, se representa en la Beckett. En esa obra hay tan sólo una réplica a un personaje del Espanyol. Las connotaciones del mismo son negativas, faltaría más. Siempre nos toca la pedrea. Una obra de ficción que muestra una mención a un club real. Es una tontería, pero no nos gusta.

En redes sociales se versan opiniones sobre la obra, algunas amenazantes -pocas- e impropias de un país civilizado. Deben ser pocas porque la sala ni las denuncia a los Mossos. A ver: que a mí en twitter también me zumban, me insultan y me amenazan, ¿eh? La Beckett no tiene la exclusiva del llanto ante mensajes impropios. 

El Espanyol emite una nota en la que el club se lamenta la incomodidad de sus socios. El director de la sala, Toni Casares, se enfada porque el club no señala a los críticos. Pero lo que no puede permitir Casares es escribir el comunicado de la Beckett y el del club. Faltaría más. 

Prepotencia

A partir de aquí, el revolutum. Casares reconoce en RAC1 que realiza una nota “hiperventilada”. Cierto. Señala al “pequeño esfuerzo intelectual que debe hacerse para entender el teatro y la diferencia entre realidad y ficción, porque todo el mundo lo puede hacer, no es difícil” y pierde la batalla porque se coloca en un altar que a mí me recuerda a la prepotencia.

En el fondo, lo que le jode a Toni Casares es que en los medios se habla mucho de fútbol y poco de teatro. Lleva razón. A mí también me jode, pero la culpa no es del Espanyol, aunque al ritmo que llevamos, todo llegará. 

Toda la polémica se hubiera evitado si esta sala, tras recibir el acoso de cuatro agitados tuiteros, hubiera realizado la denuncia pertinente a los mossos. Resultado al final del partido: la sala tiene el sold out (todo vendido) hasta el próximo domingo, día en que se acaba la representación de la obra. De nada, Beckett. El mundo perico siempre ayudando a la cultura.

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