Mundiales de waterpolo

Entrevista a Álvaro Granados, el goleador de la selección de waterpolo: "Es el año más importante de nuestras vidas"

Tras conseguir el oro Europeo, el combinado español de waterpolo afronta otro reto, el Mundial de Doha previo a los Juegos de París

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Álvaro Granado, jugador de la selección masculina de waterpolo

Álvaro Granado, jugador de la selección masculina de waterpolo / Jordi Otix

Jordi Grífol

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Álvaro Granados (Terrasa, 1998) es el último en salir del agua. Se resiste a ello al acabar el entrenamiento. Sin tiempo de saborear el primer campeonato europeo de la historia de la selección, el combinado español afronta ahora el Mundial de Doha, que arranca el 5 de febrero. El autor del gol que valió el oro en Croacia atiende a EL PERIÓDICO horas antes de coger el avión, en un año donde le es imposible no mirar hacia París.

¿Siempre es el último en salir de la piscina?

De los últimos sí, siempre. Me tomo mi tiempo, me ducho tranquilo... No me gusta ir con prisas. Suficiente sufrimos en el entrenamiento como para ir con prisas. 

Han conseguido el oro europeo, que se resistía. Hace dos años, el oro mundial. ¿Las finales perdidas adquieren significado al ganar?

Creo que no hay que darle mucho más significado del que tiene perder. Esto es deporte, unas veces se gana y otras se pierde. Suena un poco ‘Mr. Wonderful’, pero es así. Hay que intentar sacar aprendizajes de las derrotas porque de lo único que sirve perder es para ganar. 

Suelen destacar el buen grupo humano que conforman.

Inevitablemente, el compañerismo es una parte de lo que define a este grupo. Cuando vengo a entrenar con la selección estoy contento. Ahora que vivo fuera tengo ganas de pasar tiempo con ellos y de viajar con ellos. Para mí, además de compañeros son amigos, y esto es un gran hecho diferencial que define a esta selección.

¿Cómo vivió el gol que valió la medalla?

Fue un momento muy feliz, de emoción y euforia máxima. Pero esto solo es el primer paso de un año que va a ser el más importante de nuestras vidas. Queda el mundial y los Juegos Olímpicos, y voy con la ambición a tope. 

Álvaro Granado, jugador de la selección masculina de waterpolo

Álvaro Granado, jugador de la selección masculina de waterpolo / Jordi Otix

¿La ambición es lo que le mueve a continuar?

Sí. Este es un gran año, yo siempre prefiero competir que entrenar y, aunque es duro por el volumen de competiciones, escogería mil veces un año así.

Apenas han pasado 15 días del oro Europeo y ya toca disputar el Mundial. No les da tiempo a disfrutar el éxito.

Es cierto. Es parte de nuestro deporte, hay muchas competiciones tanto a nivel de clubes como de selecciones. Vaya bien o vaya mal, a la semana ya vuelves a estar con tu club. Esto tiene una parte negativa, que es que no puedes saborear la victoria, pero en caso de perder siempre tienes otra oportunidad.

El gol le puso en el foco. Pero ese foco dura poco.

Dura muy poco o prácticamente nada. Pero es lo que hay, es nuestro deporte. No soy una persona de quejarme y creo que si la selección sigue en esta línea año tras año poco a poco conseguiremos el apoyo mediático o la repercusión que creo que merecemos. 

Hace dos años fichó por el Novi Beograd de Serbia. ¿Es duro estar lejos de casa?

Lo es. Me gusta estar con los amigos y la familia y se hace duro. Pero es lo que yo escogí, sabía a lo que iba y creo que ha sido un aprendizaje vital y profesional increíble que volvería a escoger mil veces.

La selección masculina en un entrenamiento previo al Mundial

La selección masculina en un entrenamiento previo al Mundial / Jordi Otix

Allí estan mejor valorados.

En otros países que no son España se valora mejor el deporte. El waterpolo es uno de los deportes principales en Serbia. Es increíble como se considera al deportista y el deporte en general allí. Pero al final tienes el reconocimiento que te mereces. Si el waterpolo español sigue en esta línea, lo obtendrá.

Toca disputar el Mundial, los Juegos Olímpicos igual quedan lejos...

En realidad no quedan tan lejos. Cinco meses pasan volando y más con este frenesí de competiciones. Yo ya estoy con la mirada puesta en los Juegos. Con calma, pero pensando en ellos.