Registro judicial al fisco francés por sospechas en el fichaje de Neymar por el PSG procedente del Barcelona

La Justicia francesa investiga un posible fraude fiscal por el fichaje de Neymar por el París Saint-Germain en 2017. La policía judicial inspeccionó el lunes el Ministerio de Economía en París en el marco de este caso. En concreto, lo hizo por las sospechas de que el conjunto parisino llegó a un acuerdo con el entonces ministro de Finanzas, el controvertido Gérald Darmanin, para no pagar impuestos por el pago de los 222 millones de euros de la cláusula de rescisión del delantero brasileño, que hasta ese verano jugaba en el FC Barcelona. Así lo ha indicado este jueves el diario digital Mediapart, que ha desvelado este affaire a partir de documentos filtrados en el Football Leaks.

Más de seis años después, el fichaje de Neymar por el PSG todavía representa el mayor desembolso por un futbolista en la historia del deporte rey. Ese traspaso, que dejó tocado al Barça, aún trae cola y no solo por motivos deportivos, sino también legales. La justicia francesa parece tomarse en serio las sospechas de que hubo un fraude fiscal en la llegada de la estrella brasileña al Parque de los Príncipes. Según los documentos revelados por el medio de investigación galo, a finales de julio de 2017 se produjeron una serie de reuniones entre dirigentes del club parisino y el gabinete del ministerio de Finanzas para otorgar un trato fiscal ventajoso al equipo propiedad de Catar.

Imputado el exdirector de comunicación del PSG

Examina este affaire el mismo juez de instrucción que está investigando una serie de supuestos casos delictivos del PSG, entre ellos, las acusaciones de tortura que pesan sobre su presidente Nasser Al-Khelaïfi. En relación con el presunto fraude fiscal en el fichaje de Neymar, la justicia ya había imputado en diciembre a Jean-Martial Ribes, el director de comunicación del PSG entre 2017 y 2022. Lo investiga por los supuestos delitos de “corrupción y tráfico de influencias”, que el acusado niega y dispone de la presunción de inocencia. 

Según Mediapart, cuando el PSG estaba a punto de cerrar el fichaje de Neymar, a sus dirigentes les preocupaba especialmente los impuestos y cotizaciones sociales que deberían pagar por el traspaso del entonces “11” del Barça. En el fútbol francés, no existen las cláusulas de rescisión y no hay una ley que indique la fiscalidad de esas operaciones. Pero sí que existe una normativa específica sobre esas situaciones, que suele aplicarse sobre todo en el rugby. Los asesores del PSG estimaban en 2017 que por el pago de la cláusula de rescisión de Neymar deberían pagar entre 67 y 224 millones de impuestos y cotizaciones sociales. Finalmente, el conjunto parisino no tributó ni un euro por ello, según el prestigioso diario digital.

“He hablado con Darmanin”

Para lograr esa exoneración fiscal, el equipo propiedad de Catar utilizó toda su red de contactos en la clase política. Jean-Martial Ribes, entonces director de comunicación del club, pidió ayuda al diputado macronista Hugues Renson, que en ese momento era uno de los vicepresidentes de la Asamblea Nacional. “Se trata del negocio deportivo del siglo, no puede frustrarlo la administración”, aseguraba Ribes a su “muy buen amigo” Renson, en uno de los mensajes de telefonía móvil revelados. “He hablado con Darmanin” y “me ha dicho que trabaja en ello”, afirmaba, por su lado, el entonces vicepresidente del Parlamento. 

Según esos mensajes, el presidente francés, Emmanuel Macron, también estaba al corriente de esas negociaciones entre el PSG y la administración fiscal. De momento, el Elíseo no se ha pronunciado sobre este affaire. “No tengo que responder a esta pregunta”, dijo el lunes Darmanin, actualmente ministro del Interior, después de que le preguntaran si había ayudado al PSG. 

Aunque al Ejecutivo le gustaría pasar de puntillas, el caso va ganando en repercusión mediática y política. El presidente de la comisión de Finanzas en la Asamblea Nacional, Éric Coquerel (de la izquierda insumisa), contactó el martes al ministerio de Economía para pedir documentos sobre el traspaso de Neymar. Más de seis años después, esa macroperación sigue trayendo cola. E incluso podría tener repercusiones políticas en Francia.