IRREGULARIDADES FINANCIERAS

La dura sanción al Everton, un aviso de turbulencias para el Manchester City y el Chelsea

Los jugadores del Everton.

Los jugadores del Everton.

Albert Guasch

Albert Guasch

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En estos días de parón por las selecciones, la Premier sigue bajo los temblores provocados por la dura sanción impuesta al Everton por irregularidades financieras. Una comisión independiente castigó la semana pasada al club de Liverpool con la pérdida de 10 puntos, la mayor deducción de la historia de la competición, lo que le ha relegado a la penúltima plaza, zona de descenso. Pero lo peor no es eso (tiene un equipo decente y podría remontar): el dictamen abre la puerta a la petición de millonarias compensaciones por parte de otros clubs que perdieron la categoría en los tres años de la investigación. Se estima que podrían ser tan elevadas que el grupo norteamericano que planeaba comprar el Everton por 500 millones de libras (unos 570 millones de euros) estaría reconsiderando la idea.

El Everton, por supuesto, emitió un comunicado en que tildaba de "desproporcionada e injusta" la sanción. En el comunicado añadió algo que retumbó por toda la Premier: "Con gran interés estaremos atentos a las decisiones que se adopten en otros casos en relación a las reglas financieras de la liga". Todo el mundo entendió que se refería a Manchester City y Chelsea, sujetos a una compleja investigación sobre sus cuentas.

El Chelsea está bajo investigación tanto por parte de la Premier League como de la Federación Inglesa por posibles pagos millonarios no declarados en los años de propiedad de Roman Abramovich. El Manchester City, la fuerza dominante del fútbol inglés en los últimos años, fue acusado en febrero de proporcionar información engañosa en relación al periodo que va del 2009 a 2018 sobre 115 supuestas infracciones, que van desde los ingresos por patrocinio a salarios de personal, entre otros. El City ha presentado recurso jurídico por cada uno de los casos. El pecado del Everton fue excederse en algo más de 20 millones de euros del límite de pérdidas permitidas por el órgano regulador. 

Las varas de medir

La cuestión que ahora sobrevuela la competición británica es: ¿si al Everton le han caído 10 puntos de sanción por una única infracción, qué podría pasarle al City por 115? O lo que sospecha y teme el Everton: ¿habrá diferentes varas de medir? ¿Se atreverán con los dos gigantes? La penalización más dura hasta la fecha fue de 9 puntos impuesta al Portsmouth en el 2010.

Stefan Borson, que fue asesor del City, asegura en declaraciones recogidas por The Sun que se pueden avecinar tiempos complicados para los citizen. Este experto en finanzas del fútbol aventura consecuencias serias para los de Manchester. "Hay demasiadas cosas que 'podrían' pasar si el City es declarado culpable. Sería muy grave: se desataría un infierno", dice Borson.

Martyn Ziegler, columnista de The Times, se hizo eco de la idea de que el descenso de categoría es una posibilidad si se acaban demostrando las acusaciones, en particular las que penden sobre el City: "Creo que las sanciones serán mucho más graves para el Manchester City y el Chelsea. Si miras en el City, hay muchas acusaciones y son más graves. Por tanto, afronta el peligro real de un posible descenso de la Premier League". Algunos medios especulan con sanciones de 30 puntos. Pero la sensación es que el dictamen definitivo va para largo.

"Poco honesto"

En general, existe la corriente en el fútbol inglés de que las normas sobre sostenibilidad son bienintencionadas, esto es, evitar que los clubes vivan por encima de sus posibilidades. La sentencia contra el Everton declaró al club culpable de "imprudencia" en el gasto en fichajes "a pesar de repetidas advertencias", y que había sido "poco honesto" en los costes relacionados con su nuevo estadio.

El propietario mayoritario del Everton es el multimillonario británico-iraní Farhad Moshiri, socio comercial del magnate ruso de los metales Alisher Usmanov. Moshiri adquirió el Everton en 2016, pero en los últimos meses se había enfrascado en negociaciones para su venta. De hecho, había alcanzado un acuerdo con el fondo de inversiones norteamericano 777 Partners. El acuerdo incluía la financiación para completar un nuevo estadio con capacidad para 52.888 personas en el paseo marítimo de Liverpool.

En cualquier caso, crece el temor de que el fallo emitido contra el Everton, unido a los casos pendientes de Chelsea y City, abra un periodo de turbulencias en la Premier, con litigios cruzados y resoluciones conflictivas.