Verónica Costa: "Siempre tuve una fijación por demostrar que las mujeres también podemos"

¿Cómo llegó al fitness? 

Yo empecé a ir al gimnasio con 15 años. Desde muy pequeñita, siempre había hecho mucho deporte, pero fue entonces, en plena adolescencia, cuando me empezó a llamar la atención el mundo de las pesas. Por aquel entonces se percibía como un mundo de hombres y yo siempre he tenido esa fijación por demostrar que las mujeres también podemos. ¿Por qué no? solía preguntarme. Era mi ‘hobby’ pero me gustaba tanto que empecé a leer e interesarme por ese mundillo. Fui autodidacta. Como tal nunca decidí dedicarme a ello, pero empecé a compartir mis experiencias en redes sociales sobre mis andaduras en el mundo del fitness, y como yo lo veía, el de la salud y la gente empezó a interesarse por lo que hacía. 

¿Cree que el entrenamiento ha adquirido poco a poco un matiz más de cuidado de la salud?

Así es. En mi caso fue algo muy natural el entender que el ejercicio y la salud iban de la mano. En el fondo, yo lo tenía clarísimo y simplemente iba compartiendo mi día a día con la intención de irlo contagiando a quienes me vieran. Intentaba que la gente se diera cuenta y cambiara su forma de pensar y que, por ejemplo, alguien que no creía que entrenar pesas fuera bueno, derribara esa barrera.

¿Se refiere a las barreras que todavía impiden que muchas mujeres entrenen la fuerza en el gimnasio?

Entre otros. Yo recuerdo, al principio, que cuando empecé en las redes hace ya casi 15 años muchas mujeres me escribían porque les llamaba mucho la atención verme entrenar con peso y otras dudaban de si esos ejercicios “les pondrían el cuerpo como un hombre”. También recibía muchísimos mensajes de apoyo y motivación. En el fondo, ha sido un tabú que jamás ha tenido sentido, tanto por el hecho de que obviamente las mujeres pueden levantar peso, como por el hecho de que además es incluso muy beneficioso y necesario para evitar el deterioro de la edad o la osteoporosis. 

¿Qué otros tabús quedan en pie a día de hoy?

Cada vez hay más gente concienciada de que el entrenamiento de fuerza es muy importante, pero también hay gente que lo sigue cuestionando. Cada vez hay más caras conocidas que lo exponen y tratan de mostrarlo. Pero por desgracia todavía queda muchísimo por hacer. A diario sigo recibiendo consultas de si entrenar la fuerza es correcto para tal o cual grupo de población. Y no es solo gente mayor, también hay gente joven.

Usted ha roto algunos de esos prejuicios mostrando por ejemplo los beneficios del deporte en la etapa del embarazo y el posparto.

Totalmente. En este segundo embarazo, como ya me vieron en el primero, no ha causado tanta sorpresa, pero el primero causó mucha impresión. Constantemente recibía comentarios de “no estás pensando en tu bebé” cuando realmente es todo lo contrario. El trabajo de fuerza durante el embarazo es tremendamente positivo tanto para la madre como para el bebé siempre y cuando no haya una patología que precise de reposo.

¿Hay cada vez más interés por aprender sobre ejercicio físico?

Cuando compartía mis entrenos en las redes me daba cuenta de que generaba mucho interés. Que la gente tenía ganas de entender y saber y que hacía falta mucha información, y al final, referentes en los que inspirarse o confiar. Desde entonces, todo lo que he hecho ha sido intentar ayudar a la gente que me escribía con sus dudas y necesidades.

¿Hacia dónde cree que evolucionará el sector en los próximos años?

La tecnología está siempre a la cabeza de todo. Vivimos en un mundo cada vez más tecnológico del que el fitness no se va a quedar fuera. Estoy convencida de que conseguiremos entrenar conectados a través de aplicaciones complejas y herramientas. Se desarrollarán muchísimo las comunidades virtuales que estarán interconectadas y unidas. Además, el fitness online, como veo yo en mi plataforma, elimina las excusas porque puedes entrenar cuando quieras, sin horarios, desde tu casa, nadie te molesta y te ahorras tiempo y dinero. 

Si pudiera pedir un deseo para el futuro del fitness ¿Cuál sería?

¡Que toda la gente fuera consciente de la importancia del entrenamiento! y que se convirtiera en algo tan esencial como lavarse los dientes.