El último punto de la final de Wimbledon: el asombroso paralelismo entre la primera victoria de Alcaraz y la de Nadal

En un partido igual de épico que el de hace 15 años en la misma pista y el mismp torneo a cinco sets, lleno de alternativas y de un nivel de calidad pocas veces vistos.

Con un rival de la misma entidad -en su momento, teniendo enfrente la elegancia victoriosa de Roger Federer y este domingo desafiando la ejecución implacable de Novak Djokovic-.

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Y acabando con el mismo resultado: el joven -Rafa Nadal en aquel 2008, Alcaraz este domingo- y hace hincar la rodilla el status quo del veterano que ha reinado con mano de hierro durante los últimos años.

Así se ha vivido el triunfo de Carlos Alcaraz para alzarse con su primer Wimbledon, en un encuentro que ha recordado enormemente al vivido en aquel Federer-Nadal que ilustra uno de los capítulos más brillantes de la historia del tenis profesional.

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Pero es que además, esa mimesis entre ambos partidos ha ido un paso más allá, hasta un punto entre mágico y surrealista, que a algunos les daría para comenzar a vislumbrar hasta conspiraciones judeomasónicas sino supiéramos de la calidad de los cuatro contrincantes: el 'Big Three' y un 'four' que en breve engrosará en ese grupo de elegidos.

Así, para poner la guinda a este cúmulo de paralelismos, este regalo a base de raquetazo nos ha dejado una última perla a la hora de disputar el punto final de ambos partidos, ese que les valió a ambos tenistas españoles alzarse con sus primeros trofeos en el torneo más importante sobre hierba -y, para muchos, el de más prestigio de todos los que se celebran en cualquier superficie- . Dos gotas de agua separadas por un laso de tiempo de 15 años.

Saque, resto, respuesta y un último raquetazo que se estampa contra la red y finiquita una obra de arte que nos ha tenido en vilo toda la tarde mientras el ganador retoza en la hierba que ha servido de campo de batalla. Vean el vídeo y disfruten de, como diría Stefan Zweig, un momento estelar de la humanidad.