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Patry Jordán posa en el Hotel W de Barcelona.

Patry Jordán posa en el Hotel W de Barcelona. / Jordi Otix

Begoña González

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Muchos la conocieron durante la pandemia. Sus vídeos de entrenamiento les ayudaron a realizar actividad física desde la intimidad de sus salones. Pero Patry Jordán (Girona, 1984) llevaba ya casi una década entregada a su proyecto ‘Gym Virtual’. Fue una pionera y en muchas ocasiones, una incomprendida. “La gente no me entendía… era la loca del móvil”, asegura a EL PERIÓDICO tras dar una masterclass de ‘fitness’ en el Hotel W de Barcelona. Cuando empezó no había ‘Zoom’, ni ‘Skype’, casi ni internet en el teléfono, explica. “Me planté delante del gerente del gimnasio y le dije que quería hacer un gym virtual. Me miró con cara de ‘¿qué dices?’”, rememora la ‘influencer’.

“Me tomaban por loca cuando les explicaba lo que quería hacer. Entonces, vi en Youtube gatitos, música… y pensé ¿por qué no mis vídeos?”, recuerda con una sonrisa. Su olfato la llevó a convertirse en referente en el sector y ahora cuenta por millones sus suscriptores y seguidores en las distintas plataformas en las que comparte su contenido. “Antes de la pandemia ya tenía un millón de reproducciones diarias y llevaba 10 años creando contenido para una comunidad activa de varios millones de usuarios en Youtube”, explica.

“Empecé de forma muy precaria, no tenía una cámara, ni un espacio. Así que para grabar desmontaba el comedor”, explica Jordán. “Al principio me escondía para grabar porque parecía la rarita del barrio”, asegura. Por aquél entonces, Patry daba clases de spinning a las seis de la mañana, luego trabajaba en una agencia de comunicaciones y al salir volvía a dar clases hasta las 23h. Era después cuando dedicaba un par de horitas a sus vídeos. “Y dormir ya si eso después”, bromea. Le costó esfuerzos, pruebas y errores, pero nunca se le cayeron los anillos. “No me arrepiento nada de haber seguido mi intuición. No tenía ni referentes, ni sabía por dónde empezar”, zanja.

“Empecé de forma muy precaria, no tenía una cámara, ni un espacio. Así que para grabar desmontaba el comedor”,

Patry Jordán

Niños que quieren ser 'youtubers'

“Ahora hay niños que quieren ser ‘youtubers’ o ‘influencers’ pero eso no tenía ni nombre cuando yo empecé, yo solo quería montar una plataforma para que la gente entrenara”, recuerda. Todavía se asombra al rememorar las primeras veces que la reconocían por la calle. “Alucinaba, no pensaba que me conociera tanta gente”, recuerda. Pero como los superhéroes y sus poderes, su influencia conlleva también una gran responsabilidad. “Yo solo quería ayudar a la gente a llevar un estilo de vida más saludable en ningún momento quise ser referente de nada, pero te pones la presión tú sola”, explica.

“Sientes que estás haciendo algo bien, pero es agotador. Trabajas una idea, inviertes, planificas, piensas y después de ese proceso publicas y en seguida ya está en todas partes”, reflexiona la ‘influencer’. A menudo, sus ideas se replican en las redes a la velocidad de la luz con mayor o menor crédito y eso a veces desespera, aunque Jordán asegura que “así es el mercado. La competencia te obliga a ser mejor”.

Una vida dedicada al deporte

“Es muy gratificante y a la vez una gran responsabilidad saber que muchas personas entrenan conmigo. A mí me llena transmitir que no sólo sirve para perder peso, sino para ganar seguridad”, asegura la entrenadora. “Muchas veces, ponerse en forma, perder peso, etc es el paso previo a ganar la confianza necesaria para tomar decisiones en sus vidas. Y saber que puedo ayudar en eso me parece maravilloso. Pero también pasa factura en mí. De ahí que redefiniera el proyecto y estableciera tres pilares entre los que se incluye también el autocuidado”, explica tras haber ofrecido una clase de su programa 'Reconnect by Patry Jordán' en el que incluye una sesión de meditación postentreno.

"El deporte es más que un medio para conseguir un fin estético”

Patry Jordán

El deporte, que ha formado parte de su vida y su familia desde que nació, es para ella “más que un medio para conseguir un fin estético”, explica. “Yo he llegado a pesar 20kg menos y marcar tableta y no sentirme feliz. Dar clases en el gimnasio, entrenar por la tarde y los fines de semana ir en bicicleta y no sentirme feliz. Y eso pasa mucho más de lo que creemos. Mucha gente por fuera pensaría ‘qué envidia’, pero yo no estaba bien así. Al final, el cuerpo perfecto para ti es el que te hace sentir a gusto, pero si te hace sufrir en el proceso, y no te hace sentir suficiente no lo es ni lo será más adelante”, se sincera Patry.

“Eso nos pasa a las personas que somos muy intensas. Que la pasión termina convirtiéndose en obsesión. Para mí eso era entrenar. Yo llevaba una locura de rutinas, entrenaba tanto que se me fue la regla y lo disfrutaba pero sin darme cuenta fui entrando en una sintonía que no era buena”, asegura. Hoy su proyecto deportivo pone un fuerte foco en el bienestar y la salud mental así como en el autocuidado y las afirmaciones positivas. 

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