El Ironman es también cosa de mujeres

El Ironman es una de las pruebas más duras del deporte de resistencia: 180km de bici, 3,86 km de nado en mar abierto y 42,2km corriendo. Aun así, es una competición cada vez más popular. Aunque esa es la prueba completa, existe también la disciplina 70.3 o 'half' que se compone de 1,8 km de nado, 90 km en bici y 21 km de carrera. Es el caso de la prueba de este pasado fin de semana, la 'Zafiro IRONMAN 70.3 Alcúdia-Mallorca', en la que participaron un total de 3.200 personas. Solo el 18% eran mujeres.

A pesar de que la mayoría de inscritos la terminan, indistintamente del sexo, las mujeres siguen siendo reticentes a participar en este tipo de competiciones, por lo que desde la propia organización de la prueba han creado el proyecto Artemis Women, inspirado en la Diosa griega Artemisa, para dar visibilidad a las competidoras en este tipo de acontecimientos. Durante tres meses aproximadamente dos entrenadores, los hermanos gemelos y atletas Andreu y Marc Lloret, han preparado a cuatro mujeres para perseguir sus objetivos de cara al Ironman.

Ninguna de ellas es deportista profesional. De hecho, todas han hecho malabares para encajar los entrenamientos en sus rutinas diarias: María Gijón es periodista y trabaja en Banc Sabadell, Sara Argerich es ingeniera y trabaja en una consultoría tecnológica, Elisabeth Stampa es miembro del consejo de administración de Corporacion Medichem SL y Miriam Clos es maestra de primaria..

"Superwoman"

“No somos superwoman, somos mujeres normales con un objetivo”, resume María Gijón en referencia a ella y sus compañeras. Son las primeras 'Artemisas' y con su preparación esperan motivar a muchas más mujeres. Todas parten de experiencias distintas y tienen objetivos diferentes pero las cuatro han compartido durante unos meses sus caminos hacia Mallorca. “Yo no había hecho nunca un triatlón, y este iba a ser mi primera vez. Mi objetivo era terminar y disfrutar”, asegura Miriam, mientras que Sara ya ha completado otras distancias antes. Elisabeth por su parte quería volver a competir tras unos años apartada del Ironman y María se ha clasificado este año para el mundial que tendrá lugar en agosto en Finlandia.

Sea cual sea el objetivo, todas coinciden: “Hay que prepararse”. En este caso, las cuatro han contado con la ayuda de Kuppa, la agencia de dos hermanos gemelos atletas, cuya historia es también digna de un reportaje, pues ambos competirán también en el mundial de Ironman este año.

“Es un compromiso enorme con una misma, pero cuando lo vas cumpliendo es muy gratificante”, explica Sara. Realmente, cada una ha seguido una preparación personalizada que han encajado como un ‘tetris’ en sus apretadas agendas. “Es un encaje de bolillos. Hay días que tirarías la bolsa del gimnasio por la ventana, pero también hay días que sientes que te comes el mundo”, asegura María. La mente, en este tipo de pruebas es crucial. “Al final vas a estar más de cinco horas tú sola contigo misma y casi seguro que tu mente va a intentarte sabotear. El cuerpo es más fuerte”, resume Miriam.

Proceso personal

La clave es compatibilizar la preparación con las rutinas. “Viajo casi todas las semanas pero eso no hace que deje de entrenar. Siempre acabo encontrando la forma de seguir”, explica Elisabeth en una llamada telefónica desde Ámsterdam. “Para que realmente funcione debes adaptar el entrenamiento a tu vida y no al revés, porque si no se convierte en una carga y es lo último que debería ser”, razona Sara.

De este modo, ir cumpliendo y adaptando la preparación a cada uno se convierte en la clave del éxito. El no fallar. Y para eso es crucial también el apoyo. “El triatlón es un deporte muy solitario en el que entrenas sola y este grupo nos ha hecho sentir acompañadas”, explica María. La periodista asegura que aunque no han entrenado juntas todo lo que les gustaría, “solo con saber que estaban ahí en el whatsapp sentías el apoyo”, zanja.

El entorno en este deporte es muy importante, pues la mayoría de atletas pasan muchas horas apartados de sus familias. “No te afecta solo a ti, para cuadrar todos los entrenos afectas también a tu entorno”, explica Miriam, que asegura que “cumplir con todo el proceso y tu trabajo y tener ratos para estar con tu familia te hace sentir que vale la pena”.

Todas coinciden en que más allá del resultado, el trabajo previo es una forma de dedicarse tiempo a ellas. “El deporte debería ser una arma que empodere a la mujer”, asevera María. “Me he dado cuenta de que puedo con mucho más de lo que creía”, acompaña Miriam. “Si me hubiesen dicho que habría completado varios medios Ironman no lo hubiera creído, yo era la niña del piano en mi familia”, asegura Sara. “A mí me ha servido para comprobar que mi cuerpo sigue funcionando doce años después y ahora quiero hacer uno con mi hija mayor”, dice Elisabeth. Cada una ha vivido una preparación y una carrera distinta, pero todas han ganado solo con haber llegado hasta aquí.