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CHAMPIONS. MADRID-CITY (1-1)

La crónica del Madrid-Manchester City: El zapatazo de De Bruyne iguala el zambombazo de Vinicius

Guardiola: "No hice cambios porque pensé que todos estaban bien"

Guardiola vuelve a Manchester sabiendo que lo pueden eliminar, por Emilio Pérez de Rozas

De Bruyne celebra el gol en el Bernabeu.

De Bruyne celebra el gol en el Bernabeu. / EFE

Marcos López

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Los francotiradores dominaron la calurosa y emocionante noche del Bernabéu. Primero, Vinicius; luego, De Bruyne. El partido, que arrancó bajo un aire italiano del Madrid, terminó después con Ederson clonado en la réplica de Courtois firmando dos paradas esplendorosas para sostener a un City que se marchó con el empate, dejando la sentencia para dentro de una semana en Manchester. Dos derechazos deslumbrantes sellaron el equilibrio de una noche de Champions en el que el equipo de Guardiola sacó un botín valioso cuando peor estaba porque no conectó en ningún momento con Haaland. Tuvo, ayer sí, la madurez que le faltó en otros duelos europeos.

Y eso que fue el partido tantas veces visto. Y tantas veces jugado en el Bernabéu, un estadio silenciado por el toque del balón del City, que aplastó en la posesión. Pero resultó insípido en el despeje, con la versión más italiana del Madrid ancelottiano. Parapetados todos atrás, sin disimulo alguno, tejiendo una red impenetrable donde, además, quedó aislado Haaland. El botín era extraordinario para el conjunto blanco. Incluso con el 0-0. ¿El balón? No lo tenía. Tampoco lo quería. ¡Para qué!

Vinicius celebra su golazo ante el City.

Vinicius celebra su golazo ante el City. / EFE

El City, entretando, intimidaba con un par de disparos (primero De Bruyne, luego Rodri), pero ni rasguños generaban porque Courtois es un portero que para. Un tipo que sostiene a su equipo cuando le toca vivir colgado del larguero, mientras el Bernabéu empezaba a dejar murmullos de desaprobación, cansado de que ver cómo los jugadores de Guardiola se pasaban la pelota.

A cámara lenta

Pero todo era previsible. Demasiado previsible. Iba a cámara lenta, sin romper la estructura del viejo calcio mamado por Ancelotti. Pasada la media hora inicial, con un escandaloso y, a la vez, estéril dominio del City (73 % de posesión), mientras Haaland no sabía salir de la cárcel en la que quedó enclaustrado por Rüdiger y Alaba llegó el momento del Madrid. Ese que se ha visto millones de veces en el pasado. Y se verá millones de veces más en el futuro. Y, por supuesto, en el presente.

Real Madrid v Manchester City - Santiago Bernabeu, Madrid,  Manuel Akanji de Manchester City en acción REUTERS/Isabel Infantes

Real Madrid v Manchester City - Santiago Bernabeu, Madrid, Manuel Akanji de Manchester City en acción REUTERS/Isabel Infantes / REUTERS/Isabel Infantes

Una cabalgada de Camavinga, un potro desbocado a quien nadie en el flanco derecho de la zaga citizen le pudo tirar la cuerda (ni Bernardo Silva, que dimitió muy pronto del esfuerzo defensivo necesario, ni Rodri, ni Walker) sirvió como prólogo del zapatazo con la derecha de Vinicius, otro que caminaba solo por la frontal del área inglesa. Una sucesión de errores como preludio del golazo del Madrid. O sea, lo de siempre. Primer tiro. Primer tiro a puerta. Primer gol blanco. Un clásico, vamos.

Un clásico porque Ederson, el meta del City, no es Courtois. Aunque después se redimió con dos monumentales paradas en la segunda parte: primero un cabezazo de Benzema que repelió felinamente y luego un zapatazo de Tchouaméni con el que voló por el cielo del Bernabéu. Todo ocurrió después de un contragolpe de manual con la astucia y creatividad de Modric y las piernas de Camavinga.

Ese zambombazo de Vinicius estremeció y debilitó de tal manera al City, que se quedó sin discurso. A su fútbol, impecable en la teoría y los movimientos previos, le faltó entusiasmo, pasión y alma para rebelarse antes incluso del 1-0.

Espacios negados

No pudo aprovechar la pasividad, engañosa pasividad blanca. Era, en realidad, una trampa de ‘Carletto’. El técnico más feliz del mundo porque le negó los espacios al City, al tiempo que secuestraba a todo su talento, sacudido por el volcán del Bernabéu que despertó justo a tiempo. Poco de Kevin de Bruyne, poco de Erling Haaland. Poco para lo que son (o debían ser) ellos. De ahí el enfado de Guardiola, quien exigía más a su equipo, al tiempo que se irritaba por la tolerancia de Artur Dias, el colegiado portugués, testigo silencioso de las patadas sin tarjeta amarilla de Carvajal.

Poco cambió tras el descanso. Es más, el Madrid entendió que era su momento. Bueno, su segundo momento. El primero llevó la firma de Vinicius. El segundo contaba con la rúbrica del estadio moderno y reluciente, aún sin acabar, que ha reconstruido Florentino en mitad del Paseo de la Castellana. Es como si el City no hubiera superado el impacto de ese gol. No tenía ni el balón, síntoma malo para un equipo guardiolaniano.

La propia medicina

Pero el fútbol, caprichoso como siempre, devolvió la esperanza al City rentabilizando un mal pase de Camavinga. Caprichoso porque no estaba fino el equipo inglés. Pero lo que primero Camavinga te da luego Camavinga te quita. Rodri persistió en la conducción ante la indolencia previa de Vinicius, que se quedó protestando que el balón salió antes por la banda (no salió), y luego conectaron Grealish y Gündogan antes de que De Bruyne armara un latigazo maravilloso para burlar el inacabable cuerpo de Courtois.

Pep Guardiola.

Pep Guardiola. / AFP

Y el Bernabéu, entonces, descubrió su propia medicina. Guardiola, cansado de la treta de Ancelotti, arrancó con ese oculto disfraz hasta que una pérdida del Madrid precipitó el imponente derechazo de De Bruyne. Al técnico italiano ya le iba bien el empate porque en los minutos finales fue retirando a Rodrygo, Kroos y Modric para inyectar piernas frescas con Tchouaméni y Nacho inyectando el disparo de Marco Asensio. ¿Y Pep? Ni un solo cambio. Ni uno hizo.

Ficha técnica

REAL MADRID: Courtois (7), Carvajal (6), Rüdiger (7), Alaba (7), Camavinga (6), Valverde (5), Kroos (5), Modric (5), Rodrygo (4), Benzema (4) y Vinicius (7).

Entrenador: Carlo Ancelotti (6)

Cambios: Marco Asensio (s.c) por Rodrygo (m. 81); Tchouaméni (6) por Kroos (m. 84); Nacho (s.c.) por Modric (m. 87)

MANCHESTER CITY: Ederson (7), Walker (6), Ruben Dias (6), Akanji (5), Stones (6), Rodri (5), Bernardo Silva (4), De Bruyne (

7), Gündogan (5), Grealish (6) y Haaland (4).

Entrenador: Pep Guardiola (6)

Cambios: Sin cambios

Goles: 1-0, Vinicius (m. 36); 1-1, De Bruyne (m. 67)

Árbitro: Artur Dias (5), portugués.

Tarjetas amarillas: Kroos (m. 45 +2); Ancelotti (m. 58); Gündogan (m. 71); Camavinga (m. 79); Bernardo Silva (m. 86)

Estadio: Santiago Bernabéu 

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