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Liga de Campeones

Los goles de Lewandowski rejuvenecen al Barça en el debut ante el Viktoria Pilsen en la Champions

Dembélé cocina el primer triunfo europeo como local de Xavi, una goleada con rotaciones en el once que llegó con un juego trepidante.

Barcelona 07.09.2022. Deportes. Lewandowski disouta un balón durante el partido de la fase de grupos de la liga de campeones entre el FC Barcelona y el Viktoria Pilsen en el Camp Nou. Fotografía de Jordi Cotrina

Barcelona 07.09.2022. Deportes. Lewandowski disouta un balón durante el partido de la fase de grupos de la liga de campeones entre el FC Barcelona y el Viktoria Pilsen en el Camp Nou. Fotografía de Jordi Cotrina / Jordi Cotrina

Joan Domènech

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Desde la irrupción de la desgraciada y maldita pandemia, el Camp Nou dejó de ser lo que era. Es decir, un lugar en el que el culé se lo pasaba bien y el equipo solía ganar. De las últimas 10 comparecencias europeas del Barça antes sus fieles, solo había ganado al Dinamo de Kiev (dos veces) y al Ferencvaros. El Viktoria Pilsen, un rival de parecido pelaje y pesaje, sucumbió como aquellos, sometido por un Barça poderoso, casi tan fuerte como su rival, más veloz e infinitamente más técnico. Lo que podría resumirse en la figura de Robert Lewandowski, investido en el emblema de un equipo renovado y renovador y al que ha rejuvenecido por la eficacia que aporta en la acelerada reconstrucción del Barça.

El covid destruyó aquella ilusión, la del espectador, y aquella seguridad, la del equipo, aunque influyó más el declive del club y la fortaleza de los rivales que el virus; en todo caso, el mal solo masacró al Barça en Lisboa. El Xavi entrenador aún no ha podido reconstruir las mejores épocas en las que intervenía el Xavi jugador. No ganó ni uno de los cuatro partidos europeos de la pasada campaña: ni al Benfica en la Champions (0-0) ni al Nápoles (1-1), Galatasaray (0-0) y Eintracht (2-3) en la Europa League.

Se apuntó el primer triunfo, una señora goleada, otra, la cuarta seguida del curso, con una actuación de nivel semejante a alguna de las anteriores, pero que culminó en el manita del marcador por la inyección de calidad que ha recibido la plantilla, más acabada y más variada, y más motivada como personifica Ousmane Dembélé, deseoso de enterrar su criticado pasado. No solo ha sido perdonado por la grada, sino que ha sido elevado a la categoría de mito. 

Seis cambios

Volvieron los triunfos pero antes volvieron los pitos, entrañables, de una añeja guerra con la UEFA en la que ahora es el organismo la parte ofendida por la disidencia del Barça con la Superliga. Pitos de poca intensidad, en consonancia con la menor afluencia de la que se espera cuando aparezcan los peces gordos, y en contraste con el vigor con que se siguen las jugadas y los goles.  

El Viktoria no es un pez gordo, y Xavi se permitió rotaciones, hasta seis, de suplentes habituales. El punto de desconexión con los demás quedó subsanado con el entusiasmo para ganarse el aprecio del entrenador. Sergi Roberto, por ejemplo, se postuló como el lateral de fluidez ofensiva que buscaba Xavi en Bellerín, sentado en el palco junto a Marcos Alonso, el otro lateral que debe reemplazar a Alba, también titular. Piqué siguió en el banquillo, igual que Memphis, los dos únicos que no han aparecido entre los once primeros. Hubo margen para que debutaran, igual que el joven Pablo Torre.

Chucherías para todos

Igual le habría ido bien una dosis de banquillo a Dembélé, mascullaba Xavi al ver un comienzo tan hiperactivo como torpe. Embarcó dos veces a sus compañeros en pases pésimos que generaron sendos contraataques que debieron ser atajados con urgencia. Quedó en anécdota con el casi inmediato gol de Franck Kessié, otra novedad, y el propósito de enmienda que expresaba Dembélé en cada balón que recibía y que culminó con el 3-1: una brillante jugada individual inacabada, mal resuelta, reacción y robo del balón perdido y centro de caramelo para Lewandowski. Dembélé había hecho acopio de chucherías para todos.

El brillo de dos de los delanteros ensombreció al tercero: Ansu Fati, que jugando en el otro extremo, en la izquierda, no tiene un afán tan constructivo como aquellos, en particular Dembélé. Lo suyo es acabar las jugadas ajenas y apenas pudo echarse un remate a la bota. El primero lo tiró fuera; el primero de Robert Lewandowski se alojó junto al palo izquierdo tras una cabalgada de Sergi Roberto por el carril central. Ferran ha visto claro como pintan las cosas ahora y en un cuarto de hora sumó un gol y una asistencia.

La ficha del partido:

FC Barcelona: Ter Stegen (5); Sergi Roberto (7), Christensen (6), Koundé (7), Alba (6); Kessié (6), De Jong (7), Pedri (6); Dembélé (9), Lewandowski (10), Ansu Fati (5). Técnico: Xavi Hernández (8). Cambios: Piqué (6) por S. Roberto (m. 46); Ferran (7) por Ansu Fati (m. 65); Gavi (sc) por Pedri (m. 74); Memphis (sc) por Dembélé (m. 74).

VIktoria Pilsen: Stanek (5); Havel (5), Hejda (3), Pernica (3), Jemelka (4); Kalvach (5), Bucha (5); Sykora (6), Vlkanova (5), Mosquera (5), Chorý (4). Técnico: Michal Bílek (4). Cambios: Bassey (4) por Chorý (m. 65); Cermak (sc) por Vlkanova (m. 79); Pilar (sc) por Sykora (m. 79); Jirka (sc) por Mosquera (m. 79); Holík (sc) por Jemelka (m. 86).

Goles: 1-0 (m. 13), Kessié cabecea ras otro cabezazo de Kessié; 2-0 (m. 34), Lewandowski lazna un tiro ajustado al poste; 2-1 (m. 44), Sykora, solo ante Ter Stegen ; 3-1 (m. 45+3), Lewandowski remata solo en el segundo palo; 4-1 (m. 67), Lewandowski lanza otro disparo colocado; 5-1 (m. 70), Ferran empalma a la media vuelta una asistencia de Dembélé.

Árbitro: Lawrence Visser (4), belga.  

Tarjetas: Pernica (m. 4), Mosquera (m. 27), Chorý (m. 52), Jemelka (m. 62).

Estadio: Camp Nou.

Espectadores: 77.411.

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