Triunfo de penalti y gracias

En un partido tan incómodo para el Madrid como auguraban las peores previsiones, un gol de penalti de Ramos casi al final, después de una incursión de Carvajal, salvó un partido más que incómodo para los blancos, que consolidan el liderato con cuatro puntos de ventaja y pleno de victorias tras el confinamiento. 

El Madrid no generó ocasiones, no sacó partido a los espacios tras la adelantada defensa del rival y pasó muchos minutos enfrascado en problemas para construir juego. Los intentos de hilvanar fútbol de los de Zidane chocaron frontalmente ante la versión del Getafe previo a la pandemia, ese equipo intenso que no deja respirar al rival y solo un error de Olivera desequilibró el partido. 

Ante la previsión de un partido duro y aún con molestias en el tobillo, Zidane dejó en casa a Hazard y lo que se encontró fue exactamente eso: un rival que no le dejó respirar y que, cada vez que veía una línea superada, recurría a una falta para cortar el juego. A los diez segundos de partidos llegó la primera amarilla para el Getafe, una medida tan justificada como disuasoria por parte del árbitro. 

Acumulación de centrocampistas

Ya desde la alineación, atípicamente con un delantero y cinco centrocampistas, Bordalás apostó por entorpecer por acumulación cualquier plan de juego por la zona central del Madrid y torpedeó con éxito el juego de toque que propuso Zidane. 

A falta de ataque, el Madrid se encomendó a la seguridad defensiva que le está dando los puntos que les mantiene líder. La fluidez, la continuidad en el juego y los toques armoniosos no aparecieron en el Madrid, todo fue lucha, carreras, juego atropellado y balones divididos. 

El partido estuvo 80 minutos donde quería Bordalás, el Getafe procedió con su plan de partido con rigidez espartana y la intensidad en la presión y los ataques masivos de azulones incomodaron a un Madrid que, además de no encontrar una buena serie de pases en campo rival, se complicaba la vida para salir de su área. 

A la media hora había bajado la intensidad del Getafe y el Madrid encontró oxígeno a través de centros, balones parados y ataques a trompicones después de balones largos, con Kroos y Modric en el nacimiento de la jugada. 

Titubeante Madrid

Aún así, tras el descanso volvieron la máxima intensidad del Getafe y los problemas para un titubeante Madrid, con fallos en defensa y sin presencia en el juego de los jugadores más creativos blancos. 

Zidane hizo un triple cambio para cambiar la dinámica, buscó desborde y profundidad por las bandas y, aunque a partir de regalos del rival tuvo alguna llegada al área de Soria, llegó al último cuarto de hora sin goles y sin perspectivas de conseguirlos. 

Entonces llegó una carrera aislada de Carvajal, que hizo buena una falta innecesaria de Olivera, propició el penalti con el que el Madrid desatascó el partido.